domingo, 26 de diciembre de 2010

¡CÓMO SE SUFRE CUANDO SE PIERDE ALGO QUE AMAS!


26 de diciembre 2010

Mi hija me llamó para invitarme a su casa para pasar la Navidad. Le pregunté si podía llevar a mi perrito Chiki porque él le tiene terror a los cohetes... y era una noche de cohetes. Me dijo que no, porque ¿dónde lo iba a poner? ¿quién lo iba a cuidar?... porque mi Chiki es muy especial en sus preferencias. La casa de mi hija queda fuera de Lima, a dos horas.

Aseguré su corral y nunca pensé que su angustia podía romper cualquier barrera. Me fui a la casa de mi hija con la intención de quedarme a dormir hasta el día siguiente. Partí con mi padre de 87 años y mi hijo menor.

Vino la cena, la repartición de regalos y algo me decía que no me quedara a dormir. Mi hijo también quería regresar para estar con sus amigos. Le pregunté a mi padre mis intenciones de regresar y me dijo que él era materia dispuesta. Así que partimos de regreso, mi hijo se fue a su casa y yo con mi papá a la mía.

Cuando llegamos, lo primero que hice fue ver cómo estaba mi perrito.... no estaba... se había escapado a la calle por la desesperación de los cohetes. Lo acosté a mi padre y salí a buscarlo... eran las dos de la mañana y nada. Estuve toda la noche buscándolo, preguntando a todo el que pasaba si lo habían visto... y nada. Regresé a mi casa y desde la azotea miraba a ver si regresaba... ¡que angustia! Rezaba a Dios llorando que apareciera, le prometía a Dios infinidad de cosas y a la vez le reclamaba diciéndole que ya se había llevado muchas cosas que yo amaba ¿por qué me estaba dejando cada día más solo?... ¡qué buen regalo por Navidad!.

Desarmé su corralito y su casita, boté todo a la calle... era una de la promesas que le había hecho a Dios... que si aparecía Chiki, él iba a dormir en mi cama... nunca más lo iba a dejar solo. Me adelanté a su aparición... en el fondo mi fe me decía que iba a aparecer.

Embarqué en un taxi a mi padre y seguí buscando. No dormí toda la noche y me sentía cansado. Fui a una tienda en la noche del 25 a comprar y el guardián de la cuadra me preguntó si ya había encontrado a mi perrito... le contesté que no. Me dijo que él sabía donde estaba y me llevó al sitio. El otro guardián de la cuadra me mostró la casa pero dijo que el dueño no llegaba hasta las 9 de la noche.... eran las 8 p.m. del 25. Una hermana de mi grupo que vivía cerca se ofreció a acompañarme mientras que ya todo el grupo se había enterado y estaban en oración. Para esto, mi esposa y una hermana de grupo, hicieron, por su cuenta una busquedad de mi compañerito... aunque no lograraron nada.... aparte de difundir la pérdidad.

Esperamos hasta las 10:30 p.m. y la persona no llegaba, así que le dejé mis teléfonos al guardián de la cuadra para que me llamara a la hora que llegaran los dueños de la casa donde se suponía estaba el Chiki. Lo único que yo rogaba era que él era realmente mi perrito. Mi hermana de grupo se fue a su casa y yo a la mía a esperar la llamada. Yo decía, entre mí, que si no era Chikí, lo iba a adoptar... al menos hasta que aparecieran sus dueños.

A eso de las 11 p.m. sonó el teléfono y era la dueña de la casa que me decía que podía pasar por mi perrito en 20 minutos. Yo ya no lloraba de pena sino de alegría y agradecía a Dios sin saber siquiera si era mi perrito al que esas personas habían recogido.

Los minutos se me hacían más largos cada vez... y salí a buscarlo. Llegué a la casa y salió una señora con su esposo... y mi Chiki con ellos.... me vio y corrió a mis brazos... creo que los dos llorábamos. Agradecí a las personas, y a los guardianes les regalé un Panetón a cada uno y nos dirigimos Chiki y yo a nuestro hogar... por fin pude descansar.

Me pregunto... ¿si sufrí tanto por mi Chiki perdido por 24 horas, cómo deben haber sufrido José y María cuando Jesús, de niño, se les perdió tres días y luego lo encontraron en el Templo? Creo que ahora llamaré más seguido a mi padre y trataré de estar con él mucho más tiempo

Muchas veces uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde.
José Miguel Pajares Clausen
26 de diciembre 2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que el Señor de Señores y Rey de Reyes cada vez nos pone pruebas ... en este caso yo sé cuanto le afecta el que no hubiera recuperado al loquito de Chiky,pero hay que dar Gloria a Dios porque escuchó las sinceras súplicas de corazón de todas las personas que nos enteramos y estuvimos pendientes.
Simplemente Ana.