jueves, 28 de mayo de 2009

LA VIDA PESA


ECLESALIA.- Superados los cuarenta la vida se ve más alta. Los días están acomodados, cada uno con lo suyo y siempre lo mismo. Metido en lo cotidiano parece que no hay tiempo para pensar, que todo es como debe ser, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Casado y con familia, casa con hipoteca, un par de sueldos… Escasea el tiempo libre, las tardes pasan entre extraescolares y deberes del cole y el trabajo ocupa los días, los meses, los años…

La vida pesa, te deja inmóvil, sin poder mover nada. Aguantar su peso para que nada se desmorone, para llegar a todo y que todo siga en su sitio. Todo está bien, todo bien, algún achuchón de vez en cuando pero, por lo demás bien.

¿Y si te paras a pensar? Mejor no hacerlo, pero ¿si te paras a pensar? Entonces ves que te llevan, te traen, te sostienen los que hacen que otros se arrastren por seguir viviendo. Que los malos tiempos están dejando a muchos parados. Que Europa es una isla sostenida por buena parte del mundo. Que no puedes salir del sistema.

Resulta que mi vida pesa en las espaldas de muchos, de muchas, y no se la puedo quitar, no hay manera de vivir de otra manera.

La vida me pesa cuando siento el peso que cargo por la vida que llevo. Señor, ¿qué puedo hacer?
Gregorio Fernández

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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