lunes, 23 de julio de 2012

EL PURGATORIO




El doctor Raymond Moody dice: Varias personas me han informado de haber visto, en algún momento, otros seres, que parecían atrapados en una forma de existencia aparentemente de lo más desdichado. Los que han manifestado haber visto a estos seres confundidos se muestran de acuerdo en diversos puntos. En primer lugar, afirman que estos seres parecían, de hecho, incapaces de cortar sus lazos con el mundo físico... Parecían estar atados a algún objeto, persona o costumbre concretos. En segundo lugar, han señalado que esos seres estaban como apagados. En tercer lugar, afirman que era como si aquellos espíritus apagados estuviesen allí sólo hasta resolver el problema o dificultad que los mantenía en aquel estado de confusión y perplejidad .

Una mujer dijo: Según iba avanzando, encontré una zona apagada en contraste con aquella resplandeciente luminosidad. Si se detiene uno a pensar en ello, las figuras estaban más humanizadas que el resto, pero tampoco tenían una forma totalmente humana como la nuestra. Se puede decir que era como si llevasen la cabeza agachada, su aspecto era triste, deprimido; parecían ir arrastrando los pies, como en una fila de prisioneros encadenados... Al pasar yo, ni siquiera levantaron la cabeza para ver qué ocurría. Parecían estar pensando: “Bien, se acabó todo, ¿qué hago?, ¿de qué va todo esto?”. Era un comportamiento aplastado, desesperanzado, sin saber qué hacer ni adónde ir, ni quiénes eran ni nada. Parecían estar moviéndose continuamente, pero sin rumbo definido. Empezaban a ir recto, luego giraban a la izquierda, daban algunos pasos y giraban de nuevo hacia la derecha. Y no tenían absolutamente nada que hacer...

No parecían estar conscientes de nada, ni del mundo físico ni del espiritual... En este sitio concreto, reinaba el gris más apagado y tristón. No repararon en mí. Me resultó muy deprimente. Parecían estar intentando tomar una decisión; miraban hacia atrás, no sabían si seguir adelante... Era como si estuvieran vacilando todo el tiempo; me recordaban las descripciones de fantasmas que he leído. Y había una enorme cantidad de ellos por todos lados.

Algunos de ellos, intentaban infructuosamente comunicarse con personas aún físicamente vivas... Era como si intentasen ponerse en contacto con ellos, decirles que hicieran las cosas de modo distinto a como ellos las estaban haciendo, que cambiasen, que variasen de forma de vida... Era como decir: “No hagáis lo que yo, para que no os pase esto. Haced cosas por los demás para que no os veáis así” .

Bill Guggenheim, en su libro Hello from heaven, cuenta muchos casos de difuntos, que se han aparecido a sus familiares, manifestando tristeza y pesar por sus acciones. Veamos algunos.

Después de la muerte de mi suegro Pop, tuve un sueño. Lo veía en una cierta oscuridad, caminando arriba y abajo, mirando al suelo con las manos hacia atrás y parecía triste. Yo le dije:

- Pop, ¿puedo hacer algo por ti?

- Sí, puedes rezar.

- Rezaré por ti.

- Dile a todo el mundo que rece por mí. No te olvides, dile a todos que recen por mí.

Y desapareció. Me desperté inmediatamente y le dije todo a mi esposo. Mi esposo me dijo que, cuando Pop era joven, había hecho cosas ilegales para ayudar a su familia. Yo no sabía nada. Cuando mi esposo se lo dijo a sus hermanos y hermanas, todos rezaron por él .

Otro caso. Después de cinco años de haber muerto mi padre a sus 42 años de alcoholismo crónico, una noche me desperté y, estando totalmente despierta, vi a mi padre a los pies de mi cama. Su expresión era de tristeza y arrepentimiento. Me dijo:

- Dona, lo siento, lo siento de verdad.

Cuando dijo estas palabras, lo perdoné de corazón por haberme violado. Yo sentí un maravilloso sentimiento de alegría. Y él desapareció .

Natuzza Evolo es una gran mística italiana, madre de cinco hijos, que desde su más tierna edad tiene fenómenos sobrenaturales. Frecuentemente, se comunican con ella las almas del purgatorio.

El abogado Michele Ruocco de Catanzaro (Italia) dice: En 1971 murió Enzo, mi hijo único, en un accidente. Tenía 20 años. Yo me fui a ver a Natuzza para que me consolara en mi dolor. Ella me recibió con cordialidad… Un día, Natuzza me telefoneó y me dijo que había visto a Enzo y había recibido un mensaje suyo para mí y mi esposa. Se le había aparecido para pedirle que rezaran juntos y Enzo rezó con ella… El día del primer aniversario de su muerte, mandamos celebrar una misa por su alma en la iglesia de san Pío X en Catanzaro, a las 6 p.m. Unos días después, Natuzza nos informó que, a la hora de la misa, había entrado en el cielo. Se le había aparecido y le había dicho: “Mis padres lloran, pero yo soy feliz de entrar al cielo” .

La señora Carmelina Chimirri murió el 25 de noviembre de 1978. Después de su muerte, se apareció a Natuzza, recomendándole de pedir a su familia que tuviera resignación. Y dejó un mensaje para su familia donde decía: “Voy al cielo el 15 de abril. Estoy feliz y recibo los sufragios y oraciones que me ofrecen. Rezo por todos y especialmente por mamá y por Ana, que han quedado tristes, para que el Señor les dé resignación” .

El 18 de diciembre de 1963, la señorita Silvana Visconti se suicidó en Roma, dejando salir el gas. Su mamá, la señora Yolanda, fue a ver a Natuzza a Paravati. Natuzza le aseguró que su hija se había salvado, pues se había arrepentido en los últimos momentos, en los que había sido asistida por su propio padre, ya fallecido. Pero Silvana estaba aún en el purgatorio…

Su madre dijo que había sido una bellísima joven de 27 años con un buen trabajo, pero desafortunada en la vida privada. Había tenido óptimas oportunidades de matrimonio, pero habían terminado mal. Era muy desconfiada y había atravesado un período de crisis nerviosa. Unos días después de su muerte, le llegó una carta de Natuzza en la que le decía de parte de su hija Silvana que necesitaba todavía algunos sufragios y oraciones para ir al cielo .

Pero quien ha tenido más especialmente este carisma sobrenatural de ver constantemente a las almas del purgatorio, para poder orar por ellas, ha sido la mística austriaca María Simma. A ella, recientemente fallecida, Dios le reveló la maravillosa armonía existente entre su amor infinito y su justicia divina. Cada alma sufre en el purgatorio de acuerdo al grado de gravedad de los pecados cometidos y de las consecuencias sobre la vida de los demás. Dice:

Hay un pecado que Jesús no puede perdonar: decir NO a Dios, a su amor, a su misericordia y a su perdón hasta el último momento… El Señor no puede actuar contra nuestra voluntad. Las almas del purgatorio me han dicho que todos los hombres tienen la posibilidad de decir SI en el momento de la muerte. Que no importa, si mueren de una larga enfermedad o de un balazo en la cabeza, todos tienen un par de minutos para decir SI al Señor. Sólo si se obstinan en rechazar a Dios y decirle NO, se condenarán y sufrirán el infierno por toda la eternidad. Por eso, no podemos conocer de nadie que se haya condenado .

Con relación a esto me viene a la mente el caso de un jovencito de quien había abusado un sacerdote. Esto lo llevó a odiar a los sacerdotes y a alejarse de la Iglesia. Muchas personas buscaron ayudarlo, pero él no se dejaba y no perdía la oportunidad de atacar a la Iglesia. Al poco tiempo, se enfermó y murió, maldiciendo a la Iglesia y a los sacerdotes. Teresa Neumann (famosa mística alemana del siglo XX) conoció por revelación que se había salvado, pero que estaba en el purgatorio, a pesar de morir blasfemando contra la Iglesia .

Un joven se me apareció un día para pedir oraciones y me dijo:

- Por no haber respetado las normas de tráfico y manejar irresponsablemente, tuve un accidente de moto y caí muerto.

- ¿Estabas preparado para entrar en la eternidad?

- No estaba preparado, pero Dios da a todos dos o tres minutos para poderse arrepentir y sólo el que lo rechaza es condenado. Cuando uno como yo muere en un accidente, muchas personas dicen que le llegó su hora. Eso sólo se puede decir, si uno muere sin culpa suya. Pero yo debería haber vivido treinta años más, según el plan de Dios .

Un alma me dijo un día: Cometí un pecado contra Dios. Pisoteé una cruz con toda mi rabia, pensando que Dios no existía; pues si existiese, no lo permitiría. Pero caí casi inmediatamente enfermo de parálisis y eso fue mi salvación. Me dijo que le dijera a su esposa lo que debía hacer para aliviarle el purgatorio y conseguir su pronta liberación.

Su esposa había dejado de ser católica; pero, al darle el mensaje, me dijo:

- Nadie más que mi esposo y yo sabíamos que había pisoteado la cruz. No se lo dijimos a nadie. Por eso, puedo creer que es cierto lo que me dice.

Y regresó a la fe católica .

Y sigue diciendo María Simma: Cada alma del purgatorio tiene nostalgia de Dios y éste es su más profundo dolor. Cada alma sufre en aquello que ha pecado. Esto sucede también en cierta medida en la tierra, pues muchos sufrimientos siguen a una mala acción. Por ejemplo, uno que come en exceso debe sufrir mal de estómago; el que fuma demasiado, se expone a un cáncer a los pulmones... Las almas quieren purificarse en el purgatorio como el oro en el crisol. ¿Podemos imaginarnos a una joven que quisiera ir a su primer baile con vestidos sucios y totalmente despeinada? Un alma del purgatorio tiene una imagen tan maravillosa de Dios, que se le ha presentado con una belleza y pureza espléndida y deslumbrante, que ni todas las fuerzas del universo serían suficientes para hacer que se presente ante su presencia, mientras tenga la más mínima mancha. Sólo un alma luminosa y perfecta puede atreverse a ir al encuentro de la LUZ eterna para contemplar a Dios cara a cara .

Veamos concretamente lo que dice sobre esto el siquiatra George Ritchie en su libro: Regreso del futuro. Él habla de su propia experiencia NDE y cómo vio a seres aferrados a la tierra, queriendo desesperadamente fumar o tomar licor, etc., como si estuvieran sufriendo su purgatorio por aquellos mismos errores que cometieron. Dice: En un tenebroso bar, instalado en una sucia sala, vi muchos marineros. Estaban sentados a la barra mientras que otros se hallaban en grupos. Muchos estaban bebiendo y estaban ya borrachos. Por eso, no podían darse cuenta de los sedientos cuerpos no físicos de quienes desesperadamente se hallaban en medio de ellos, ni podían ver cómo una y otra vez trataban de arrebatarles los vasos de alcohol sin éxito. Supuse que, cuando ellos disfrutaron de su propio cuerpo, habían caído en la dependencia del alcohol hasta un grado más allá de los efectos físicos, afectando la mente e, incluso, su mismo espíritu .

De todas maneras, el purgatorio es un estado de sufrimientos, exigido por la justicia de Dios para reparar los pecados cometidos, y obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo (Cat 1030).

P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

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