domingo, 9 de septiembre de 2007

AMIGOS: POR: VININCIUS DE MORAIS – POETA


Tengo amigos que no saben cuanto son mis amigos.
No perciben el amor que les profeso y la absoluta necesidad, que tengo de ellos.
La amistad es un sentimiento más noble que el amor,
es que permite que el objeto de ella se divida en otros afectos,
en cuanto al amor tiene intrínseco los celos, que no admite rivalidad.
Y yo podría soportar, sin embargo no sin dolor,
que hubiesen muerto todos mis amores,
más enloquecería si murieran todos mis amigos.

Hasta aquellos que no perciben cuanto son mis amigos
y cuanto son mis amigos y cuanto mi vida depende de sus existencias...
A algunos de ellos no los frecuento, me basta saber que ellos existen.
Esta mera condición me llena de coraje para seguir enfrente de la vida.

Más,
porque no los frecuento con asiduidad no le puedo decir cuanto gusto de ellos,
ellos no lo creerían.
Muchos de ellos están leyendo esta crónica y no saben que están incluidos
en la sagrada relación de mis amigos. Más es delicioso que yo sepa y sienta
que los adoro, aunque no se los diga y no los frecuente.
Y las veces, cuando los frecuento, noto que ellos no tienen noción
de cómo ellos me son necesarios, de cómo son necesarios,
de cómo son indispensables a mi equilibrio vital,
porque ellos hacen parte de mi mundo que yo,
tremendamente, construí y se tornaron en fundadores de mi encanto por la vida.
Si uno de ellos muriera, yo quedaría torcido para un lado.
¡Si todos murieran, yo me desmoronaría!
Es por eso que, sin que ellos sepan, yo rezo por su vida. Y me avergüenzo,
porque esa suplica está, en síntesis, dirigida a mi bienestar. Ella es talvez.
fruto de mi egoísmo.
A veces, me sumerjo en pensamientos sobre alguno de ellos.
Cuando viajo y estoy delante de, lugares maravillosos, me cae alguna lágrima
porque no están junto a mí, compartiendo aquel placer...
Si alguna cosa me consume y me envejece es que la rueda furiosa de la vida
no me permite tener siempre a mi lado, habitando conmigo, andando conmigo, hablando conmigo, viviendo conmigo a todos mis amigos.
La gente no hacen amigos, los reconoce
.

Nota: Recuerdo algo que escuché de mi padre hace mucho tiempo, cuando alguien le dijo en una discusión: “¡Pero si somos amigos!”, y él contestó: “¡Yo escojo a mis amigos¡ ¡Tú no eres mi amigo!”. JP

2 comentarios:

Aurora Llavona dijo...

Enhorabuena por el blog me gusta mucho.

Hermano José dijo...

Gracias por tu comentario, me impulsa a hacerlo mejor.
Bendiciones