miércoles, 26 de febrero de 2014

INFIDELIDAD, SEXO...



Estamos en una época en que todo lo que es natural está al alza. Así tenemos la medicina, la comida, los perfumes, la energía...., todo muy natural. Las tendencias, los signos de los tiempos, van por ahí.

Sin embargo, en algunos campos, relacionados con los comportamientos humanos, parece que esto de lo natural no vale.

Si la causa primera de separación que existe en el mundo, es la infidelidad, independientemente del sexo, la cultura, la edad, esto quiere decir, que lo natural en el matrimonio, es ser fiel.

Ser infiel, para personas de distintas culturas, clase, formación, edad, raza, es considerado como muy grave.

Eso quiere decir, que lo natural es querer ser amado en exclusiva.

Se me podría argumentar las sociedades poligámicas. Se podría preguntar a todas esas mujeres si les gustaría ser la única. La respuesta está servida, aunque se tienen que conformar, con intentar ser la “favorita.

En cuanto a las relaciones sexuales prematrimoniales, también hay una normalidad clarísima.

Si se pudiera escudriñar el fondo de las personas, y se preguntase a la gente ¿con quién te gustaría casarte con una persona que hubiera tenido muchas relaciones sexuales o con una que hubiera tenido pocas? Seguro que la mayoría nos contestaría que pocas.

Si siguiéramos con la pregunta, ¿pocas o ninguna? nos dirían ninguna.

O sea que si, a priori, a la mayoría de las personas por no decir a todas, les gustaría casarse con alguien que no hubiese tenido relaciones sexuales con anterioridad, estamos hablando, otra vez, de ese sentido de exclusividad en el amor.

Como consecuencia de ello podemos concluir que lo natural, es no tener relaciones, antes de casarse.

Se me podrá argumentar, que no puede ser lo natural, porque es difícil, costoso. Que cueste mucho, con perdón, no es argumento.

En primer lugar, porque el costar mucho o poco, en muchas ocasiones depende de uno. De su comportamiento, de su prudencia en relación a los compromisos adquiridos.

En segundo lugar, hay muchas cosas que cuestan mucho y son lo natural. Por ejemplo el mantener la vida, el querer vivir, es lo natural y cuesta, en algunas ocasiones, muchísimo.

Las personas nos sometemos a unas operaciones quirúrgicas que en muchas ocasiones son costosísimas desde el punto de vista humano.

Algunas veces nos contamos una cantidad de mentiras que terminamos por creérnoslas, y así seguir siendo “coherentes” con nuestra manera de vivir.

La personalidad madura exige coherencia. ¡Animo!

José María Contreras

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