jueves, 29 de mayo de 2014

DISTINGUIENDO FANTASÍA DE REALIDAD, LOS QUE PUEDAN


Uno de los grandes placeres que tiene Internet es leer los millares de teorías conspiratorias respecto al Vaticano, el Concilio Vaticano II y el Papa.

Es toda una selva narrativa en la que pululan logias masónicas, extraterrestres, grupos modernistas, dobles que sustituyen a los Papas, y todo ello bien espolvoreado de conexiones con Rusia, bancos oscuros, la ONU como cobertura del verdadero gobierno mundial y otras muchas cosas dignas de las más desatadas imaginaciones. El problema son los centenares de autores que aseguran que su versión es la verdadera y que todos los demás están equivocados.

Desde luego que son los tradicionalistas los más glotones de estas historias. Pero hay almas cándidas que, de vez en cuando, caen en estas redes de araña y se dejan enredar. También están los apocalípticos y los que creen a la primera pseudovisión mariana que les llega por email.

Los apocalípticos son todos los que creen que el fin del mundo está aquí porque este año ha habido tres o cuatro terremotos fuertes en tal o cual lugar, o porque Obama quiere aprobar la Seguridad Social, o porque el último tornado fue más fuerte de lo que se esperaba.

Si pudiéramos fundir todo este magma en una sola novela, sería la novela suprema. Aunque hubiera capítulos que se contradijeran entre sí.

P. FORTEA

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