jueves, 24 de junio de 2010

YO TE AMO...


¿TÚ DICES: YO TE AMO?

Dos hermanitos jugaban bolitas en frente de la casa.

Cuando Julio, el más pequeño le dice a su hermano Ricardo:
-“¡Mi querido hermano, yo te amo mucho y nunca me quiero separar de ti!
Ricardo, no le da mucha importancia a lo que Julio le dijo y más bien le pregunta:
- “¿Y a ti que te pasa? ¿Por qué hablas de esas cosas de amar? ¿Quieres callarte la boca y continuar jugando?”
Y los dos continuaron jugando la tarde entera hasta el anochecer.

En la noche, el señor Jacó, padre de los dos niños, llegó del trabajo.

Estaba exhausto y muy malhumorado, pues no había conseguido cerrar un negocio importante...

Al entrar, Jacó miro a Julio, que sonrió a su padre y le dice:
-“¡Hola Papi, yo te amo mucho y no quiero nunca separarme de ti!”
Jacó, no sale de su mal humor y stress, y le dice:
-Julio, estoy exhausto y nervioso. Entonces, por favor, ¡no me vengas con bestialidades!”
Con las palabras ásperas del padre, Julio quedó triste y se fue a llorar a un rincón de su cuarto.

Doña Joana, madre de los niños, sintiendo la falta del hijo, fue a buscarlo por la casa, hasta que lo encontró en el rincón de su cuarto con los ojitos llenos de lágrimas.

Doña Joana, comenzó a secar las lágrimas del hijo y le preguntó:
-“¿Qué pasa Julio? ¿Por qué lloras?”
Julio miró a su madre, con una expresión triste y le dice:
-“¡Mamita, yo te amo mucho y no quiero separarme nunca de ti!”
Dona Joana sonrió a su hijo, y le dice:
-“¡Mi amado hijo estaremos siempre juntos!”
Julio sonrió, dio un beso a su mamá y se fue a acostar.

En el cuarto del matrimonio, ambos se preparaban para acostarse, y Doña Joana pregunta a su marido:
-“¿Jacó, Julio está muy extraño hoy, no crees?”
Jacó, muy estresado por el trabajo, le dice a su esposa:
-Ese bandido sólo está queriendo llamar la atención... ¡Acuéstate y duerme mujer!”
Entonces, todos se recogieron a dormir tranquilos.

A las dos de la mañana, Julio se levanta y va al cuarto de su hermano Ricardo y se queda observándolo dormir... Ricardo, incómodo con la claridad, se despierta y grita a Julio:
-“¡Estás loco. Apaga esa luz y déjame dormir!”
Julio, en silencio, obedeció a su hermano, apagó la luz y se dirigió al cuarto de sus padres...

Llegando allá, encendió la luz y se quedó observando a su padre y a su madre dormir. El señor Jacó despertó y preguntó a su hijo:
-“¿Qué te sucede Julio?”
Julio, en silencio, sólo balanceó la cabeza en señal negativa, respondiendo al padre que no ocurría nada.
De ahí el señor Jacó, irritado, preguntó a Julio:
-“¿Entonces, que sucede so bandido?”
Julio continuó en silencio.
Jacó, ya muy irritado, grito a Julio:
-“¡Ya, ve a dormir loco!”
Julio apagó la luz del cuarto, se dirigió a su cuarto y se acostó.

A la mañana siguiente todos se levantaron temprano. El señor Jacó iría a trabajar, doña Joana llevaría a Ricardo y a Julio a la escuela... pero Julio no se levantaba.

Entonces, el señor Jacó, que ya estaba muy irritado con Julio, entra bufando al cuarto del niño y grita:
-“¡¡¡ Levántate bandido vagabundo!!!” - Pero Julio no se movió.

Entonces, Jacó avanza hacia el niño y tira con fuerza el cobertor del pequeño con un brazo recto y levantado, listo para darle un golpe, cuando percibe que Julio estaba con los ojos cerrados y muy pálido.

Jacó, asustado, colocó la mano sobre el rostro de Julio y pudo notar que su hijo estaba helado. Desesperado, Jacó gritó, llamando a su esposa y a su hijo Ricardo, para que vieran que había acontecido con Julio... Infelizmente lo peor.

Julio estaba muerto y sin ningún motivo aparente. Doña Joana, desesperada, abrazó a su hijo y no podía ni respirar de tanto llorar. Ricardo, desconsolado, tomó firme la mano del hermano y sólo tenía fuerzas para llorar también.

Jacó, con desesperación, y con los ojos llenos de lágrimas, percibió que había un papelito doblado en las pequeñas manos de Julio. Jacó, tomó el pequeño pedazo de papel y había algo escrito con la letra de Julio.

-La otra noche Dios vino a hablar conmigo a través de un sueño. Me dijo, que a pesar de amarme y amar a mi familia, tendríamos que separarnos. Yo no quería eso, pero Dios me explicó que era necesario. No sé lo que va a acontecer, pero estoy con mucho miedo. Solamente me gustaría que quede clara una cosa:
§ Ricardo, no te avergüences de amar a tu hermano.
§ Mamá, eres la mejor mamá del mundo.
§ Papito, sé que tienes mucho trabajo pero yo solamente quiero que dediques un tiempo para la familia.
§ Sin embargo, y sobre todas las cosas, ¡¡¡yo los amo a ustedes!!!

Reflexión: ¿Te imaginas las veces interminables que Jesús y María te dicen que te aman y haces oídos sordos?
JESÚS Y MARÍA TE AMAN DALES UN TIEMPECITO.

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