jueves, 31 de mayo de 2012

ORLANDI, AMOR...


ORLANDI, AMORTH, EL VATICANO, SU GENDARMERÍA: INGREDIENTES PARA LA FANTASÍA POPULAR

Está bien esto de las declaraciones del Padre Amorth sobre el Vaticano y las orgías que ha aparecido en los titulares de muchos periódicos. Son este tipo de titulares los que dan un cierto sabor a las webs de noticias. Sin cosas así, todo sería crisis, bolsa, más crisis, encuentros de jefes de estado, y alguna ballena varada.

A partir de aquí el post original (este post) ha sido corregido, porque varios días después se supo que el P. Amorth no había hecho tales declaraciones.

Pero dejando el tema de las falsas declaraciones, ya se está volviendo un clásico el que yo salga en defensa del buen nombre de todos aquellos que trabajan o pululan por las lindes vaticanas. Os aseguro que no estoy en nómina, que nadie me da las gracias y que, por el contrario, alguien puede pensar que estoy metido en algún complot secreto: ¿a quién servirá el misterioso autor de El Blog del Padre Fortea para defender tanto al Vaticano? ¿Será de verdad él el autor? ¿No será un autor colectivo creado bajo esa marca para defender los oscuros intereses de una institución sobre la que ya nos advirtió tan eruditamente El Código da Vinci?

Mañana seguiré hablando de este tema. Esto sólo ha sido un avance. Y quizá hasta hable del camarero del Papa. La foto no tiene que ver del todo con el tema. Pero es que me dijo una persona que no le gustaba lo que escribía para nada, pero que todos los días sin falta entraba en mi blog por las fotos.

ORLANDI, AMORTH, EL VATICANO, SU GENDARMERÍA: INGREDIENTES PARA LA FANTASÍA POPULAR (II)

(Sigue del post de ayer) Hay gente que gusta mucho los complots. A mí en el cine también. Pero en la vida real, llevar a cabo un complot no es posible. ¿Por qué? Porque la gente se va mucho de la lengua. Si las grandes conjuras se pudieran llevar a cabo con dos personas involucradas, pues sí. Pero en cuanto un plan medianamente decente involucra a más de una decena de personas, ya la hemos liado.

Basta que un papel lleve un membrete que diga secreto, para que ese membrete sea como un reclamo, como una incitación: me puedes guardar un secreto, puedo confiarte algo, no debería decirte nada, no puedo hablar, y cosas así. Sobre todo si el membrete es rojo, todavía incita más a irlo propagando de uno en uno en las sobremesas de la cena.

No, en la vida real hay poco complot, pocas intrigas, estamos muy ayunos de maquinaciones que valgan un poco la pena. La única conjura que sí que existe es la conjura de los necios. Pero esa se da cuerda a sí misma. Es increíble la capacidad que tienen los necios para ponerse de acuerdo en ir dando golpes en una dirección. Pero ése es otro tema. Otro tema, sí, aunque en un post (que no es un tratado) tenemos pleno permiso (dado por Blogger) para ir tocando todos los temas siguiendo el ritmo de nuestro libre albedrío.

Pero retornando al asunto inicial, no, no creo que haya nada de lo que dice el Padre Amorth en el Vaticano. Lo cierto es que hace tiempo comencé defendiendo al Colegio Cardenalicio, y ahora me encuentro defendiendo a la Gendarmería Pontificia. Mañana puede que haya inconfesables y escandalosas declaraciones sobre los cocineros del Vaticano, y ahí estaré yo para dejar su buen nombre a salvo. Sobre todo si las acusaciones parten tan solo de lo que haya dicho algún demonio en algún exorcismo.

PADRE FORTEA

SANANDO EL CUERPO Y ALMA


Las siete zambullidas de Naaman nos revelan 7 cosas a las que debemos renunciar para ser sanos en cuerpo y alma.

(Lectura, 2 de Reyes 5: 1- 14) Vs. 14: "El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio".

La mayoría de las enfermedades físicas tienen una relación directa con problemas emocionales, el 90% de las enfermedades son producto de alguna situación emocional que todavía no has resuelto. Dios quiere sanarte de la enfermedad física y emocional.

Hay muchas emociones dentro de los seres humanos que están sin resolver, recuerdos del pasado, enojos y broncas acumuladas que han creado situaciones negativas que hacen que nos sintamos enfermos.

Toda emoción negativa que no es expresada tiende a enfermar a alguno de los órganos de nuestro cuerpo, las emociones no expresadas afectan nuestras vidas de manera significativa.

Dios quiere sanar tus emociones para también sanar tu cuerpo.

Hay una estadística hecha por científicos en una empresa que dice que de 200 personas que aparentemente estaban sanas, encontraron que el 43,5% sufría de Trastornos generales, 37,5% Dolores de estómago, 26,5% Estados de ansiedad, 22% faringitis recurrente, 17,5% mareos, 17,5% insomnio, 15% diarrea, 15% dolor de cabeza, 6% reumatismo. Es evidente que las presiones laborales son un ejemplo de cómo se ve afectado el cuerpo.

 También se ha descubierto que una persona en promedio antes de los 25 años ha tenido 200 enfermedades. Cuando nos preguntamos porque las cosas pasan, porque la enfermedad nos ataca, nos damos cuenta que es muy probable que en nuestro interior haya cosas sin resolver.

LAS SIETE ZAMBULLIDAS DE NAMMAN, EL GENERAL SIRIO.

Naaman era un hombre muy importante, pero el tenia lepra y en ese tiempo la lepra no se podía tratar, no tenía cura. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, la piel es el reflejo de nuestro interior, cuando estamos enfermos muchos de los síntomas se manifiestan en la piel, por ejemplo: la persona que tiene problemas en el hígado su piel se pone amarilla, una persona con alergia también se ve en su piel, etc.

 Investigaciones nos dicen que la piel se ve afectada también cuando la gente en su niñez no recibe amor y cariño, abrazos y caricias es decir la piel se ve afectada por la falta de esas personas que nos tenían que haber amado, abrazado, contenido, entonces aquí descubrimos que Naaman estaba pasando por esta situación.

 Ahora la pregunta que me hice al leer esta historia es ¿por qué siete veces tenia que meterse en el río, porque no una, dos o tres? Naamán tenía que resolver y sanar siete cosas en su interior, siete situaciones internas para poder recibir la sanidad en su cuerpo.

Hay siete situaciones que Naaman necesitaba solucionar, situaciones internas que lo enfermaban, en cada zambullida una de ellas era sanada, quizás estés pasando por lo mismo, siete situaciones que no te permiten recibir la sanidad completa de parte de Dios, y hoy quiero hablarte de estas siete zambullidas que tuvo que hacer Naamán para ser sano, y que tendrás que vencer en tu vida para que la sanidad interna y externa venga a ti.

Zambullida #1 "El orgullo"

 Lo primero que dice la Biblia sobre Naamán es que era un varón grande delante de su Señor. Era un hombre orgulloso, las personas que son orgullosas terminan enfermándose, se sienten superiores a los demás y quieren demostrarlo todo el tiempo, es gente que se afirma en sus logros, en su propia fuerza para demostrar que son alguien, necesitan mantener una apariencia que terminan enfermándolos.

 Una de las principales cosas que Dios tiene que sanar es el orgullo. Tienes que renunciar al orgullo. El orgullo te enferma, este hombre hasta el día que conoció a la niña que le sugirió ir al profeta, siguió enfermo, él se consideraba una persona importante, estaba orgulloso de estar al lado del Rey, cuando estas en esa actitud le pones una traba al Señor. Quitar el orgullo de tu vida hará que el poder de Dios pueda actuar en ti y puedas recibir la sanidad que estas necesitando.

 Zambullida #2 "Mala conexión con el dinero"

Cuando Naaman se enteró que alguien lo podía sanar de una manera sobrenatural, llevo ¡340 kilos de plata 60 kilos de oro y 10 mudas de vestido, sin duda era una gran riqueza!. Tomo ese dinero y se fue a presentar delante del hombre que lo iba a sanar, él pensaba que podía comprar su sanidad a través del dinero. Pero no funciona de esa manera. Dios no necesita tu dinero para sanarte, cuando le ofrendas a Dios le ofrendas para que el reino de Dios se extienda, no para comprar tu sanidad, la sanidad no se compra, el amor de Dios no se compra. Sino solo los que tienen dinero se sanarían.

 El problema de Naaman era la mala conexión con el dinero, como esas personas que creen que porque tienen dinero son más que los demás. El dinero no sirve solo para comprar bienes y servicios, al dinero a veces, se puede usar como una mala conexión, las personas lo utilizan para tener amigos, gente que compra amistades, invitan a cenar y dicen "Ven que te compro esto, ven que te regalo lo otro". Eso es una mala conexión porque si no fuese por el dinero estarían solos. El dinero es una bendición de Dios, pero la biblia dice que "raíz de todos los males es el amor al dinero" lo malo no es tener dinero sino adorar al dinero, en vez de adorar a Dios que te da el dinero. Lo que Dios quiere hacer es sanar tu conexión con el dinero. Desde que Jesús vino a la tierra todas las bendiciones que recibimos son por gracia, antes de conocer a Jesús nosotros merecíamos la enfermedad, porque no habíamos recibido la gracia de Él. Lo que tu recibes no es por tener mucho o poco dinero sino porque Dios es bueno y aunque no lo merezcamos él nos lo da igual.

Zambullida #3 "Actitudes de Sabelotodo"

¡El creía que sabía todo! Esas personas que creen que saben más que todos, cuando les explicas algo, ellos ya lo sabían. Hay que levantarse todos los días con una mentalidad de aprendiz. Este hombre creía que sabía todo, cuando la niña le dice: "En Israel hay un profeta" no le dijo que fuera a ver al Rey, sino al p-r-o-f-e-t-a. Pero este hombre en vez de ir a ver al profeta quiso ir a ver al rey. A veces por creer que sabemos todo, recurrimos a la gente equivocada. Tenemos que levantarnos pensando y preguntándole a Dios cual es el paso que tengo que dar, Dios te está mirando y para sanarte quiere que saques la actitud de "lo sé todo", y la reemplaces por una actitud de aprendiz. Cada dia hay algo nuevo por aprender.

Zambullida #4: "Demostraciones exageradas de poder"

Cuando Naaman llega a la casa del profeta, este estaba adentro. Llega a la puerta de Eliseo en un carro de guerra y rodeado de soldados a caballo, intento meterle presión al profeta, demostrar quién era. Tú no puedes presionar a Dios para que te sane, no puedes impresionar a Dios con lo que tienes para que te sane.

Cuando este hombre llega con todo su ejército y Eliseo en vez de salir a la puerta y atenderlo, le manda un empleado diciéndole que tenía que: "irse a bañar". Esto nos enseña que de ninguna manera podemos intimidar con lo que tenemos a Dios, Dios actúa por gracia, no por presión. Dios busca corazones humildes y sinceros para poder bendecirlos. Un Naaman moderno llegaría a la puerta de nuestros templos, en una limusina, con diez vehículos Mercedes Benz de compañía, alardeando, tratando de impresionar y poniendo presión. Diciendo, "soy importante, sáname".

Zambullida #5: "El Enojó"

 Dice la biblia que Naaman se fue enojado. Estadísticamente la gente que se enoja muy seguido vive menos tiempo. El que se enoja mucho tiene problemas cardiacos, hepáticos y gastrointestinales. No hay que enojarse más, hay que tomar con calma los problemas.

El enojo te enferma y también te aparta de tu sanidad.

Hay maneras negativas de enojarse, por ejemplo podes expresar el enojo con la otra persona: gritando, insultando, algunos hasta llegan al punto de golpear al otro. Hay gente que expresa su enojo en forma interna, se traga la bronca, en vez de decir todo, se guarda. Cuando guardas esa bronca se transforma en problemas internos.

Una de las consecuencias más comunes que encontré es que muchas de las personas con sobrepeso están así porque tienen problemas guardados, enojos escondidos porque acumulan problemas en vez de resolverlos de la manera adecuada, también hay otras personas que quieren tapar el enojo con la droga o con el alcohol.

¿Cómo sacamos el enojo?

Una manera seria entregárselo a Dios, de una manera sobrenatural. Al enojo hay que sacarlo de alguna manera, una manera es encerrarte en tu habitación, no expresarlo en palabras a una persona, si no hablarlo solo, gritarle a la nada, y sacarte la bronca. Otra manera es hacer ejercicio físico y gastar esa energía negativa de forma sana. Tienes que sacar el enojo.



Descargar todo lo que acumulaste durante tanto tiempo, porque es posible que eso sea lo que haya traído enfermedad a tu vida.

Zambullida #6: "Todo se hace como digo yo"

Naaman decía y trataba de enseñarle a Dios como tenia que hacer el milagro de sanidad. El creía que todos tenían que hacer las cosas como a él le parecía, es esa gente que es estructurada y que cree que se hace todo de cierta manera. Personas inflexibles, que tienen posturas rígidas que no desean cambiar aunque saben que deberían hacerlo. La rigidez de pensamiento se ve reflejada en enfermedades en las articulaciones, artritis y artrosis. Hay que abrir la mente a lo nuevo de Dios, hoy Dios puede ser que te sane de una manera sobrenatural y sientas un fuego dentro tuyo, o que te unjan con aceite, hay distintas maneras, porque Dios es multiforme, y no lo podemos encasillar.

Zambullida #7: "Las Comparaciones"

Naaman decía "¿como me voy a meter y sanar en estos ríos, si en Siria en la ciudad de Damasco son mejores que los que hay acá?". La última de las cosas que tenia este hombre era que vivía de las comparaciones, esa gente que mira que ropa te pusiste hoy, que zapatos, que vehículo tenéis. Las comparaciones te llevan a la envidia y la envidia te enferma. Dios tiene que sanar ese espíritu de comparación. No compitas, ni te compares con nadie, solo con tu mismo para superarte cada día.

Estas 7 cosas que tenia este hombre fueron obstáculos que tenia para llegar a la bendición, pero Dios lo fue sanando en un espacio de horas. Dios lo fue tratando, primero, le puso a una niña esclava que le dijo lo que tenía que hacer, después fue a ver a un Rey que lo saco corriendo, luego le puso a un profeta que no le dio interés, por otro lado lo atendió un sirviente que le dijo "anda a bañarte". Dios le fue rompiendo todos los esquemas mentales, porque Dios sabe que si rompemos los esquemas mentales negativos nos vamos a sanar, si rompemos los obstáculos que están en nuestro interior Dios puede sanarnos. A veces Dios nos sana rápidamente y a veces en un proceso en el cual nos va rompiendo esquemas hasta llegar a la sanidad.

Dios quiere sanar esos obstáculos para que llegues a tu sanidad. Hoy es día de renunciar a ellos. Lo bueno es que todo esto no lo merecíamos, si no que Dios a través de su misericordia y por medio de su hijo Jesucristo nos regaló la vida eterna, por gracia, gracia es un regalo que no merecemos. La biblia también nos enseña que Jesús nos da vida abundante. En lo físico, en lo espiritual, en lo emocional, en lo material, Dios no solamente piensa en el "más allá" si no también en el "más acá".

Va a llegar un momento en el que irás al médico y mientras sigas haciendo el tratamiento, Dios te va a sanar de una manera sobrenatural y cuando vuelvas al médico, él se va a sorprender y no va a encontrar ninguna enfermedad. No va a haber nada. Pero sigue con el tratamiento, hasta que llegue el milagro de Dios, y vayas al médico y no pueda explicarte como de una enfermedad incurable pasaste a ser una persona sana, y en ese momento podrás decir: ¡¡Fue mi Dios, mi Dios sanó mi cuerpo, porque primero sanó mi interior!!

César Castets

EL ANACORETA, YO O NOSOTROS


El Anacoreta y su joven seguidor regresaban de una conferencia en la que un psicólogo había disertado sobre el desarrollo de la persona. El joven comentó:

- No sé si he acabado de comprender lo que nos ha dicho. No me ha quedado claro si lo que debo hacer es desarrollar, hacer crecer el Yo o lo que he de priorizar es el grupo, la comunidad, el bien común.

Rió abiertamente el anciano y dijo:

- Me parece que el psicólogo tampoco lo tenía totalmente claro. Se ha contradicho más de una vez.

Luego, guardó silencio mientras atravesaban la calle. Al llegar a la otra acera prosiguió:

- En nuestra sociedad, a pesar de todas las manifestaciones, asociaciones, grupos de presión, acción, reacción..., predomina el "ser yo" por encima del "ser nosotros". Y por muchas acciones colectivas que se emprendan ante la crisis, damos la impresión que en nosotros prevalece el "sálvese quien pueda"...

Volvió a guardar unos momentos de silencio. Luego se explicó:

- Posiblemente lo que debamos conseguir es el equilibrio entre lo personal y lo comunitario. Como nos cuesta mucho controlar el entorno, nos refugiamos en nosotros mismos. De ahí el éxito que tienen todos los cursos que se hacen para interiorizarnos, para perfeccionar nuestro yo. El peligro está en que nos encerremos en nosotros mismos, en formarnos un mundo interior personal y ajeno al exterior. Eso es declararnos derrotados ante nuestro entorno.

El joven, todavía confuso, preguntó:

- Entonces. ¿Estamos en un callejón sin salida?

Sonrió el Anacoreta al responder:

- No. Se trata de cultivar nuestro yo, nuestra interioridad, sin desconectarnos del entorno. Y se trata de interiorizar siendo conscientes de que nosotros podemos influir en el exterior, más de lo que él puede hacerlo en nosotros. Si cada "yo" se enriquece pensando en el grupo, es evidente que se enriquece al mismo tiempo el "nosotros", el grupo. Somos demasiado proclives a culpar a los demás, a la sociedad, al entorno, de nuestras desgracias y olvidamos, que nuestro "yo" feliz, pleno, rico, sino se encierra en nosotros mismos, hace que esa sociedad se enriquezca, crezca, sea una sociedad mucho más feliz. De eso se trata: crecer nosotros para que crezca la sociedad.

Y continuaron caminando en silencio...

ACCIÓN Y CONTEMPLACIÓN


"Toda vida cristiana está destinada a ser al mismo tiempo profundamente contemplativa y rica en trabajo activo. Es cierto que somos llamados a crear un mundo mejor. Pero ante todo somos llamados a una tarea más inmediata y ensalzada: la de crear nuestras propias vidas. Al hacerlo, actuamos como colaboradores de Dios. Ocupamos nuestro lugar en la gran obra de la humanidad, ya que, en efecto, la creación de nuestro propio destino en Dios es imposible en un estado de completo aislamiento. Cada uno de nosotros labra su propio destino inseparablemente unido a todas las demás personas con quienes Dios ha querido que vivamos. Compartimos unos con otros la obra creadora de vivir en el mundo. Y por medio de nuestra lucha con la realidad material, con la naturaleza, nos ayudamos unos a otros a crear al mismo tiempo nuestro destino y un mundo nuevo para nuestros descendientes."

(Thomas Merton)

PAZ INTERIOR.......


La caridad, el amor a Dios y al prójimo, es el camino seguro hacia la vida eterna.

«Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones»
La experiencia os demostrará que la paz,
que infundirá en vosotros la caridad,
el amor a Dios y al prójimo,
es el camino seguro hacia la vida eterna.

.Nuestra época es una época de agitación y de in­quietud. Esta tendencia, evidente en la vida cotidiana de nuestros contemporáneos, se manifiesta también con gran frecuencia en el ámbito mismo de la vida cristiana y espiritual: nuestra búsqueda de Dios, de la santidad y del servicio al prójimo suele ser tam­bién agitada y angustiada en lugar de confiada y se­rena, como lo sería si tuviéramos la actitud de los ni­ños que nos pide el Evangelio.

Por lo tanto, es fundamental que lleguemos a com­prender un día que el itinerario hacia Dios y hacia la perfección que se nos pide es mucho más eficaz, más corto y también mucho más fácil cuando el hombre aprende poco a poco a conservar en cualquier cir­cunstancia una profunda paz en su corazón.

Esto es lo que pretendemos hacer comprender a través de las consideraciones de la primera parte. Enseguida pasaremos revista a todo un conjunto de situaciones en las que frecuentemente nos encontra­mos, intentando explicar el modo de afrontarlas a la luz del Evangelio, a fin de conservar la paz interior.

En la tradición de la Iglesia, esta enseñanza ha sido abordada frecuentemente por los autores espiri­tuales. La tercera parte consta de una serie de textos seleccionados de autores de diferentes épocas que recuperan e ilustran los distintos temas a los que aludimos.

LA PAZ INTERIOR, CAMINO DE SANTIDAD

SlN MÍ NO PODÉIS HACER NADA

Para comprender la importancia fundamental que tiene, en el desarrollo de la vida cristiana, el afán por adquirir y conservar lo más posible la paz del corazón, en primer lugar hemos de estar plenamente convenci­dos de que todo el bien que podamos hacer viene de Dios y sólo de Él. «Sin mí no podéis hacer nada», ha dicho Jesús (Jn 15, 5). No ha dicho: no podéis ha­cer gran cosa, sino «no podéis hacer nada». Es esen­cial que estemos bien persuadidos de esta verdad, y para que se imponga en nosotros no sólo en el plano de la inteligencia, sino como una experiencia de to­do el ser, habremos de pasar por frecuentes fracasos, pruebas y humillaciones permitidas por Dios. Él po­dría ahorrarnos todas esas pruebas, pero son necesa­rias para convencernos de nuestra radical impotencia para hacer el bien por nosotros mismos.

Según el testimonio de todos los santos, nos es indispensable adquirir esta convicción. En efecto, es el preludio imprescindible para las grandes cosas que el Señor hará en nosotros por el poder de su gracia. Por eso, Santa Teresa de Lisieux decía que la cosa más gran­de que el Señor había hecho en su alma era «haberle mostrado su pequeñez y su ineptitud».

Si tomamos en serio las palabras del Evangelio de San Juan citadas más arriba, comprenderemos que el problema fundamental de nuestra vida espiritual llega a ser el siguiente: ¿cómo dejar actuar a Jesús en mí? ¿Cómo permitir que la gracia de Dios opere libre­mente en mi vida?

A eso debemos orientarnos, no a imponernos principalmente una serie de obligaciones, por buenas que nos parezcan, ayudados por nuestra inteligencia, según nuestros proyectos, con nuestras aptitudes, etc. Debemos sobre todo intentar descubrir las acti­tudes profundas de nuestro corazón, las condiciones espirituales que permiten a Dios actuar en nosotros. Solamente así podremos dar fruto, «un fruto que per­manece»(Jn 15, 16).

La pregunta: «¿Qué debemos hacer para que la gra­cia de Dios actúe libremente en nuestra vida?», no tie­ne una respuesta unívoca, una receta general. Para res­ponder a ella de un modo completo, sería necesario todo un tratado de vida cristiana que hablara de la ple­garia (especialmente de la oración, tan fundamental en este sentido...), de los sacramentos, de la purificación del corazón, de la docilidad al Espíritu Santo, etc., y de todos los medios por los que la gracia de Dios puede penetrar más profundamente en nuestros corazones.

En esta corta obra no pretendemos abordar todos esos temas. Solamente queremos referirnos a un as­pecto de la respuesta a la pregunta anterior. Hemos elegido hablar de él porque es de una importancia absolutamente fundamental. Además, en la vida concreta de la mayor parte de los cristianos, incluso muy generosos en su fe, es demasiado poco conocido y tomado en consideración.

La verdad esencial que desearíamos presentar y desarrollar es la siguiente: para permitir que la gra­cia de Dios actúe en nosotros y (con la cooperación de nuestra voluntad, de nuestra inteligencia y de nuestras aptitudes, por supuesto) produzca todas esas obras buenas que Dios preparó para que por ellas caminemos (Ef 2, 10), es de la mayor impor­tancia que nos esforcemos por adquirir y conservar la paz interior, la paz de nuestro corazón.

Para hacer comprender esto podemos emplear una imagen (no demasiado «forzada», como todas las com­paraciones) que podrá esclarecerlo. Consideremos la superficie de un lago sobre la que brilla el sol. Si la su­perficie de ese lago es serena y tranquila, el sol se re­flejará casi perfectamente en sus aguas, y tanto más perfectamente cuanto más tranquilas sean. Si, por el contrario, la superficie del lago está agitada, removi­da, la imagen del sol no podrá reflejarse en ella.

Algo así sucede en lo que se refiere a nuestra alma respecto a Dios: cuanto más serena y tranquila está, más se refleja Dios en ella, más se imprime su imagen en nosotros, mayor es la actuación de su gra­cia. Si, al contrario, nuestra alma está agitada y tur­bada, la gracia de Dios actuará con mayor dificultad. Todo el bien que podemos hacer es un reflejo del Bien esencial que es Dios. Cuanto más serena, ecuá­nime y abandonada esté nuestra alma, más se nos comunicará ese Bien y, a través de nosotros, a los de­más. El Señor .dará fortaleza a su pueblo, el Señor bendecirá a su pueblo con la paz (Ps 29, 11).

Dios es el Dios de la paz. No habla ni opera más que en medio de la paz, no en la confusión ni en la agitación. Recordemos la experiencia del profeta Elías en el Horeb: Dios no estaba en el huracán, ni en el temblor de la tierra, ni en el fuego, ¡sino en el li­gero y blando susurro (cf. 1 Re, 19)!

Con frecuencia nos inquietamos y nos alteramos pretendiendo resolver todas las cosas por nosotros mismos, mientras que sería mucho más eficaz per­manecer tranquilos bajo la mirada de Dios y dejar que Él actué en nosotros con su sabiduría y su poder infinitamente superiores. Porque así dice el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y la quietud está vuestra salvación, y la quietud y la confianza serán vuestra fuerza, pero no habéis querido (Is 30, 15).

Bien entendido, nuestro discurso no es una invita­ción a la pereza o la inactividad. Es la invitación a actuar, a actuar mucho en ciertas ocasiones, pero bajo el impulso del Espíritu de Dios, que es un espí­ritu afable y sereno, y no en medio de ese espíritu de inquietud, de agitación y de excesiva precipitación que, con demasiada frecuencia, nos mueve. Ese celo, incluso por Dios, a menudo está mal clarificado. San Vicente de Paúl, la persona menos sospechosa de pe­reza que haya existido, decía: «El bien que Dios hace lo hace por El mismo, casi sin que nos demos cuen­ta. Hemos de ser más pasivos que activos».

PAZ INTERIOR Y FECUNDIDAD APOSTÓLICA

Hay quien podría pensar que esta búsqueda de la paz interior es egoísta: ¿cómo proponerla como uno de los objetivos principales de nuestros esfuerzos, cuando hay en el mundo tanto sufrimiento y tanta miseria?

En primer lugar, debemos responder a esto que la paz interior de la que se trata es la del Evangelio; no tiene nada que ver con una especie de impasibilidad, de anulación de la sensibilidad o de una fría indife­rencia encerrada en sí misma de las que podrían dar­nos una imagen las estatuas de Buda o ciertas actitudes del yoga. Al contrario, como veremos a continuación, es el corolario natural de un amor, de una auténtica sensibilidad ante los sufrimientos del prójimo y de una verdadera compasión, pues solamente esta paz del corazón nos libera de nosotros mismos, aumenta nuestra sensibilidad hacia los otros y nos hace dispo­nibles para el prójimo.

Hemos de añadir que únicamente el hombre que goza de esta paz interior puede ayudar eficazmente a su hermano. ¿Cómo comunicar la paz a los otros si carezco de ella? ¿Cómo habrá paz en las familias, en la sociedad y entre las personas si, en primer lugar, no hay paz en los corazones?

«Adquiere la paz interior, y una multitud encon­trará la salvación a tu lado», decía San Serafín de Sarov. Para adquirir esta paz interior, él se esforzó por vivir muchos años luchando por la conversión del corazón y por una oración incesante. Tras dieci­séis años de fraile, dieciséis como eremita y luego otros dieciséis recluido en una celda, sólo comenzó a tener una influencia visible después de vivir cuarenta y ocho años entregados al Señor. Pero a partir de en­tonces, ¡qué frutos! Miles de peregrinos se acerca­ban a él y marchaban reconfortados, liberados de sus dudas e inquietudes, descifrada su vocación, y cura­dos en sus cuerpos y en sus almas.

Las palabras de San Serafín atestiguan su expe­riencia personal, idéntica a la de otros muchos santos. El hecho de conseguir y conservar la paz interior, imposible sin la oración, debiera ser considerado como una prioridad para cualquiera, sobre todo para quien desee hacer algún bien a su prójimo. De otro modo, generalmente no hará más que transmitir sus propias angustias e inquietudes.

PAZ Y COMBATE ESPIRITUAL

No obstante, hemos de afirmar otra verdad no me­nos importante que la enunciada anteriormente: que la vida cristiana es un combate, una lucha sin cuartel. En la carta a los Efesios, San Pablo nos invita a re­vestirnos de la armadura de Dios para luchar no con­tra la carne o la sangre, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de ese mundo te­nebroso, contra los espíritus malignos que están por las regiones aéreas (Ef 6, 10-17), y detalla todas las piezas de la armadura que hemos de procurarnos.

Todo cristiano debe estar firmemente convencido de que, en ningún caso, su vida espiritual puede serel desarrollo tranquilo de una vida insignificante, sin historia, sino que debe ser el terreno de una lucha constante, y a veces dolorosa, que sólo dará fin con la muerte: lucha contra el mal, las tentaciones y el pecado que lleva en su interior. Este combate es ine­vitable, pero hay que considerarlo como una realidad extraordinariamente positiva. Porque «sin guerra no hay paz» (Santa Catalina de Siena), sin combate no hay victoria. Y ese combate es realmente el terreno de nuestra purificación, de nuestro crecimiento espi­ritual, donde aprendemos a conocernos en nuestra debilidad y a conocer a Dios en su infinita miseri­cordia; en definitiva, ese combate es el ámbito de nuestra transfiguración y de nuestra glorificación.

Sin embargo, el combate espiritual del cristiano, aunque en ocasiones sea duro, no es en modo alguno la lucha desesperada del que se debate en medio de la soledad y la ceguera sin ninguna certeza en cuanto al resultado de ese enfrentamiento. Es el combate del que lucha con la absoluta certeza de que ya ha conseguido la victoria, pues el Señor ha resucitado: «No llores, ha vencido el león de la tribu de Judá» (Ap 5, 5). No combate con su fuerza, sino con la del Señor que le dice: «Te basta mi gracia, pues mi fuer­za se hace perfecta en la flaqueza» (2 Co 12, 9), y su arma principal no es la firmeza natural del carácter o la capacidad humana, sino la fe, esa adhesión total a Cristo que le permite, incluso en los peores mo­mentos, abandonarse con una confianza ciega en Aquel que no puede abandonarlo. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp 4, 13). El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?»

(Sal 27).

El cristiano, llamado como está a «resistir hasta la sangre luchando contra el pecado» (Heb 12, 4), com­bate a veces con violencia, pero combate con un co­razón sereno, y ese combate es tanto más eficaz cuanto más sereno está su corazón. Porque, como ya hemos dicho, es justamente esa paz interior la que le permite luchar no con sus propias fuerzas, que que­darían rápidamente agotadas, sino con las de Dios.

Por: Wilson

DOS MUJERES EXCEPCIONALES



¡Gracias María, porque visitas nuestras almas! ¡Gracias porque nos traes a Jesús, como se lo llevaste a Isabel!

La fiesta de La Visitación está llena de encantos, de un idilio, de una ternura inigualable. Dos mujeres encinta que se encuentran, que se saludan, que se llenan de Dios y de alegría. Las dos primas, María e Isabel, convertidas en mamás las dos milagrosamente, se nos llevan también a nosotros todos los cariños.

Sólo María, después de la Ascensión del Señor en la Iglesia primitiva, pudo ser la fuente de esta información que hoy no sería capaz de presentar el reportero más avispado. Sin grabadoras ni cámaras de televisión, Lucas recogió los datos suministrados anteriormente por María, y en la visitación de María a Isabel nos ofrece una de las escenas más sublimes de toda la Biblia.

- ¡Isabel! ¡Isabel! ¿Cómo estás, cómo te encuentro?...

- Pero, María, ¿cómo vienes hasta aquí?...


María se ha enterado del estado de Isabel por el Ángel:

- Tu pariente Isabel, en su ancianidad, ha concebido un hijo, y ya está en su sexto mes la que siempre ha sido estéril, porque para Dios no hay nada imposible.

Más de ciento veinte kilómetros separan Nazaret de Ain Karim. Pero María, audaz, valiente, sin complejos ni miedos ¡qué muchachita ésta, y vaya mujer liberada!, emprende el camino desde Galilea hasta la montaña de Judea.

Isabel, nada más oír el saludo de su jovencita prima y antes de que ésta le comunique nada, se da cuenta de la maternidad de María, por iluminación del Espíritu Santo:

- ¿Pero, cómo es esto? ¿Llevas en tu seno a mi Señor, y vienes hasta mí? ¡Si noto que hasta el niño que se encierra en mis entrañas está dando saltos de gozo con solo oír tu voz!

María recibe la primera bienaventuranza del Evangelio:

- ¡Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá en ti todo lo que te ha dicho el Señor!

¡Hay que ver qué encuentro el de estas dos mujeres madres! La Liturgia de la Iglesia nos lo presenta hoy para que veamos lo que nos espera a nosotros en la próxima Navidad, que ya la tocamos con la mano.

María nos trae al Hijo de Dios, hecho hombre en su seno bendito.

Jesús se encuentra con nosotros para llenarnos de su Espíritu Santo, como a Isabel, como a Juan.

El Espíritu Santo nos llena de su alegría y de sus dones, porque donde entra el Espíritu de Dios no hay más que gozo, paz y vida divina y eterna.

Si nos ponemos a analizar este hecho de la visitación de María a Isabel, no sabemos por dónde empezar ni por donde acabar de tantas cosas como podemos decir, ya que se trata de una escena de riquezas inmensas. Igual nos habla de las dos naturalezas de Jesús, divina y humana, que de la mediación de María. Como nos dice también de la diligencia del apóstol, dispuesto a dar siempre ese Jesús que lleva dentro.

¿Quién es el Jesús que María lleva en su seno? Dios, ciertamente. Isabel lo reconoce: - ¿Cómo viene a visitarme la madre de mi Señor?... Y El Señor, para un judío, era solamente Dios.

¿Quién es el Jesús, hijo de María? Es hombre perfecto. Nacido de mujer, dirá San Pablo. Un Jesús hombre que tomará el pecho de la mamá como cualquier bebé.

Un Jesús que jugará y enredará y será educado como cualquier otro niño. Un Jesús que se desarrollará joven bello y de prendas singulares, como nos dice el Evangelio, e irá creciendo en estatura, en conocimientos y en gracia y atractivos ante los hombres lo mismo que ante Dios. Un Jesús que amará como nosotros; que trabajará y se cansará y padecerá hambre y sed; que gozará y sufrirá como sus hermanos los hombres, y que llegará a morir verdaderamente como cualquiera de nosotros.

¿Por medio de quién viene a nosotros este Jesús? Es la cosa tan evidente, que no necesita comentarios. Dios ha querido servirse de María, que ha dado su consentimiento consciente, libre y amorosamente al plan de Dios.

Y María sigue realizando hoy su misión de darnos a Jesús lo mismo que hizo con Isabel y el Bautista o lo veremos pronto con los Magos.

No va a ninguna parte María sin su Jesús. No se mete María con su amor y devoción en ningún alma sin meter bien dentro de ella al mismo Jesús. Venir a nosotros María o ir nosotros a María y no encontrarse con Jesús resulta un imposible. María, como Madre, es una Medianera natural entre Jesucristo y nosotros. De María aprendemos también una lección importante para nuestra vida cristiana.

¿Podemos quedarnos para nosotros ese Jesús que llevamos dentro? ¿No tenemos obligación de darlo a los demás?...

Por la fe de Abraham empezó la Historia de la Salvación. Por la fe de María –¡Sí, que se cumpla en mí tu palabra!– se realizó definitivamente el plan de salvación trazado y prometido por Dios. María nos enseña a ser creyentes, a aceptar la Palabra, a decir siempre SÍ a Dios.

¡María! ¡Gracias por tu fe! ¡Gracias, porque tu generosidad arrancó del seno de Dios a Nuestro Salvador el Señor Jesucristo! ¡Gracias, porque visitas nuestras almas! ¡Gracias porque nos traes a Jesús, como se lo llevaste a Isabel! ¡Gracias, porque con tu Jesús vives también en nuestros corazones!....

Autor: Pedro García, Misionero Claretiano

NORMAS PARA PROCEDER EN EL DISCERNIMIENTO DE PRESUNTAS APARICIONES Y REVELACIONES



Conclusiones de la Congregación para la Doctrina de la Fe respecto a los problemas relativos a presuntas apariciones y a las revelaciones.

L’Osservatore Romano publica en su edición de hoy (29/05/2012) un articulo firmado por el card. William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre las "Normas para proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones". Les recordamos que el dicasterio del card. Levada se ocupa de las materias vinculadas a la promoción y tutela de la doctrina de la fe y la moral, y es competente, además, para el examen de otros problemas conexos con la disciplina de la fe, como los casos de pseudo-misticismo, supuestas apariciones, visiones y mensajes atribuidos a un origen sobrenatural.

Luego de hacer un recuento histórico del documento confiado a su dicasterio el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, observa que la actualidad de la problemática sobre las experiencias ligadas a los fenómenos sobrenaturales en la vida y misión de la Iglesia también ha sido notada por la XII Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos sobre la Palabra de Dios, en octubre de 2008. Tal preocupación ha sido recogida por Benedicto XVI en un importante pasaje de la Exhortación Apostólica Post-sinodal Verbum Domini, insertándola en el horizonte global de la economía de la salvación… «El Sínodo ha recomendado "ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las revelaciones privadas", cuya función "no es la de... ´completar´ la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia".

El cardenal William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en las "Normas para proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones" en el artículo publicado por el diario L’Osservatore Romano recuerda que "el valor de las revelaciones privadas es esencialmente diferente al de la única revelación pública: ésta exige nuestra fe; en ella, en efecto, a través de palabras humanas y de la mediación de la comunidad viva de la Iglesia, Dios mismo nos habla. El criterio de verdad de una revelación privada es su orientación con respecto a Cristo. Cuando nos aleja de Él, entonces no procede ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el Evangelio y no hacia fuera.

La revelación privada es una ayuda para esta fe, y se manifiesta como creíble precisamente cuando remite a la única revelación pública. Por eso, la aprobación eclesiástica de una revelación privada indica esencialmente que su mensaje no contiene nada contrario a la fe y a las buenas costumbres; es lícito hacerlo público, y los fieles pueden dar su asentimiento de forma prudente. Una revelación privada puede introducir nuevos acentos, dar lugar a nuevas formas de piedad o profundizar las antiguas. Puede tener un cierto carácter profético y prestar una ayuda válida para comprender y vivir mejor el Evangelio en el presente; de ahí que no se pueda descartar", escribe Levada.

Es viva esperanza de esta Congregación, concluye, que la publicación oficial de las Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones pueda ayudar a los Pastores de la Iglesia Católica en su empeño para la exigente tarea del discernimiento de las presuntas apariciones y revelaciones, mensajes y locuciones o, más en general, fenómenos extraordinarios o de presunto origen sobrenatural. Al mismo tiempo desea que el texto pueda ser útil a los teólogos y expertos en este ámbito de la experiencia viva de la Iglesia, que hoy reviste una cierta importancia y requiere de una reflexión más profunda.

Autor: Raúl Cabrera

domingo, 27 de mayo de 2012

RICHARD COHEN CON EL GEN GAY Y LA SOBRINA DE MARTIN LUTHER KING CON EL KU-KLUX-KLAN, ROMPEDORES


La gente no nace homosexual», dice el psicoterapeuta.

El Congreso Mundial de las Familias vibró y se emocionó con sus testimonios personales y su poder de convicción.

El daño que la perspectiva de género está haciendo a los menores de edad fue destacado este sábado en el Congreso Mundial de las Familias por Carmen Domínguez, profesora de Derecho Civil de la Universidad Pontificia de Chile, durante la sesión titulada Ataques a la familia.

Dar la vuelta al significado de las palabras es uno de los mecanismos más recurrentes de control legal por parte de los promotores de la ideología de género, según coincidieron en señalar los tres panelistas: Benjamín Bull, vicepresidente de Alliance Defense Fund, que dirigió la mesa; Alan Sears, presidente de esta institución, que no pudo estar presente por un largo retraso de su vuelo desde Nueva York, pero delegó la lectura de su ponencia; y Richard Cohen, psicoterapeuta y autor del controvertido Comprender y sanar la homosexualidad.

Sears destacó la importancia del frente jurídico en la causa de la familia. El control legal es una de las principales fuentes de ataque a la familia, hoy en día. Se usa "no solo para cambiar la sociedad sino para imponer silencio". "No nos piden que aceptemos la agenda de la perspectiva de género: ¡nos obligan a aceptarla, en contra, si es preciso, de nuestras creencias! Cuando la libertad se impone de esta manera, es la libertad la que se destruye", dijo. Su organización, ADF, es especialista en plantear (y ganar) litigios en defensa de la libertad de conciencia. Son artífices de algunos sonoros triunfos en las Cortes de Justicia de Estados Unidos y Europa.

"Estamos ganando la mayoría de los casos. Y ganaremos la batalla cultural por la familia si nos ponemos en pie juntos y la damos", dijo Sears, partidario de una estrategia global, basada en la creación de redes internacionales en defensa de la familia y la vida.

NO EXISTE EL GEN GAY


Por su parte, Richard Cohen sostuvo que respetar la autodeterminación del individuo es una actitud de dos direcciones: "Consiste en aceptar la práctica homosexual, tanto como en aceptar que alguien pueda querer superarla".

Su experiencia, como homosexual que dejó de serlo y como escritor que intenta ayudar a otros, llega a tres conclusiones: "La primera es que no existe el gen gay. La gente no nace homosexual. El segundo es que la condición homosexual es básicamente una cuestión de emociones. Y la tercera, que la solución para quien quiere dejar de ser homosexual no son las leyes, sino el amor, un amor bien educado", dijo.

LA HERENCIA DE MARTIN LUTHER KING

Uno de los platos fuertes del día fue la emotiva y apasionante intervención de Alveda C. King, sobrina de Martin Luther King.

Recordó los arduos tiempos de predicación en defensa de los derechos civiles de su padre y de su tío, que le llevaron a la muerte: “La cultura de la muerte se basa en las mismas mentiras que sustentaban la segregación y discriminación racial en Estados Unidos, que llevan a valorar unas vidas y despreciar otras. Entonces se sostenía la opresión y violencia racial indicando que algunos eran menos humanos que otros en función de su color de piel, y ello justificaba la violencia de los linchamientos, apaleamientos, arrojo a los perros… de los que yo mima fui testigo. Hoy son otros los mártires violentados y oprimidos, pero justificándose en la misma falsedad de que unos seres humanos son superiores a otros”.

Por ello, añadió Alveda, a falsaria cultura de la muerte se niega en banda ante la verdad: “Antes y ahora la cultura de la muerte intenta que sus víctimas no sean visibles. Hasta que no se lograron proteger y difundir las primeras fotos de violencia racial en Estados Unidos y mostrar esa realidad, se negaba lo que estaba ocurriendo: el ver la realidad hizo a la gente reaccionar. Ahora, vemos como los promotores del aborto se cierran en banda, por ejemplo, a que se muestren ecografías a la mujer embarazada antes de abortar. Como ocurrió con la cuestión racial. América no rechazará el aborto hasta que lo vea. La industria de la muerte lo sabe y por eso trata de ocultar la trágica e inhumana realidad del aborto, escondiendo su negocio sin escrúpulos de forma farisea con un lenguaje mentiroso y manipulador que habla de los derechos humanos y de la salud de la mujer”.

Y denunció: “El aborto legal ha hecho en EEUU lo que el Ku-Klux-Klan no logró ni soñar alcanzar: el exterminio desde 1962 de 14 millones de niños afroamericanos, un tercio de la población negra actual”.

“También yo, así casi 40 años, y tras dos abortos, llegué a creerme las mentiras que me contaron sobre que aquello que crecía en mi vientre no era un bebé sino un trozo de carne sin vida; o que el aborto vendría a paliar la violencia o el sufrimiento de los niños: pero yo nunca he visto un niño no deseado que luego deseara haber sido abortado. Yo fui perpetradora del aborto y seguí siéndolo, hasta que Dios cambió todo es. Y le doy las gracias al Señor por toda esa gente que, con sus campañas, nos iluminan. El aborto hace daño al bebé, a la mujer, a las naciones, y mata el futuro”.

Recordando a su tío Martin Luther King, quien desde la cárcel seguía predicando que “si la injusticia se instala en un lugar del mundo, es todo el mundo el que está amenazado”, la activista provida exhortó a todos a compartir sin froteras la apasionante batalla en defensa de la vida, sabiéndonos vencedores: “La cultura de la muerte no tiene futuro. Puede poseer el dinero y medios, pero nosotros tenemos la verdad en Jesús. Es el momento de defender esa verdad del amor, que nunca falla.



sábado, 26 de mayo de 2012

LECCIONES QUE DURAN TODA LA VIDA


¿Sabes que está mal lo que has hecho, verdad?

Las palabras resonaron en la mente de Sarita al volver a casa de la escuela. Era una buena estudiante; nunca había copiado en su vida. Pero, esa última tarea había sido muy difícil. En un momento de desesperación, se la copió a una compañera.

La profesora, la señora Martínez, le había pedido que se quedara después de clase y Sarita sabía lo que se avecinaba. Aun así, se asombró cuando la señora Martínez le preguntó si, en realidad, ése era su trabajo.

Sí, les respondió, y se preguntó por qué había mentido.Mirándola a los ojos, la señora Martínez, le dijo con suavidad: ¿Sabes que está mal lo que has hecho, verdad? Piensa esta noche en la respuesta y mañana te voy a volver a preguntar si ése es tu trabajo.

Fue una noche muy larga para Sarita. Estaba casi por terminar la secundaria, y se había ganado una buena reputación debido a su honestidad y amabilidad. Nunca había copiada ningún trabajo, y ahora quería arreglar su error mintiéndole deliberadamente a una persona a quien quería y admiraba. A la mañana siguiente se presentó ante la señora Martínez mucho antes que empezaran las clases y le confesó su mala acción. Recibió la apropiada consecuencia de su comportamiento: un cero por su trabajo, y por primera vez en su vida, el castigo de tener que quedarse después de la clase.

Años después, Sarita pensaba con frecuencia en esa experiencia y sentía gratitud por la corrección en amor de alguien a quien ella respetaba. La señor Martínez estuvo dispuesta a ayudarla a tomar decisiones correctas, a pesar de su deshonestidad. Para Sarita, ésa fue una lección que le duraría toda la vida acerca de cómo asumir responsabilidad por acciones deshonestas, y hacer lo correcta sin importarle las consecuencias.

Efesios 4:15
Hablando la verdad en amor.

Fuente: En el Jardín con Dios, Editorial Unilit