viernes, 28 de diciembre de 2012

LA FIESTA DE LOS INOCENTES




Esta es, posiblemente, la fiesta peor comprendida de toda la Navidad. Por un lado, la hemos trivializado en España con las típicas inocentadas. (En Francia lo hacen el 1 de abril). Por otro, nos parece incomprensible que Dios permitiera que esas criaturas fueran asesinadas por culpa de su Hijo.

Es casi seguro que no se trata de un hecho histórico. Los exégetas, ya hace años que consideran que los relatos de la infancia de Jesús se han de tomar desde un punto de vista simbólico, no histórico.

En el nacimiento de Jesús queda claro, que nadie lo aceptó. María y José no encontraban posada, lo que nos indica que el mundo no quiere recibir a Jesús. Ni sacerdotes, ni el rey, ni la gente con dinero pueden recibir a Jesús. Lo reciben los pastores. Personas sin casa, que habitaban en el campo con sus rebaños y que eran considerados impuros por el resto del pueblo de Israel.

Este desprecio de la gente bien lleva a que Jesús, recién nacido, deba emigrar para salvar su vida y que otros inocentes mueran a causa del rechazo de Israel.

Los inocentes son todos esos niños, esas personas, que hemos ido matando de hambre, con el terror de las bombas y balas de nuestras guerras, ahogados en una patera... Todas las personas que han sido, son y serán víctimas de nuestro egoísmo. Eso es no recibir a Jesús: preferir el odio, el poder, el dominio en lugar del amor. Jesús emigrante, nos muestra que recibirlos a ellos es recibirlo a él. Cada uno de esos niños, de esas personas inocentes que mata el egoísmo de nuestra sociedad, es Jesús que muere.

El día de los inocentes debería ser el día de la sencillez, de la humildad, de la pobreza. La única forma de recibir a Jesús, de aceptarlo, de reconocerlo. Simplemente amando...Un día para reflexionar sobre el mal que hacemos con nuestro egoísmo...

Joan Josep Tamburni

1 comentario:

Nestor dijo...

la viren maría y san jose tocan nuestros corazones para presentarnos al niño JESUS pero muchos no lo quieren aceptar, solamente los corazones humildes desapegados al mundo reciben a nuestro señor jesus.Señor jesus transforma nuestro corazón de piedra por un corazón de carne por tu infinita misericordia infinita. amen