viernes, 1 de agosto de 2008

EL SATANISMO COMO EXPRESIÓN DE LA PRECARIEDAD DE LA SOCIEDAD

El satanismo no es la obra maestra de la multinacional del mal

En los últimos años, el fenómeno del Satanismo ha reaparecido en formas llamativas. Se ha encontrado en el Satanismo un buen motivo para aumentar lectores y oyentes en los medios de comunicación. Además de algunos medios, también publicistas y propagandistas, cantantes de rock... y toda una pléyade de curiosos personajes, han campeado a la sombra de Satán.
El Padre Carlos Arboleda, experto del Observatorio Pastoral en estos temas, explica este fenómeno del Satanismo como una expresión de la precariedad de la sociedad.
Para comprender mejor este satanismo activo lo clasificaremos en tres categorías, aunque los sociólogos presentan diversas tipologías.
Satanismo de adolescentes: El satanismo de adolescentes es propio de personas pre o adolescentes, que forman grupos satánicos, aunque no conocen nada de satanismo. Lo hacen llevados por curiosidad y movidos por una búsqueda de identidad y de autoafirmación frente a los adultos. Generalmente lo hacen en búsqueda de afectividad y de socialización. Sus costumbres son reunirse los viernes por la noche, tomar licor, escuchar música rock, y con algún iniciado en el Satanismo, van profundizando el conocimiento de la filosofía del movimiento. A veces, si hay un adulto en el grupo, es él quien los inicia en actos inmorales; este adulto generalmente tiene dificultades sicológicas o éticas.
Satanismo ácido: El satanismo ácido reúne a personas que ya ejecutan actos más graves como consumo de drogas, realización de actos sexuales y orgías, y posiblemente actos delictivos. Generalmente son jóvenes, en alguna manera desviantes, que escogen ese comportamiento como manera de agregarse y de expresar poder ante sus coetáneos o ante el grupo social. Generalmente no conocen la teoría del movimiento satanista, sino que utilizan el nombre para crear temor o miedo entre las demás personas.
Satanismo racionalista: El satanismo racionalista es propio de personas cultivadas intelectualmente, que generalmente han leído obras de Nietzsche y Crowley. Su satanismo es fruto de una opción personal y de una filosofía de vida. Son personas comunes y corrientes, no realizan necesariamente rituales y no entran en conflicto con el grupo social en que se mueven. Simplemente no están de acuerdo con los convencionalismos culturales, religiosos o legales de la sociedad actual. Este sería el auténtico satanismo con motivaciones filosóficas.
Ante esta realidad, se presentan dos interpretaciones.
 Una, antisatánica, que cree que el satanismo es como una mafia que está organizando un complot contra las buenas costumbres, contra la iglesia y contra las religiones. Se crea el rumor-pánico que produce noticias como éstas: el 31 de Octubre se van a robar los niños para matarlos en misas negras; en este barrio van a secuestrar a las mujeres embarazadas para sacarles el niño del vientre; los satanistas van a matar a todos los curas… Dentro de esta visión, todo niño que se extravíe, lo es por obra de los satanistas. Hay así una especie de multinacional del mal que quiere acabar con todo lo cristiano.
Al servicio de la conjura contra la cristiandad universal, se pone la música rock, los juegos de fantasía, los mensajes subliminales y hasta empresas como Procter and Gamble patrocinarían el complot. En otras palabras, sería el flagelo apocalíptico del Anticristo hecho realidad.
De verdad que es una exageración, llevada a cabo dentro de los grupos fundamentalistas cristianos, aunque sí hay actos cometidos por grupos satánicos, pero no en la proporción que ellos calculan.

 La otra interpretación lleva a una actitud más crítica y más real. El satanismo no es la obra maestra de la multinacional del mal, sino la expresión de la precariedad de la sociedad. La falta de afecto en la familia y la destrucción de la misma, la marginalidad y la exclusión sociales, y el vacío espiritual de una sociedad competitiva, consumista e individualista, son el caldo de cultivo del satanismo.
Los adolescentes que crecen sin la presencia de los papás, los jóvenes que no han tenido oportunidades en la vida, y la falta de una genuina experiencia religiosa en un medio voraz, crean las bases para la aparición de la ideología satánica como medio compensador de carencias o expresión de esa carencia.

Autor: Observatorio Pastoral del CELAM

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