viernes, 6 de junio de 2008

MI PASIÓN


Abba Padre, aquí me tienes con el Corazón sangrando... y de pecados abrumado, aquí me tienes... son tantos que de espanto, mi rostro no levanto,
me miro y me avergüenzo y ante Ti comparezco, no sé cómo lo soporto
es demasiado oprobio, en verdad no puedo mas, apártalo de por piedad,
este cáliz pesa mas de lo que pude imaginar...
pero he aquí el poder de nuestra fe que contigo es una en el Santo Espíritu
y sólo así Yo te digo... Hágase tu Voluntad

Dime Pedro ¿dónde estas?... no has podido siquiera orar, la penumbra te inundó,
y el sueño te embriagó, es merced tuya perseverar, ora, ora sin cesar
que la hora ya está cerca, y el Hijo del Hombre ya se va...

Y ni Juan y ni Santiago, todos duermen sin reparo que su Señor y Maestro
por los pecados abrumado... yace de rodillas postrado ante su Padre Amado.

Guarda la espada Pedro, guárdala y entiende que en este mundo hiriente,
todos hacen al revés, de lo que Yo he predicado, pues al hombre y al soldado,
al pobre y al millonario, al humilde y al soberbio, al plebeyo y al soberano,
a todos por igual les he hablado que no hay mejor armamento
que amarnos, amarnos y amarnos.

Entiendan por favor entiendan, sólo el amor vencerá al villano
sólo el amor triunfará al final, sólo el amor pudo realizar la gran obra Celestial,
pacto de Alianza Salvadora con que Yo los miro ahora y me alegro pues en verdad
eso que no entienden, eso que ven allí erguido en un madero,
que pues su Amado Maestro se haya dejado crucificar y llegando hasta el final
se inmoló por los demás, eso es sin más ni más, el Amor en su máximo esplendor,
el amor en su clímax triunfal.

Vuelve Pedro, vuelve, vuelve y mírame a los ojos que no encontrarás enojo
sino todo mi amor para dar... ¿cómo no te voy a perdonar? si antes que lo hicieras
ya te había perdonado, y aún así lo hiciste, pese a que te lo advertí,
pero tenía que ser así, ánimo mi amado Pedro, que tienes una gran tarea
y una digna misión, pues en ti he hecho el precursor de mi gran obra de salvación
olvídate de la negación, ¿cuantas fueron? cierto, tres, y que mas da,
Pedro te perdono, porque Yo y solo Yo, veo en tu corazón, y sé que es tal tu dolor,
y tu deseo de humillación que mírate ahora, terminada tu jornada
has culminado tus días para llegar a la digna morada y has entregado la vida
inmolándote por Mí causa si amado Pedro, Yo en ti confiaba
y no he dejado de hacerlo.

Pero ahora si mi corazón se parte no es porque venga la peor parte,
sino por la pérdida irremediable de quien por años confié a mi lado...
¡Ay Judas!, mi pobre apóstol, como a todos te he amado
y como a todos te he enseñado te escogí entre mis doce,
lejos muy lejos pudiste haber llegado pero el hombre ha sido creado
con el libre albedrío que mi Padre le ha dado... no me duele tanto tu traición,
como el verte camino a la perdición, ¿por qué Judas, no has venido
a arrojarte arrepentido llorando a mis pies?, tres años caminando a mi lado,
viendo y conociendo la cantidad de pecadores que con amor he perdonado
y siendo tú de los míos, con mayor razón Judas
mi perdón habrías alcanzado, te abandonaste tanto a tu desesperación
que lleno de vergüenza no recordaste siquiera lo que por años les venia enseñando,
que es insondable e infinita mi Misericordia Bendita,
y que basta con que doble su rodilla y me entregue contrito y humillado
su corazón arrepentido aquel hijo perdido que anda en mal camino
para que obtenga conmigo el perdón de sus pecados
¡Ay Judas! de mi rebaño elegido, si así lo hubieras entendido.

Sumos sacerdotes, ancianos y guardias... ¿como qué, me prenden?
¿será como ladrón?... pero ¿qué ladrón amerita para ser apresado,
la asistencia de tan distinguida presencia?... ¿cómo un asesino o salteador?
es la misma pregunta en cuestión... y que extraña situación que
vengan a apresarme estos que en actitud tan cobarde ejerciendo un oficio
que nada tiene que hacer con su cotidiana labor... aprovechan la hora nocturna
para obrar su maldad y su calumnia...

Es que no se han dado cuenta que en resumida cuenta es la hora de las tinieblas,
la hora en que la muerte ha de triunfar y el Hijo del Hombre sucumbir ante ella;
no, señores no, no son nuevos odres ustedes ni mucho menos vino nuevo,
sino que Soy Yo el vino nuevo y los odres viejos ustedes,
y entonces ¿cómo iban a soportar tamaña Doctrina en verdad?
¿Creyeron pues que al callarme se andarían en paz,
sin tenerse que preocupar mas, por las revueltas sin cesar?,
pero nada mas lejos de la verdad pues esto era solo el comienzo
de mi obra Celestial.

Pilato, Herodes, y de nuevo Pilato que juicio de lo mas extra-ordinario pero
que quede claro que aun nadie entiende ¿bajo que ley liberan a un asesino convicto
y confeso, para luego crucificar al que es El Maestro en verdad?

Vamos que, ¿no se deciden? pues lo harán tarde o temprano
pues lo que ha de ser será para el bien de toda la humanidad.

Y aquí me ven llegar voy camino al Gólgota cargando un gran madero
y no me importa cuanto pesa pues con amor me entrego,
y voy andando paso a paso, por este camino tan lleno de tierra y piedras que van
destrozando mis pies al caminar ya casi no puedo mas es largo el recorrido
cierto es que mis heridas me han dejado adolorido, cierto también que
los golpes propinados, los castigos y flagelos y los que aun ni les he contado,
sin fuerzas me han dejado, torturas muchas he recibido,
pero el Amor lo ha superado, y aquí de pie me tienen de camino a Mi calvario.

Sí, es verdad estoy cansado mas que cansado, destrozado pero a la vez motivado
pues después de 33 años es justo para esto, que fui enviado, he aquí una y otra vez
me resbalo y me desplomo es que ya no puedo mas con las heridas de mis pies
que se acrecientan más y más con cada paso que doy.
Desangrado y abrumado y por el odio atacado me caigo y me levanto,
pero ni lo sueñen, no me rindo pues es mi meta el sacrificio de morir crucificado,
fiebre, hambre, dolor, desgarros todos los dolores, todos,
en mi cuerpo se han juntado, en suma me siento totalmente despreciado,
por todos estos que otrora, me alababan con sus ramos, y aquí viene mi Verónica,
como ella ¿cuantas hay? que por se acongojan, y a mis pies se arrojan,
pero he aquí que les digo, lloren más por sus hijos y por ustedes que son madres,
pues vendrán días en que otras serán mas dichosas siendo estériles,
pues esas no sufrirán el dolor que sufren ahora ustedes, que viendo al leño verde
soportar tanto castigo, se dicen “¿y al leño seco que le espera por destino?”

Madre mía tan amada como me duele ver tu corazón traspasado,
sufriendo en Ti misma la agonía de tu Hijo adorado y viendo así mi suplicio
has salido a mi encuentro para que con actitud heroica vengas a ser mi reparo.

Miren a mi dulce Madre como clava su mirada en estos mis golpeados ojos
y asimismo Yo en Ella clavo también los míos que sostienen su mirada,
y sin quererlo Madre mía recuerdas por quien tanto te has esmerado
todos estos largos años, y así sientes la impotencia
de que en nada aliviarme puedes, pero sabiamente me das fuerza
con tu sola presencia, mientras ese corazón tuyo Inmaculado
cobra fuerzas ante su Dios Creador para darle aliento y ánimo
a su Adorado Redentor.

¡Oh Bendita Madrecita mía! como sufres a mi lado y simplemente no soportas
te inmutas y oras, y no te das ni tan siquiera el desahogo del llanto,
pues es tu dolor tan descomunal, que ya tu alma partir quisiera
a la Patria Celestial, porque este cuerpo tuyo puro e incorrupto,
ya no soporta más... pero he aquí que el Padre no nos abandona jamás...
y eres ahora la fuerza que necesito pues de todas estas miradas
llenas de odio y crueldad es sólo la tuya la que me da
aliento, coraje y respiro, para acabar triunfal esta misión Celestial.

Miren estos corazones cómo sufren mutuamente. Yo no puedo consolarte
y me duele hasta la muerte y además con solo verte tan herida por mi causa
acrecienta el martirio de nuestros corazones heridos.

Aquí tienes Padre Mío a La Madre y a Tu Hijo, ambos corazones unidos,
abismados de tristeza sufren desolados, el oprobio y el yerro
de éste pueblo tan ingrato...

Mira Madrecita mía, mira y ven a mi lado, mira y ve como hago
de nuevo todo renovado.

Aquí estamos ya, al punto hemos llegado con Simón de Sirene
quien de paso me ha ayudado.

Llegó la hora de los clavos y sorteándose mis ropas están ya los soldados
dando así cumplimiento a lo que por los profetas fue de antiguo anunciado.

Padre perdónalos porque no saben lo que hacen


Yo pregunto ahora, ¿que parte no entendieron de esta pequeña oración?
¡Perdónense! ¡Perdonen... perdonen por favor! ¿Es que acaso no quieren
recibir Mi perdón?; sé que no es fácil, nunca dije que lo fuera...
más si en esta vida todo simple y fácil fuera,
¿Que hago Yo entonces clavado en esta madera?

Piensen y mediten allí les dejo mi pasión, no es para que la olviden,
sino para que la mediten.

No he venido a señalarlos ni a juzgarlos, ni a culparlos, solamente he venido
a dar cumplimiento un muy Sagrado pacto, más entiendan,
todo esto el Amor lo ha logrado. Sí, el Amor, ese amor puro y verdadero
aquel Amor puro y Santo que mi Padre les ha donado
y que por tanto amor a ustedes, gran misión me ha encomendado...

Puede que muchos no lo entiendan pero sepan que Yo los comprendo
pues es abrumador sólo pensar que su mismo Dios y Creador
venga a darse y a donarse para ser su Salvador... todo aquel que en esto medita,
sin más Yo sé, queda abrumado, pero ánimo hijos míos,
Yo mi parte la he cumplido cumplan ustedes la suya… sólo eso Yo les pido.


Susann Cardenas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó tu poema sobre MI PASIÖN, demuestras una gran sensibilidad. Sigue escribiendo lo que no sale de ti, sino a travez de ti... de Dios.
Bendiciones.

Hermano José dijo...

Gracias por tu comentario. Es verdad lo que dices. Todo lo que sale de nuestro corazón viene de Dios, especificamente del Espíritu Santo, que es el que actualmente está actuando en nuestros corazones, terminando la obra del Padre y el Hijo.
Ojalá que nuestra hermana Susann se siga abriendo al Espíritu y nos regale más de estos poemas.