viernes, 16 de noviembre de 2007

TESTIMONIO DE SAMMY... MI ENGREIDA


A los ocho años, si mal no recuerdo, aprendí lo que es amar. Conocí al ser más maravilloso que alguien puede conocer. Lo conocí en una reunión en el grupoSi Señor; luego comenzamos a encontrarnos cada noche a las siete de la noche en su casa, cenábamos juntos, cantábamos y siempre me enseñaba cosas nuevas (hasta ahora).

Me presentó a su Madre, una mujer increíble, llena de amor, de cariño y un corazón tan puro y transparente como su alma; me dijo que también era mi Madre
(Se refiere a nuestra Madre del Cielo).

Yo no me negué, y es qué ¿Cómo negarse ante ese regalo tan grande? Entonces ya no amé a un ser nada mas, los amé a ambos desde entonces (a Jesús y María
).

Cuando cumplí los nueve años tuve una fiesta en casa, ¿saben cuantos niños fueron?... fueron tres; dos amigas de colegio y él (los demás eran adultos). Fueron también los amigos del grupo; la verdad es que jamás pensé en divertirme tanto y sentirme tan querida. Es un cumpleaños que nunca podré olvidar y hasta el día de hoy es el mejor cumpleaños que jamás he tenido.

Aquel día, el hno. José me prestó a su Madre una vez más. Ella me tomó en sus brazos, me cantó y me hizo dormir (descanso en el Espíritu). Fue una noche muy bonita con gente que realmente quiero.

Ellos también estuvieron conmigo en momentos difíciles; cuando mi papá por exceso de copas se estrelló, mi mamá y yo estábamos con él. Fue increíble como ese choque cambió a mi familia porque mi papá cambió, gracias a ese choque él dejo el trago; y es que todo es para bien cuando vas con ellos (a Jesús y María) aunque a veces en el momento pensemos que es lo peor que nos pudo haber pasado y no encontramos soluciones a nuestros problemas.

Bueno no voy a tocar cada año en mi vida junto a ÉL y a su Madre porque sería hablar de muchas cosas y no alcanzarían palabras ni espacio, creo. Sólo quiero decir que aún cuando no siempre he sido constante con ÉL, y eso que Él si lo ha sido conmigo siempre, yo sé que es grande, igual que el amor que nos tiene a todos nosotros.

Quiero agradecerles al SEÑOR, a nuestro ABBA, y a nuestra MAMA SANTA MARIA por permitir que nos encontráramos con Pepito, de encontrarme con usted y toda la gente del grupo. Porque si hay algo muy cierto, es que juntos hemos y seguiremos aprendiendo con ayuda de ÉL y su SANTA MADRE.

No digo más tampoco, porque simplemente hay cosas que por más que intentara de explicarlas no podría, y eso lo sabe la gente del grupo. Lo único que me queda por decir es que nunca es muy tarde ni muy temprano para conocer a JESÚS y a MARÍA, que todos estamos en condiciones de conocerlos siempre, que nuestros corazones estén dispuestos. También vale recordar que no a todos nos toca conocer a Dios de la misma manera, pero que sea cual sea la manera en la que nos toque conocerlo, jamás van a olvidarlo.

Que Dios siempre nos guíe, nos ilumine y nos fortalezca. Que su Madre siempre nos cubra con su manto de amor bendito y que Dios Espíritu Santo nos ilumine siempre.

Gracias Señor, por lo que tengo, por aquello que no tengo y por lo que tendré, porque ¡todo es para bien! Gracias Señor por permitirme ser instrumento Tuyo.
Sammy Masías

Nota: Sus padres iban a consagrarse a Dios a través del grupo, un 21 de octubre, y ella se coló, o sea que se incluyó en la consagración. Le pregunté a sus padres si estaba bien. Ellos me contestaron: Si ella quiere... déjala, como si fuera una broma... que, al poco tiempo, se convirtió en un gran instrumento de Dios. Los primeros mensajes, oraciones y jaculatorias que Dios y su Santísima Madre nos regalaron, que hasta ahora usamos, las recibimos a través de ella. Esta niña ahora tiene 18 años, está en la Universidad estudiando Arquitectura, y es una de las más esperadas en nuestro grupo. Cabe recalcar que a ella, nuestra Madre del Cielo, la bautizó como su Rayito de Sol. La quiero mucho.
José Miguel Pajares Clausen

2 comentarios:

Anónimo dijo...

asi es Pepito...como jugando, lo quiero mucho tmb =) QDLB

Hermano José dijo...

Un beso en el Señor para ti y para tu familia.
Bendiciones.