martes, 21 de febrero de 2012

FE QUE MUEVE MONTAÑAS


Una pequeña congregación en las faldas de las Montañas “Great Smokies”
construyó un Nuevo santuario en un lote de terreno donado por un miembro de la
iglesia. Diez días antes de que la nueva iglesia fuese inaugurada, el inspector
municipal de la localidad le informó al pastor que la playa de estacionamientos
no era lo suficientemente grande para el tamaño del edificio. Hasta que la
iglesia doblase el tamaño de la playa de estacionamientos, no podrían utilizar
el nuevo santuario.

Desafortunadamente, la iglesia con la playa de insuficiente tamaño
había usado cada pulgada de su terreno excepto por la montaña contra la que
había sido construida. Para poder construir más estacionamientos, tendrían que
sacar la montaña fuera de su patio trasero. Sin amilanarse, el pastor anunció
el siguiente domingo en la mañana que se reuniría esa noche con todos los
miembros que tuviesen una “fe que mueve montañas”. Ellos celebrarían una sesión
de oración pidiéndole a Dios que removiese la montaña de su patio trasero y que
de alguna manera proveyese suficiente dinero para pavimentarlo y pintarlo antes
de la fecha del culto de inauguración la semana siguiente.

En el tiempo señalado, 24 de los 300 miembros de la congregación se
reunión para orar. Oraron por casi tres horas. A las diez de la noche, el
pastor pronunció el “amén” final. “Celebraremos el culto de inauguración el
próximo domingo tal y como está programado”, les aseguró a todos. “Dios nunca
nos ha fallado antes y estoy seguro de que será fiel en esta ocasión también”.
A la siguiente mañana mientras trabajaba en su estudio, oyó un fuerte
golpeteo en su puerta. Cuando gritó “entre”, un capataz de aspecto rudo
apareció, quitándose el casco al entrar. “Perdóneme, Reverendo. Soy de la
Compañía de Construcción Acme del condado aledaño. Estamos construyendo un
enorme centro comercial allá y necesitamos algo de tierra para relleno. ¿Podría
usted vendernos un pedazo de esa montaña detrás de su iglesia? Le pagaremos por
la tierra que removamos y le pavimentaremos el área desocupada a costo nuestro,
si la podemos tener de una vez.

No podemos hacer nada más hasta que rellenemos con tierra y le permitamos
asentarse”.

Aquella pequeña iglesia fue dedicada el siguiente domingo de acuerdo al
plan original y ¡hubo muchísimos más miembros con “fe que mueve montañas” en el
domingo inaugural que los que había habido la semana anterior!
¿Nos hubiéramos nosotros presentado para aquella reunión de oración?
Alguna gente dice que la fe viene de los milagros. ¡Pero otros saben que los
milagros vienen por la fe!

-¡Mujer, qué grande es tu fe! – contestó Jesús –. Que se cumpla lo que
quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. Mateo 15:28

Porque ustedes tienen tan poca fe – les respondió –. Les aseguro que si tienen
fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña:
‘Trasládate de aquí para allá. Mateo 17:20

Les aseguro que si tienen fe y no dudan – les respondió Jesús –, no
sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este
monte: ‘¡Quítate de ahí y tírate al mar! Mateo 21:21

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