domingo, 23 de noviembre de 2014

A JUAN PABLO II LE ENCANTABA «LA PRINCESA PROMETIDA»: «ES MUY BUENA, MUY DIVERTIDA»


Lo revela Cary Elwes, protagonista del film y joven Wojtyla.

Dirigida en 1987 por Rob Reiner, interpretada por una panoplia de personajes inolvidables como el gigante Fezzik (André René Roussimoff), el singular obispo que oficia la boda (Peter Cook) o el mismísimo Billy Crystal, con un trío protagonista formado por Robin Wright (la princesa), Cary Elwes (su enamorado) y sobre todo Mandy Patinkin en el papel del vengativo Íñigo Montoya, La Princesa prometida [The Princess Bride] no obtuvo un gran éxito de taquilla al principio, pero el tiempo la ha convertido en un clásico absoluto de la comedia romántica de acción.

Y hasta ha aportado a la historia del cine una frase de las que no se olvidan: "Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir".

LA TRASTIENDA DE LA PELÍCULA
Ahora Cary Elwes ha añadido un dato más al halo legendario de este film de culto, y es que figuraba entre las películas favoritas de San Juan Pablo II. Lo cuenta en su reciente libro As you wish. Inconceivable tales from the making of "The Princess Bride" [Como quieras. Historias inconcebibles del rodaje de "La Princesa prometida"], donde el título, como todo buen aficionado sabe, hace referencia al "como quieras" con el que su personaje, Westley, respondía siempre a la bella Buttercup.

Cary, inglés de Londres, nacido en 1962 como el menor en una familia de tres hermanos, proviene de una familia de artistas, diplomáticos y aristócratas, y también de sacerdotes, monjes (entre ellos un abad de Westminster) y arzobispos, con antepasados de todas las nacionalidades británicas y algunas de otros rincones de Europa. Sus padres se divorciaron cuando él tenía trece años, y posteriormente su padre se suicidó. Él se casó en el año 2000 y tiene un hijo.

SORPRESA EN EL VATICANO
Es católico practicante ("absolutamente", responde cuando le hacen esa pregunta) y dice que "no es difícil" ser católico en Hollywood, aunque "tienes que mantenerte fiel a tu fe como una roca a la que aferrarte". Durante su infancia fue monaguillo en la catedral de Westminster. Así que en un viaje a Roma ("me llevó mi madre") durante el cual pudo ver al Papa, quiso hacerse una foto con él. Cuál no sería su sorpresa al ver que el Santo Padre le reconocía: "¿Tú eres el de La Princesa prometida?", le preguntó. A él le faltó el resuello y sólo pudo responder "Sí". Entonces Juan Pablo II comentó: "Muy buena película. Muy divertida".

Lo curioso es que, el mismo año en el que falleció el Papa, el mismo Elwes se metió en su piel para interpretar al joven Karol Wojtya en el biopic Papa Juan Pablo II donde John Voight hizo de Karol Wojtyla maduro y anciano.

¿POR QUÉ LE GUSTABA TANTO?
En National Catholic Register, Tom Hoopes especula con algunas razones por las cuales Juan Pablo II pudo tener en tan alto aprecio esa obra, aparte de que, efectivamente, es "muy buena y muy divertida".

Entre ellas, una es que el permanente "como quieras" de Westley significa un "amén", y que el "amén" es un eco del fiat [hágase] de la Santísima Virgen: "Hay una profunda analogía entre el Fiat con el que María respondió al ángel y el Amén que pronunciamos todos los creyentes", dijo en cierta ocasión el Papa polaco.

Y otra razón de las que sugiere Hoopes es que una de las frases de Westley al conde Rugen ("ambos somos hombres de acción, no nos agradan las mentiras") le recuerda a otra de Juan Pablo II sobre las excusas: "Una excusa es peor y más terrible que una mentira, porque una excusa es una mentira encubierta".

A estos motivos podría añadirse tal vez que Juan Pablo II, un enamorado de España, debió disfrutar con el sentido del honor y el castizo empecinamiento de Íñigo Montoya. Con él les dejamos...

1 comentario:

Magali dijo...

Mandé un comentario sobre una experiencia personal con mi nombre, Magali, estoy muy interesada en saber la opinión del Padre José, dónde puedo encontrar la respuesta?
Muchas gracias,
Magali