viernes, 29 de abril de 2011

CONFIANDO EN MARÍA



Si estamos enfermos.

Si estamos enfermos debemos proclamar a María como Reina de nuestra enfermedad, para que Ella tome las riendas de nuestro padecer y nos guíe en este camino de dolor y sufrimiento, y si le parece que es conveniente para la salvación de nuestra alma y el bien espiritual de muchos, nos dé la gracia de una completa curación o, al menos, el alivio de una pronta mejoría en los padecimientos.

¡Qué felices seremos si nos confiamos a la Virgen, si le confiamos nuestra dolencia!, porque Ella sabrá hacer todo lo necesario para aliviarnos la cruz y hacérnosla llevar con valor y mérito, para ser otros verdaderos cristos y completar así lo que falta a la Pasión del Señor.

Confiemos en María, que Ella es la Reina del Cielo y de la tierra y todo le está sometido, absolutamente todo, incluso las enfermedades y los demonios que las causan. Por eso entreguémonos en los brazos misericordiosos de Aquella, que es nuestra Madre buena y compasiva, y seremos felices aún en medio de la cruz de cada día. Y si es voluntad de Dios que nos sanemos, María pasará su mano virginal sobre nuestra enfermedad y quedaremos curados. Solo confiemos en Ella... la Madre de Dios.

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