miércoles, 18 de julio de 2007

EL VATICANO DIFUNDE LOS "DIEZ MANDAMIENTOS" PARA AUTOMOVILISTAS


La Santa Sede expresó su preocupación por las muertes en accidentes de tránsito. Denunció que los autos se convirtieron en un objeto de ostentación y vanidad para suscitar la envidia del otro e invocó a la prudencia.

Así se destaca en el documento "Orientaciones para la pastoral de la carretera": A muchas personas cuando conducen les aflora el instinto de dominio, prepotencia y poder y el automóvil lo usan como objeto de ostentación de si mismos, para eclipsar a los demás y suscitar envidias. El texto también denuncia comportamientos "poco equilibrados" en muchos conductores como la falta de cortesía, gestos ofensivos, imprecaciones, blasfemias, pérdidas del sentido de la responsabilidad, violación deliberada del código de circulación. "Conducir quiere decir controlarse", afirma el texto, que señala que los automóviles deben estar siempre revisados. También destaca que en el siglo XX unos 35 millones de personas murieron en accidente de ruta y los heridos fueron mil millones y medio. En el año 2000, los muertos fueron 1.260.000. Ante esos alarmantes datos, el Vaticano exhortó a respetar las normas de circulación y recordó la "virtud de la prudencia", a la vez que advirtió sobre la distracción y el uso de teléfonos móviles durante la conducción, así como guiar bajo los efectos del alcohol y las drogas. Frente a accidentes con o sin muertes, el documento recuerda la "virtud de la justicia" y el que el causante responda ante ella para reparar el daño causado. También señala la necesidad de animar a las familias de las víctimas para que perdonen al agresor. Tras un exhaustivo recorrido por el mundo del automovilista, el Vaticano propone un "decálogo del conductor", a semejanza de los Diez Mandamientos.

EL "DECÁLOGO DEL CONDUCTOR"

I. "No matarás”.
II. "La ruta sea para ti un instrumento de comunión entre las personas y no de daño mortal”.
III.
"Cortesía, corrección y prudencia te ayuden a superar los imprevistos”.
IV. "Sé caritativo y ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente”.
V. "El automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio y ocasión de pecado".
VI.
"Convence con caridad a los jóvenes y a los que ya no lo son a que no se pongan al volante cuando no están en condiciones de hacerlo".
VII."Brinda apoyo a las familias de las víctimas de los accidentes".
VIII."Reúne a la víctima con un automovilista agresor en un momento oportuno para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón".
IX.
"En la ruta tutela al más débil".
X. "Siéntete tú mismo responsable de los demás".

Ante el "preocupante" número de accidentes, el Vaticano propone una "educación callejera" que tenga en cuenta "saber lo que hay que hacer, conscientes del peligro y de la responsabilidad y obligaciones tanto de los conductores como de los peatones". Aboga por la educación en este campo de los niños, por el papel de las escuelas y de la familia. Visto que cada vez se desplazan más personas, son más los transportistas y las familias que viajan, el Vaticano propone una "pastoral de la ruta", que entre otras contemple apoyo espiritual, la instalación de capillas fijas o móviles en nudos de autopistas o centros cristianos de atención a los viajeros. El documento resalta que no está de más que el viajero se haga la señal de la cruz antes de emprender un viaje, ya con ese signo "nos entregamos directamente a la protección de la Santísima Trinidad". La corresponsal de la cadena COPE, Paloma Gómez Borrero, dijo que las advertencias para el tránsito de la Santa Sede fueron tomadas en Italia como "necesarias", debido a las tragedias que ocurren en todo el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Hermano José:

Quiero agradecer sus columna, sobretodo la publicación del Decálogo del Conductor, que, con el debido respeto, modifiqué un tanto para elaborar un Decálogo del Laico Comprometido, como tarea en mi Escuela de Formación de Laicos a la que asisto, la que le remito a continuación:

DECALOGO PARA EL LAICO COMPROMETIDO

I. Ser luz y sal de Jesucristo en el mundo.
II. La Palabra de Dios y sus sacramentos sean para tí un instrumento de comunión entre las personas.
III. La Cortesía, la rectitud y la prudencia te ayuden a superar y enfrentar las visicitudes de esta vida.
IV. Sé caritativo y ayuda a tu prójimo, sobretodo cuando más lo necesite.
V. Que tu ser no sea instrumento ni ocasión de pecado, ni de expresión de dominio, ni poder.
VI. Convence con caridad a los jóvenes y a los que ya no lo son, cuando quieras librarlos de algún peligro, siempre velando por su salvación.
VII. Está atento a brindar apoyo a las familias o comunidades que hayan sido víctimas o sufrido algún abuso.
VIII. Reúne a quienes estén enemistados, buscando el momento oportuno, para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón.
IX. Cuida del más débil en toda circunstancia.
X. Siéntete tú mismo responsable de tu hermano.

Hermano José dijo...

Amigo/a anónimo/a, gracias por tu contribución... la voy a agregar a mi BlogSpot
Bendiciones