Las hormigas son tan ordenadas e ingeniosas que deberíamos aprender de ellas.
Una hormiga negra de tamaño mediano, llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma. Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta estrecha pero profunda - una especie de abismo para una hormiga - formada entre dos grandes piedras.
Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito: con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino…
Moraleja: ¡Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar! Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas – bien colocadas – pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.
Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito: con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino…
Moraleja: ¡Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar! Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas – bien colocadas – pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.
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