martes, 28 de julio de 2009

LAS LÁGRIMAS DE RAY CHARLES


En 1946, el artista Ray Charles escuchó que la orquesta de Lucky Millinder visitaría la ciudad.

Charles se las arregló para tener una audición con él y esto lo emocionó. Si lograba unirse a Millinder sería, sin duda, algo grande.

Cuando llegó su oportunidad, el joven músico tocó el piano y cantó dando lo mejor de sí. En su condición de ciego, Charles no podía ver la reacción de Millinder, por lo que cuando terminó, esperó pacientemente por su respuesta. Finalmente el director de la orquesta le dijo: «No fue lo suficientemente bueno, muchacho».
Charles regresó a su cuarto y lloró.

Algún tiempo después, Charles dijo: «Aquella fue la mejor cosa que pudo haberme pasado. En lugar de compadecerme de mí mismo, me puse a practicar para que nunca nadie volviera a decirme lo que me había dicho Millinder». Y no han vuelto a decírselo.

Como afirma el dicho popular: «Puedes decir que te sorprendieron una vez, después de eso, sencillamente no estás preparado» La preparación de Charles le ha rendido frutos por más de medio siglo. Ha tocado con algunos de los más talentosos músicos del mundo.

Quizás la preparación no garantiza el triunfo pero sin duda te da las condiciones para alcanzarlo.
Maxwell, J. C.

¿No crees que ya has llorado lo suficiente frente a la desilusión que recibiste o las palabras que te dijeron? Es hora de usar el pañuelo, secarte las lágrimas y ponerte a trabajar para superar esa etapa en la que has fallado. Recuerda, no estas sólo. Dios está a tu lado. ¡Levántate y comienza de nuevo!

Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar. Eclesiastés 3:4.

Ciertamente el pueblo morará en Sión, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. Isaías 30:19

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