miércoles, 20 de julio de 2011

MORIR MATANDO



Las palabras de monseñor Tomasi, representante del Vaticano ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidad, en Ginebra, son para ser tenidas en cuenta.

Hay, a nadie se le oculta, una agenda gay dirigida a incluir el ejercicio de la homosexualidad dentro del capítulo de los Derechos Humanos. Recientemente, la ONU dio un paso decisivo en esa dirección con la aprobación del documento sobre la orientación sexual e identidad de género. Documento impulsado con todas sus fuerzas por el Gobierno Obama de Estados Unidos y aplaudido por el poderoso lobby gay.

Pues bien, monseñor Tomasi ha afirmado claramente que dicho documento es una amenaza para la libertad religiosa de los católicos y de los que, como ellos, no creen que el ejercicio de la homosexualidad sea bueno y deba ser considerado un derecho humano. ¿Qué sucedería si algún día la ONU así lo decidiera? La Iglesia católica, y como ella muchas otras religiones, se vería incluida automáticamente dentro del grupo de instituciones que no respetan los derechos humanos. Sus líderes, desde el Papa hasta los sacerdotes, podrían ser perseguidos - con multas o con la cárcel - por atreverse a decir que esa conducta es un pecado. Si se niegan a aceptar sacerdotes que practican la homosexualidad, se verían acusados de discriminación. Pero no solamente ellos se verían afectados. Los padres de familia católicos tendrían que soportar que sus hijos fueran educados en ese tipo de ideología, pues sería de estudio obligatorio en todos los colegios del mundo. O, tendrían que aceptar que, si mueren y sus hijos quedan huérfanos, puedan ser adoptados por una pareja gay, sin que ellos pudieran hacer previamente nada para evitarlo.

Monseñor Tomasi ha vuelto a insistir en lo que la Iglesia lleva diciendo muchos años: que condenamos toda violencia y discriminación contra los homosexuales - como la que se lleva a cabo, por ejemplo, en países islámicos, donde son encarcelados -, pero que no se nos puede pedir que vayamos contra nuestra conciencia diciendo que es bueno lo que creemos que es malo.

En un mundo que se hunde, donde tantas cosas e instituciones están al borde de la quiebra - entre ellas la familia -, parece extraño poner tanto empeño en promover ese comportamiento como un derecho humano”. Quizá sea el estertor de una cultura hedonista y relativista, herida de muerte, que quiere morir matando. Recemos para que no triunfe.

Santiago Martin

1 comentario:

Anónimo dijo...

comentario-1:
No se cual es mas criminal que cual?...

si las leyes que avivan la cultura de la muerte en todo el orbe, legalizando el aborto a diestra y siniestra?

o ésta ultima, que al final de cuentas a mi parecer es mas enredada de lo que parece...
me explico?...

Pues bien, ellos dicen que la Iglesia y las personas que bajo la Doctrina de fe Cristiana jamás aceptaremos ésta desviación sexual como un derecho que le asiste a algún hermano humano, simplemente les estamos discriminando...

pero yo me pregunto?
quien discrimina a quien?

No ha sido acaso clara y enfática la Santa Iglesia Católica, los Papas, los Obispos como en esta ocasión Monseñor Tomasi, etc, etc... al decir :
QUE NO LES DISCRIMINAMOS, ES MAS, DICE:
condenamos toda violencia y discriminación contra los homosexuales.

Acaso no es claro el mensaje:
Si Dios mismo desde que nos da el Libre Albedrío, nos deja a libre opción de ser santos o pecadores; nos deja ser gay´s si es que nos da la gana de serlo, entonces quienes somos nosotros, para discriminarnos entre nosotros mismo?!!

por eso es que no entiendo quien rechaza a quien?

Por que si analizamos un poco mejor y sin caldear tanto los ánimos sobre todo por parte de mis hermanos homosexuales, podrían darse cuenta que quienes Si están discriminando al ser humano son ellos mismos.

Si Exacto, son ellos mismos los que habiendo nacido varón o mujer, llegando a un punto en su existencia, DECIDEN, no identificarse mas con ése genero sexual humano que Dios les ha proveído, y se declaran así mismos homosexuales.

Yo entiendo que quieran que la sociedad los acepte, y de hecho así debe ser (hasta cierto punto), y la Iglesia de hecho, no los rechaza, los acepta, los ama, los acoge, no obstante jamás cesará de atender y proclamar la Voz de Cristo escrita en el Evangelio, en donde claramente, nos señala qué camino es el correcto para la Salvación del Alma, y cual es el camino de la perdición total de la misma; y si a esto el pecador (incluyendo al homosexual) insiste en vivir su vida en pecado, pues quien es uno para impedírselo, quien es uno para discriminarlo, quien es uno para decirle, No tú no entras aquí, o no participas en eso o aquello, si hasta Dios mismo los acoge con amor, acaso no dijo ÉL mismo: Dios ama al pecador mas no al pecado, OJO con esto, repito: Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado,
(continua en el siguiente comentario...)