sábado, 29 de agosto de 2009

EL PAJARITO CANADIENSE


Un pajarito canadiense decidió que era un problema demasiado grande viajar al sur para el invierno.

Se dijo: «Puedo desafiar al invierno. Muchos otros animales lo hacen. No puede ser tan difícil». Cuando todas las demás aves emprendieron en bandadas el viaje hacia la asoleada América del Sur, este pajarito se quedó a esperar el invierno.

Hacia fines de noviembre, estaba pensándolo de nuevo. Nunca había sentido tanto frío, y no podía encontrar alimentos. Finalmente se quebrantó y comprendió que si no salía pronto de allí, no iba a logra pasar el invierno. Entonces empezó su solitario vuelo hacia el sur. Después de un tiempo comenzó a llover. Antes que se diera cuenta, el agua se estaba convirtiendo en hielo en sus alas. En su lucha, se dio cuenta que no podría seguir volando. Sabía que iba a morir, así que dejó de aletear y se estrelló contra el suelo junto a un granero.

Estaba allí medio aturdido cuando pasó una vaca sobre él y ¡plop!, vació su intestino sobre la pobre avecilla. El pajarito estaba completamente disgustado. Aquí estoy, pensó, muerto de frío. Voy a morir. Estoy por dar mi último aliento y entonces me cae esto encima. ¡Qué horrible manera de morir!

El pajarito contuvo el aliento y se preparó para morir. Pero después de dos minutos descubrió que estaba ocurriendo un milagro. Se estaba calentando. El hielo de sus alas se estaba derritiendo. Sus músculos se desentumecieron. La sangre fluía nuevamente. Comprendió que después de todo iba a sobrevivir. Estaba tan contento y feliz que comenzó a cantar una gloriosa canción.

En esos momentos, el viejo gato montés de la granja, que estaba echado en el heno lo oyó cantar. No lo podía creer; no había oído algo igual desde algunos meses, y se dijo: «¿No es un pájaro? Pensé que todos se habían ido para el sur por el invierno». Salió del granero, miró hasta que vio donde estaba el pajarito. Se acercó y lo sacó suavemente del desecho de la vaca, lo limpió… ¡y se lo comió!

Hay tres moralejas en este cuento:
(1) No todo el que te ensucia es enemigo;
(2) No todo el que te limpia es tu amigo;
(3) Si alguien te ensucia, calla. Lo mismo puede aplicarse a usted mientras trata de realizar su sueño.

Algunas personas que se consideran amigos pelearán contra su éxito. Otros lo apoyarán de una manera no esperada. Pero no importa quién lo critique ni cómo lo haga, no permita que nadie le desenfoque de su sueño.
John Maxwell

De cada circunstancia en la vida encontramos una bendición de Dios así como encontramos una estrategia del maligno, depende de que deseemos hoy ver.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonita refleccion la verdad es que a muchos nos pasa continuamente

Hermano José dijo...

GRACIAS POR TU COMENTARIO.
BENDICIONES POR CASA