miércoles, 29 de julio de 2015

DE LOS APÓSTOLES Y LOS NOMBRES DE LOS PAPAS



Todos los evangelios menos el de Juan contienen una lista de apóstoles. La de Lucas reza así:

“Cuando se hizo de día, [Jesús] llamó a sus discípulos y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles: A Simón, a quien puso el nombre de Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelota; a Judas de Santiago y a Judas Iscariote, que fue el traidor” (Lc. 6, 13-16).

Una lista en la que se producen ciertas sinonimias, como las que afectan a los dos simones (bien que uno de ellos quede individualizado como Pedro); los dos judas (Judas de Santiago, conocido como Tadeo en otros evangelios y Judas Iscariote); y los dos santiagos (Santiago de Zebedeo o Santiago el Mayor, patrono de España, y Santiago de Alfeo o Santiago el Menor). Lo que reduce la nómina a diez nombres, a saber (en el orden que los menciona Lucas): Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé (identificado por algunos exégetas con el Natanael del Evangelio de Juan), Mateo (llamado Leví por el propio Mateo), Tomás, Simón y Judas.

Pues bien, hechas dos salvedades a las que nos vamos a referir, ninguno de sus nombres ha sido utilizado nunca por ningún papa para reinar sobre la silla de Pedro. Curioso, ¿verdad?

De las dos salvedades que hablamos, la primera afecta a Pedro, ya que él mismo, el apóstol queremos decir, fue papa, de hecho el primero. Y después de él, ninguno volvió a llevar el nombre, existiendo de hecho una cierta creencia de que si alguna vez vuelve a haber un papa Pedro será el último, de parecida manera a como un Rómulo (Augústulo) fue el último emperador romano de occidente siendo así que el fundador de Roma había sido otro Rómulo. Y todo ello, en el bien entendido de que ningún otro apóstol fue papa, pues el sucesor de Pedro no fue ninguno de ellos (tampoco Pablo, como algunos tienden a creer), sino un cierto Lino (pinche aquí para conocer mejor a tan importante como desconocido papa).

La segunda salvedad afecta al nombre Juan que, bien al contrario que los otros nombres apostolares es, sin embargo, el más utilizado por los papas, nada menos que veintitrés de ellos (a los que todavía se podrían añadir, si se quiere, los dos juanpablos), con dos particularidades. La primera es que de esos veintitrés papas juan, once se llamaban así de nombre propio y reinan antes de que se imponga la costumbre de cambiar el nombre al ascender a la silla de Pedro (pinche aquí si quiere conocer cuándo adoptan las papas tan singular costumbre), mientras que los otros doce, todos los que lo hacen desde Juan XII (955-964), él mismo incluído, eligen el nombre para reinar. La segunda tiene que ver con el hecho de que si los veintidós primeros juanes lo son en un plazo de 1250 años, -Juan XXII que empieza a reinar en 1316-, hasta Juan XXIII, que empieza a reinar en 1958, hubieron de pasar nada menos que 624 años sin un solo juan.

Y bien amigos, que hagan Vds. mucho bien y no reciban menos. Y no se olviden de visitarme mañana una vez más, que por aquí andaré. Esperándoles.

Luis Antequera

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