miércoles, 2 de mayo de 2012

Dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz de Dios.


Al ciego curado Jesús le revela que ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciegos curables de aquellos que no se dejan curar, porque presumen de sanos.

Evangelio

Del santo Evangelio según san Marcos 8, 22-26

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y en seguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?”. El ciego, empezando a ver, le dijo: “Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan”. Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: “Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie”. Palabra del Señor/

Oración introductoria

Señor, haz que pueda ver la paciencia con la que esperas que te dé mi tiempo y atención, la misericordia y comprensión ante mi debilidad, las innumerables gracias con las que colmas mi vida, como ésta, al poder tener este momento de meditación. Qué insensatez la mía si no sé aprovechar y agradecer esta gracia de poder tener un auténtico diálogo de amor contigo en la oración.

Petición

Ven, Espíritu Santo, llena mi corazón y enciende el fuego de tu amor, hazme dócil a tus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de tu consuelo.

Meditación

Dejarse iluminar por Cristo, luz del mundo.

«Inmediatamente pasa a la acción: con un poco de tierra y de saliva hace barro y lo unta en los ojos del ciego. Este gesto alude a la creación del hombre, que la Biblia narra con el símbolo de la tierra modelada y animada por el soplo de Dios. De hecho, "Adán" significa "suelo", y el cuerpo humano está efectivamente compuesto por elementos de la tierra. Al curar al hombre, Jesús realiza una nueva creación. […] Al ciego curado Jesús le revela que ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciegos curables de aquellos que no se dejan curar, porque presumen de sanos. En efecto, en el hombre es fuerte la tentación de construirse un sistema de seguridad ideológico: incluso la religión puede convertirse en un elemento de este sistema, como el ateísmo o el laicismo, pero de este modo uno queda cegado por su propio egoísmo.

Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, lo que la Biblia llama el "gran pecado": el orgullo. Que nos ayude en esto María santísima, la cual, al engendrar a Cristo en la carne, dio al mundo la verdadera luz» (Benedicto XVI, 2 de marzo de 2008).

Propósito

Que mi testimonio de vida y mis buenas obras, hagan resplandecer la luz del Espíritu Santo ante los hombres.

DIÁLOGO CON CRISTO

Jesucristo, pasar la vida haciendo el bien a todos, da una luz distinta a mi existencia. Con tu gracia, dejando a un lado mi orgullo y soberbia para dejarte actuar, podré lograr que los ciegos que me rodean puedan ver la luz en el Evangelio, los cojos y tullidos por su egoísmo empiecen a participar en la nueva evangelización y los muertos en vida resuciten cuando hagan la experiencia de tu amor.

«Son por misión divina luz que ilumina el mundo, y todo en ustedes reviste un carácter casi sagrado, de Evangelio, de palabra divina, de mensaje de Dios al mundo»

(Cristo al centro, n. 122).

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