domingo, 27 de mayo de 2012

RICHARD COHEN CON EL GEN GAY Y LA SOBRINA DE MARTIN LUTHER KING CON EL KU-KLUX-KLAN, ROMPEDORES


La gente no nace homosexual», dice el psicoterapeuta.

El Congreso Mundial de las Familias vibró y se emocionó con sus testimonios personales y su poder de convicción.

El daño que la perspectiva de género está haciendo a los menores de edad fue destacado este sábado en el Congreso Mundial de las Familias por Carmen Domínguez, profesora de Derecho Civil de la Universidad Pontificia de Chile, durante la sesión titulada Ataques a la familia.

Dar la vuelta al significado de las palabras es uno de los mecanismos más recurrentes de control legal por parte de los promotores de la ideología de género, según coincidieron en señalar los tres panelistas: Benjamín Bull, vicepresidente de Alliance Defense Fund, que dirigió la mesa; Alan Sears, presidente de esta institución, que no pudo estar presente por un largo retraso de su vuelo desde Nueva York, pero delegó la lectura de su ponencia; y Richard Cohen, psicoterapeuta y autor del controvertido Comprender y sanar la homosexualidad.

Sears destacó la importancia del frente jurídico en la causa de la familia. El control legal es una de las principales fuentes de ataque a la familia, hoy en día. Se usa "no solo para cambiar la sociedad sino para imponer silencio". "No nos piden que aceptemos la agenda de la perspectiva de género: ¡nos obligan a aceptarla, en contra, si es preciso, de nuestras creencias! Cuando la libertad se impone de esta manera, es la libertad la que se destruye", dijo. Su organización, ADF, es especialista en plantear (y ganar) litigios en defensa de la libertad de conciencia. Son artífices de algunos sonoros triunfos en las Cortes de Justicia de Estados Unidos y Europa.

"Estamos ganando la mayoría de los casos. Y ganaremos la batalla cultural por la familia si nos ponemos en pie juntos y la damos", dijo Sears, partidario de una estrategia global, basada en la creación de redes internacionales en defensa de la familia y la vida.

NO EXISTE EL GEN GAY


Por su parte, Richard Cohen sostuvo que respetar la autodeterminación del individuo es una actitud de dos direcciones: "Consiste en aceptar la práctica homosexual, tanto como en aceptar que alguien pueda querer superarla".

Su experiencia, como homosexual que dejó de serlo y como escritor que intenta ayudar a otros, llega a tres conclusiones: "La primera es que no existe el gen gay. La gente no nace homosexual. El segundo es que la condición homosexual es básicamente una cuestión de emociones. Y la tercera, que la solución para quien quiere dejar de ser homosexual no son las leyes, sino el amor, un amor bien educado", dijo.

LA HERENCIA DE MARTIN LUTHER KING

Uno de los platos fuertes del día fue la emotiva y apasionante intervención de Alveda C. King, sobrina de Martin Luther King.

Recordó los arduos tiempos de predicación en defensa de los derechos civiles de su padre y de su tío, que le llevaron a la muerte: “La cultura de la muerte se basa en las mismas mentiras que sustentaban la segregación y discriminación racial en Estados Unidos, que llevan a valorar unas vidas y despreciar otras. Entonces se sostenía la opresión y violencia racial indicando que algunos eran menos humanos que otros en función de su color de piel, y ello justificaba la violencia de los linchamientos, apaleamientos, arrojo a los perros… de los que yo mima fui testigo. Hoy son otros los mártires violentados y oprimidos, pero justificándose en la misma falsedad de que unos seres humanos son superiores a otros”.

Por ello, añadió Alveda, a falsaria cultura de la muerte se niega en banda ante la verdad: “Antes y ahora la cultura de la muerte intenta que sus víctimas no sean visibles. Hasta que no se lograron proteger y difundir las primeras fotos de violencia racial en Estados Unidos y mostrar esa realidad, se negaba lo que estaba ocurriendo: el ver la realidad hizo a la gente reaccionar. Ahora, vemos como los promotores del aborto se cierran en banda, por ejemplo, a que se muestren ecografías a la mujer embarazada antes de abortar. Como ocurrió con la cuestión racial. América no rechazará el aborto hasta que lo vea. La industria de la muerte lo sabe y por eso trata de ocultar la trágica e inhumana realidad del aborto, escondiendo su negocio sin escrúpulos de forma farisea con un lenguaje mentiroso y manipulador que habla de los derechos humanos y de la salud de la mujer”.

Y denunció: “El aborto legal ha hecho en EEUU lo que el Ku-Klux-Klan no logró ni soñar alcanzar: el exterminio desde 1962 de 14 millones de niños afroamericanos, un tercio de la población negra actual”.

“También yo, así casi 40 años, y tras dos abortos, llegué a creerme las mentiras que me contaron sobre que aquello que crecía en mi vientre no era un bebé sino un trozo de carne sin vida; o que el aborto vendría a paliar la violencia o el sufrimiento de los niños: pero yo nunca he visto un niño no deseado que luego deseara haber sido abortado. Yo fui perpetradora del aborto y seguí siéndolo, hasta que Dios cambió todo es. Y le doy las gracias al Señor por toda esa gente que, con sus campañas, nos iluminan. El aborto hace daño al bebé, a la mujer, a las naciones, y mata el futuro”.

Recordando a su tío Martin Luther King, quien desde la cárcel seguía predicando que “si la injusticia se instala en un lugar del mundo, es todo el mundo el que está amenazado”, la activista provida exhortó a todos a compartir sin froteras la apasionante batalla en defensa de la vida, sabiéndonos vencedores: “La cultura de la muerte no tiene futuro. Puede poseer el dinero y medios, pero nosotros tenemos la verdad en Jesús. Es el momento de defender esa verdad del amor, que nunca falla.



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