martes, 24 de febrero de 2009

AMOR FRATERNAL


La historia cuenta que había dos hermanos que se querían con toda el alma.

Ambos eran agricultores. Uno se casó y el otro permaneció soltero. Decidieron seguir repartiendo toda su cosecha a medias. Una noche el soltero soñó:
-“¡No es justo! Mi hermano tiene mujer e hijos y recibe la misma proporción de cosecha que yo que estoy solo. Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que el se de cuenta

A su vez el hermano casado soñó también una noche:
-“¡No es justo! yo tengo mujer e hijos y mi futuro estará con ellos asegurado. A mi hermano, que esta solo, ¿quien lo ayudara? Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que se de cuenta

Así lo hicieron ambos hermanos. Y ¡oh, sorpresa!, ambos se encontraron en el camino, una misma noche, portando sacos una para el otro. Se miraron, comprendieron lo que pasaba y se abrazaron con un abrazo de hermano, aún más fuerte, y para siempre.

Reflexión: A veces, es necesario hacer un alto en nuestra vida y revalorizar las bendiciones que tenemos al contar con un hermano, es esencial, como cristianos, amarnos y procurarnos como tales.

No podemos dar testimonio de vida, si no amamos a los que están más cerca de nosotros. El Señor nos pide caridad y entrega. Hoy es un buen día para empezar.

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