jueves, 28 de octubre de 2010

DE LAS IGLESIAS CATÓLICAS ORIENTALES. HOY, CALDEOS Y SIRO-MALABARES


La Iglesia caldea habría sido fundada por Santo Tomás y sus discípulos Addai (que algunos asimilan al apóstol Tadeo) y Mari, y con ocasión del Concilio de Efeso del año 431 en el que se condena la herejía diofisita de Nestorio, que sostiene la doble naturaleza de Jesús, humana y divina, los nestorianos caldeos rompen con la Iglesia.

Al hacerlo, el Emperador bizantino Zenón los expulsa de su Mesopotamia originaria hacia Persia, donde el Imperio Sasánida, a pesar de profesar la religión zoroástrica y no la cristiana, les recibe bien, precisamente por la rivalidad de los caldeos hacia Bizancio, con la que se halla en guerra.

Caldeos son, con toda probabilidad, de quienes Marco Polo habla en su Libro de las maravillas escrito muy cerca del año 1300, cuando dice:

Y también hay otra raza de gentes que siguen la ley cristiana, pero no como lo manda la Iglesia de Roma, porque se equivocan en muchas cosas. Se llaman nestorianos [...]. Tienen un patriarca a quien llaman Jatolic [Katholicos], y este patriarca hace los arzobispos y obispos, los abades y demás prelados, y los manda por todas partes a predicar, a la India, a Catai [China] y a Baudac [Bagdad], igual que el apóstol de Roma (op. cit. 1, 24).

La reunión de los caldeos con Roma va a constituir una ardua cuestión. Tras más de un milenio de mutuo desconocimiento, la primera aproximación data de 1553, año en el que el Papa Julio III consagra a Juan Sulaka como cabeza de los católicos caldeos. La unión no será, para empezar, definitiva. Y así, en el s. XVII sobreviene una nueva separación con el Patriarca Simeón XIII, la cual perdura hasta que en 1830 el Papa Pío VIII confirma a Juan Hormisdas como jefe de los caldeos. Pero tampoco total, pues junto a la católica, permanecerá una obediencia caldea independiente, la de la conocida como Iglesia asiria de oriente.

Se pueden cifrar en unos trescientos mil los fieles caldeo-católicos, los cuales se extienden por Irak y en menor medida, por Irán, aunque hay caldeos también en Siria, Líbano, Turquía, Israel y Egipto. Se trata de una Iglesia muy perseguida, consecuencia de lo cual el exilio de buena parte de sus adeptos a zona kurda, en el norte del país, y también a los Estados Unidos y a Australia.

La lengua de la Iglesia caldea es el siríaco o arameo, la que habló Jesús, y tiene rito propio.

Por lo que hace a la cabeza, su jefe es el Patriarca de Babilonia, con sede en Bagdad, actualmente el Cardenal Emmanuel Delly.

De la Iglesia caldea originaria deriva la Iglesia siro-malabar, mucho más grande - cuenta con más de tres millones de fieles - que se extiende por el norte de la India y procede de la evangelización del territorio realizada por el laborioso proselitismo caldeo entre los siglos VII y XIII. Son los llamados Cristianos de Santo Tomás a los que, una vez más, se refiere también el Libro de las Maravillas de Marco Polo:

En la provincia de Moabar [Malabar, de donde el nombre que reciben] en India la Grande, yace el cuerpo de Santo Tomás apóstol, que en esta región sufrió martirio por el Señor. [...] Hay allí muchos cristianos y también numerosos sarracenos, que vienen a menudo de aquellas regiones a visitar el santuario y sienten gran veneración por este apóstol, pues dicen que fue un gran profeta, y lo llaman "amaria", es decir, hombre santo (op. cit. 3, 27)

Los mismos cristianos que luego se encontrarán los portugueses cuando recalan en la zona. Precisamente ese contacto con los portugueses conduce a la reunificación de los siro-malabares con Roma, que data del Sínodo de Damper realizado en 1599, y a una radical latinización de la liturgia siro-malabar, luego suavizada por los papas Pío XI y Pío XII.

La Iglesia siro-malabar tiene su sede en Ernakulam, en el estado de Kerala, y ejerce actualmente su jefatura el Arzobispo Varkey Vithayathil.

Por lo que hace a la iglesia caldea no católica, la llamada Iglesia asiria de oriente, está formada de unos cuatrocientos fieles. La caracteriza el hecho de que los miembros del clero pueden contraer matrimonio incluso una vez ordenados. En los últimos tiempos, ha sufrido dos importantes procesos. Por un lado, una pequeña escisión en el año 1964. Por otro, y mucho más relevante, los importantes pasos dados hacia la comunión con Roma, hasta el punto de haber firmado en 1994, cosa que hicieron el Katholikos Mar Dinkha y Juan Pablo II, una declaración en la que afirman sostener la misma fe aunque con términos teológicos diferentes. En 1997, ambas iglesias caldeas, la católica y la independiente, se levantaban las mutuas excomuniones pronunciadas en su día.
Luis Antequera

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