viernes, 25 de septiembre de 2015

POR QUÉ NO ORDENACIÓN DE MUJERES


Mujeres no necesitan ordenarse sacerdotes para alcanzar plenitud de hombres.


MADRID, 28 Nov. 03 (ACI).-Durante la conferencia inaugural del curso 2003-2004 en la Universidad Católica San Antonio (UCAM) de Murcia, el Obispo de Ratisbona, Mons. Gerhard L. Müller, declaró que las mujeres no necesitan recibir la ordenación sacerdotal para llegar a la misma plenitud que los hombres.

Mons. Müller, experto en cuestiones relacionadas con el papel de las mujeres en la Iglesia Católica, remarcó la constitución sacramental del Pueblo de Dios y la voluntad instituyente de Cristo como motivos por los que no existe una ordenación femenina. Sin embargo, resaltó que su función llega a la misma plenitud que la del hombre.

"Bajo el epígrafe ¿democratización de la Iglesia?, parece que algunas cuestiones de fe se han convertido en objeto de decisiones por mayoría", explicó Mons. Müller. Sin embargo, "que seamos la comunidad de los que creen en Cristo y formemos su Iglesia no significa que el Credo deba ser aprobado siempre de nuevo."

El Obispo hizo alusión a un "cisma mental" cuando se enfocan estas cuestiones sin la perspectiva sacramental, una visión obligada para referirse a la condición de "servicio" y no de "derecho" que implica el acceso al sacerdocio ministerial.

La complementariedad entre varón y hembra no se reñiría en absoluto con la eminente igualdad entre sexos. "En la reciprocidad de la relación se realiza plenamente su condición de persona y se manifiesta la semejanza del hombre con Dios."

Los arquetipos predominantes, sin embargo, no permiten en ocasiones examinar los profundos condicionamientos que llevan a poder imponer el sacramento del Orden sólo a varones. "Los paganos se mofaban de los primitivos cristianos porque entre éstos las mujeres estaban en pie de igualdad con los hombres", explicó Mons. Müller.

Ellas "contribuían en buena medida a acuñar el fenotipo demográfico y espiritual de la Iglesia". Pero "no podemos cometer el error de concebir el sacramento del Orden como incremento de la condición de cristiano" y agregó que la mujer, con su papel de laica o consagrada, cumple, como el hombre laico o sacerdote, la misión y figura de la Iglesia que proceden del bautismo, la confirmación y la eucaristía.

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