martes, 25 de mayo de 2010

TRISAGIO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD


El Trisagio consiste en alabar y dar las gracias a la Santísima Trinidad, con estas palabras sacadas del misal romano (Santa Misa): Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llenos están el cielo y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

OFRECIMIENTO

Os rogamos, Señor, por la Santa Iglesia y Prelados de ella, por la exaltación de la fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los Principes cristianos, conversión de todos los infieles, herejes y pecadores; por los agonizantes y caminantes; por las benditas Almas del Purgatorio y demás piadosos fines de nuestra Madre la Iglesia. Amén.

Bendita sea la Santa e Individua Trinidad, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Abrid, Señor, mis labios, y mi voz pronunciará vuestras alabanzas.
Dios mío, venid en mi ayuda. Apresuraos, Señor, en socorrerme.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

GOZOS EN EL TRISAGIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Dios Uno y Trino, a quien tantos Arcángeles, Querubines, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

A vuestra inmensa Deidad, indivisa en tres personas, clamamos,
pues nos perdonas nuestra miseria y maldad:
por esa benignidad en su misterioso canto Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

Interminable bondad, suma esencia soberana, de donde el bien nos dinama,
Santísima Trinidad: pues tu divina piedad pone fin a nuestro llanto: Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

El Trisagio que Isaías escribió con gran celo, le oyó cantar en el cielo a angélicas jerarquías: para que en sus melodías repita nuestra voz cuanto Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

Este Trisagio sagrado voz del Coro celestial, contra el poder infernal la Iglesia le ha celebrado: con este elogio ensalzado: que en fe y amor adelanto, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

De la súbita muerte, del rayo de la centella, libra este Trisagio, y sella a quien le reza y advierte, que por esta feliz suerte en este mar de quebranto, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

Es el iris que en el mar, en la tierra y en el fuego, en el aire ostenta luego que nos quiere libertar: Por favor tan singular de este prodigio y encanto, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

Es escudo soberano, de la divina justicia, y de la infernal malicia triunfa devoto el cristiano: y como el demonio huye de terror y espanto, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

En vuestra bondad me fundo, Señor, Dios fuerte e inmortal, que en coro celestial cantaré este himno jocundo; pues en los riesgos del mundo me cubrís con vuestro manto, Ángeles y Serafines dice: Santo, Santo, Santo.

Dios Uno y Trino a quien tantos Arcángeles, Querubines, Ángeles y Serafines dicen: Santo, Santo, Santo.

Antífona
Bendita sea la santa e individua Trinidad que todas las cosas cría y gobierna, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo.
Alabémosle y ensalcémosle en todos los siglos.

LÍBRAME DEL MAL

Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad Santísima, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, y humildemente pido protección y ayuda.

Santísima Trinidad, bendíceme, ayúdame, ampárame, líbrame del mal y peligro, de toda mala hora, que todos mis enemigos se queden atrás.
¡Paz Cristo! ¡Paz Cristo!

Que el enemigo que venga en mi contra, en el acto sea vencido.
Que tenga ojos y no me vean, que tengan oídos y no me oigan, que tengan manos y no me toquen, que con sólo nombrar a la Santísima Trinidad sean vencidos todos mis enemigos.

En el Nombre del Padre (+), del Hijo (+) y del Espíritu Santo (+), con el manto de la Santísima Trinidad sea envuelto mi cuerpo, con el escapulario de la Virgen del Carmen me vea envuelto para no ser visto, ni oído, ni preso, ni de los malos vencido, la Santísima Trinidad esté conmigo, el Padre me guarde (+), el Hijo me guíe (+) y el Espíritu Santo me ilumine (+) y me acompañe, donde quiera que yo vaya la Santísima Trinidad esté en todo momento y me libre siempre de todo mal y peligro.

Cruz Santa, Cruz Digna, Cruz Divina, por el Señor que murió en ti, cosa mala no llegue a mí.
En el Nombre del Padre (+), del Hijo (+) y del Espíritu Santo (+), en el Nombre de la Santísima Trinidad, para que en esta hora y momento, nuestro Padre Eterno (+), Nuestro Señor Jesucristo (+) y el Espíritu Santo (+) me iluminen la mente para que todas mis cosas me salgan perfectas y la paz de nuestro Señor Jesucristo reine en mi hogar, en mi trabajo y donde quiera que yo pise.
En el Nombre del Padre (+), del Hijo (+) y del Espíritu Santo (+).
Amén.

Nota: Debe ser rezada todos los días, y donde aparezca el símbolo (+) se debe hacer la señal de la cruz.

ACTO DE CONTRICIÓN

Amorosísimo Dios, Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo, alma, potencias y sentidos, por ser Vos mi Señor y mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas; me pesa, Trinidad Santísima, me pesa, Trinidad Amabilísima, me pesa Trinidad Misericordiosísima, de haberos ofendido, sólo por ser Quien sois.

Propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos y de morir antes que pecar. Espero de vuestra suma bondad y misericordia infinita me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis gracia para perseverar en un verdadero amor y una cordialísima devoción a vuestra amabilísima Trinidad. Amén.

HIMNO
Ya se aparta el sol ardiente, y así, oh luz perenne unida, en nuestros pechos infunde Amor, Trinidad Divina.

En la aurora te alabamos, y también al mediodía: suspirando por gozar en el Cielo de tu vista.

Al Padre, Al Hijo y a Ti, Espíritu Santo que das vida, ahora y siempre se den Alabanzas infinitas.
Amén.

ORACIÓN AL PADRE

¡Oh Padre Eterno! Principio y fuente de todo bien. Increado, Ingénito, centro de toda felicidad; me gozo de veros tan superior a todo lo creado, que mi entendimiento se pierde en el océano de vuestras perfecciones infinitas. Permitid que unidos a los Ángeles, Arcángeles y Tronos, celebremos vuestro inmenso poder.

¡Oh Padre Eterno! Fuera de vuestra posesión, yo no veo otra cosa que tristezas y tormentos. Vos sois mi única felicidad, mi tesoro y mi gloria. Haced que jamás me separe de Vos, para que pueda siempre alabaros.

· Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llenos están el cielo y la tierra de vuestra gloria.
· Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
· Al final de las nueve veces:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo mal.

ORACIÓN AL HIJO

¡Oh Divino Hijo! En todo igual al Padre, verdad inefable, camino seguro y vida felicísima del hombre; os glorifico por todos vuestros soberanos atributos, y os alabo por vuestras misericordias infinitas. ¡Ay Jesús mío, que no he sido discípulo vuestro sino de nombre! Pero queriendo ya serlo en realidad, permitid que una mi voz a la de la Denominaciones, Principados y Potestades, y ensalce con ellas vuestra sabiduría infinita.

¡Oh Verdad Eterna, fuera de la cual yo no veo otra cosa que engaños y mentiras!
¡Ah! ¿Cuándo será la hora en que Vos me hablaréis claramente en el seno de vuestra gloria?

· Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llenos están el cielo y la tierra de vuestra gloria.
· Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
· Al final de las nueve veces:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo mal.


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh Espíritu Consolador!, que procedéis del Padre y del Hijo, amor increado, manantial de todas las dulzuras, y no obstante tan poco amado. A lo menos, me alegro del encendido amor con que os aman las Virtudes, los Querubines y Serafines. ¡Oh!, ¡Quién pudiera amaros con todos los hombres de la tierra, como estos espíritus os aman en el Cielo!

¡Oh Amor, oh don del Altísimo, centro de las dulzuras y de la felicidad del mismo Dios! ¿Cuándo derramaréis vuestro bien como un torrente sobre mi alma? ¿Cuándo será esto? ¡Oh mi Dios! ¿Cuándo será?

· Un Padrenuestro, Avemaría y nueve veces:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos: llenos están el cielo y la tierra de vuestra gloria.
· Y se responde cada vez:
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
· Al final de las nueve veces:
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal; líbranos, Señor, de todo mal.

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