martes, 22 de febrero de 2011

DAVID SILK, DE OBISPO ANGLICANO EN AUSTRALIA A SACERDOTE CATÓLICO EN INGLATERRA



Pastoreó la diócesis anglicana de Ballarat de 1994 a 2003.

Es el cuarto obispo anglicano en ser ordenado sacerdote en lo que va de año. El siguiente, el 5 de marzo, será el obispo jubilado Edwin Barnes, ya diácono.

Un hombre de edad avanzada pero aún vigoroso se estiró el viernes con humildad en el suelo de la abadía de St Mary, al sur de Inglaterra. Él, que fue obispo, ahora, en el otoño de su vida, volvía allí, al suelo, a la pequeñez, mientras resonaban las letanías con los nombres de los grandes santos y santas de la Iglesia. Se levantó para ser un simple sacerdote, pero sacerdote católico, con Pedro, con la Iglesia universal.

David Silk, nacido en 1936, ha dedicado su vida a evangelizar... casi toda ella, con la Iglesia Anglicana, pero desde este pasado viernes 18, lo hace como sacerdote católico, el cuarto en formar parte del Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham, en Inglaterra.

De 1994 a 2003, Silk fue el obispo anglicano de Ballarat, una zona rural de Australia con 24 parroquias. Al jubilarse, volvió a su Inglaterra natal. Disgustado con la deriva liberal de la Iglesia de Inglaterra, llegó al convencimiento de que la unidad de las iglesias pasaba por la unidad real con Roma.

El pasado día 15 fue ordenado diácono católico por el obispo de Plymouth, Christopher Budd. La esposa del antiguo obispo le ayudó a vestir la dalmática, un gesto similar al que hicieron las esposas de los ex obispos anglicanos Keith Newton, Andrew Burnham y John Broadhurst en su propia ordenación como sacerdotes católicos.

Desde el viernes, el Ordinariato cuenta con cuatro sacerdotes (Newton, Burnham, Broadhurst y ahora Silk) y un diácono (Edwin Barnes, ordenado el 11 de febrero). Todos han sido obispos anglicanos: nunca en la historia ha sucedido que 5 obispos o ex obispos anglicanos fuesen ordenados sacerdotes católicos, y menos aún ha pasado en apenas tres meses, puesto que Barnes será ordenado sacerdote el 5 de marzo en la catedral de Porstmouth.

El proceso contrario (obispos católicos que se hacen clérigos anglicanos) no ha sucedido nunca desde la Reforma del siglo XVI (todos los obispos ingleses se sometieron a las imposiciones del rey Enrique VIII, excepto san Juan Fisher, que fue decapitado).

Primera ordenación mundial a petición de un Ordinario anglocatólico.
La ordenación de Silk ha sido la primera en la historia en la que un Ordinario anglocatólico, en este caso el padre Keith Newton, ha presentado a un candidato al sacerdocio a un obispo católico (en este caso el obispo Budd de Plymouth), y le ha pedido que lo ordene bajo la autoridad dada al Ordinario por la Santa Sede. Así, aunque Silk es ordenado por el obispo, su superior es el Ordinario, Newton, que sólo es un sacerdote (hace 50 días aún no era ni católico), que a su vez depende de Roma, no de los obispos ingleses. Este modelo de ordenación se repetirá probablemente con Barnes y a partir de Pascua, con numerosos sacerdotes (aún) anglicanos que quieren unirse al Ordinariato.

En la ceremonia en la Abadía de St Mary, en Buckfast, oficiada por Budd como obispo anfitrión, participó también el obispo Alan Hopes, el "padrino" del Ordinariato entre el episcopado inglés. También él, con Budd, impuso las manos sobre el nuevo sacerdote y le ungió con aceite. El coro cantó el Kyrie de Hutchings, el Gloria (a cuatro voces) de la misa de Byrd, un motete del mismo autor para la Comunión y el Salmo 109 del benedictino Sebastian Wolff. Todo muy en la tradición "high church" inglesa.

Entre los asistentes había feligreses católicos, anglicanos que están examinando la posibilidad de entrar en el Ordinariato anglocatólico, y anglicanos que aún no contemplan esa posibilidad pero querían felicitar a su amigo, el antiguo obispo Silk, ahora ya padre Silk.

El suroeste inglés, espacio anglocatólico.
Según explica el ex obispo anglicano Edwin Barnes (hoy diácono católico y bloguero entusiasta) el suroeste de Inglaterra ha sido tradicionalmente una zona muy anglocatólica, es decir, de anglicanos de esa tradición. En los años 90, el obispo anglicano de Truro, que se autodefinía como "anglocatólico", se dedicó a ordenar mujeres y a presionar a sus obispos sufragáneos a hacer lo mismo, con gran disgusto por parte de muchos feligreses.

El actual obispo anglicano de Devon no ordena mujeres, y sus feligreses anglicanos conservadores se creen "seguros" con él, pero Barnes recuerda que dentro de 5 años se jubilará. Quizá entonces muchos que pensaban que era posible seguir siendo conservadores en doctrina, liturgia y valores dentro del anglicanismo cambien de idea. En esa zona, que cubre el obispado católico de Plymouth, apenas hay unos 50.000 católicos sobre 2,5 millones de habitantes.
Pablo J. Ginés/ReL

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