viernes, 12 de febrero de 2016

LA RESPUESTA DE LOS MUSULMANES A LA REVOLUCIÓN SEXUAL DE OCCIDENTE


Una Contra Revolución Sexual Extraña a la Ética Católica.

La mayoría de los católicos consideran que la revolución sexual occidental fue una fuente de mal que está generando grandes problemas en nuestra civilización; hoy vemos los destrozos causados por la ideología de género, la promiscuidad, la cohabitación, el divorcios, etc.

Y los católicos, especialmente los conservadores, sueñan con una contra revolución sexual, que ponga las cosas en su lugar.

Pero algunos católicos conservadores han mirado a los musulmanes fundamentalistas como aliados en estas guerras culturales sexuales, partiendo de una mirada superficial, pensando que la represión de la sexualidad que existe en los países islámicos es compatible con el catolicismo. Pero nada más lejos que eso. Tienen que tomar una segunda mirada para reflexionar con quienes en realidad se están aliando.

El sexo parece ser el regalo de Alá a sus seguidores. Los clérigos fundamentalistas predican sobre el sexo que los hombres podrán hacer en el paraíso, los rebeldes sirios están apoyados por una jihad sexual de adolescentes que van a “consolar” sus deseos carnales, y las noticias hablan profusamente de las violaciones perpetradas por bandas musulmanas en occidente.

EL PROBLEMA DE LA REVOLUCIÓN SEXUAL

Las consecuencias tóxicas de la revolución sexual son difíciles de ignorar. Resulta que el “sexo sin consecuencias” realmente tiene consecuencias.

En el caso de nuestra sociedad, incluyen a las madres solteras que luchan por criar familias, generaciones de niños sin padre, colegios donde se reparten anticonceptivos a las niñas….

No es de extrañar que en su deseo de restaurar el orden moral que se perdió con la revolución sexual, los católicos busquen aliados afines.

Por desgracia, algunos católicos están buscando en los lugares equivocados – o, al menos, en un lugar equivocado. Nos referimos a la creencia sostenida por algunos católicos conservadores de que el Islam puede llegar a ser un aliado confiable en tales guerras culturales.

UNA POCAS SIMILITUDES PERO GRANDES DIFERENCIAS CON EL ISLAM

Los católicos y los musulmanes comparten valores similares acerca de la modestia y la castidad y comparten una oposición similar respecto al adulterio, la pornografía, y el comportamiento homosexual. Por otra parte, los católicos y los musulmanes han trabajado juntos en el pasado para oponerse a la imposición de agendas seculares. Sobre todo en la Conferencia Mundial de Población en El Cairo en 1994

Sin embargo, a pesar de las similitudes superficiales, hay una gran diferencia entre la moral sexual católica y la moral sexual islámica – diferencias que deben hacer pensar a los católicos vacilantes acerca de alinearse con los seguidores más entusiastas del Profeta.

Una de las principales diferencias es que mientras que la moral católica es voluntaria, la moral islámica no lo es. Por ejemplo, las mujeres musulmanas que no respeten las normas de castidad corren el riesgo de palizas, mutilación, prisión y muerte; incluyendo la muerte a manos de sus propios familiares.

En busca de aliados para luchar junto a ellos en las guerras culturales, algunos católicos tienden a pasar por alto estas diferencias. Peor aún, suponiendo la existencia de un sistema compartido de valores, corren el riesgo de mala interpretación del Islam en su totalidad. Y en estos momentos es un gran riesgo a tomar.

LA DESEXUALIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN IRANÍ DE 1979

Es el modelo para todas las desastrosas revoluciones de la “primavera árabe” de los últimos años – revoluciones que se han traducido en un aumento de la inestabilidad en el Medio Oriente y el Norte de África y el aumento de la persecución de los cristianos.

Teniendo en cuenta la centralidad de la revolución iraní en la historia reciente, es imprescindible entender exactamente de lo que se trató. Sin embargo, algunos católicos parecen ver el evento a través de lentes color de rosa.

Michael Jones, el editor de Culture Wars (antes Fidelity Magazine), opina sobre la revolución iraní fue esencialmente una buena cosa. En su último libro, Culture Jihad in Teherán, va tan lejos como para decir que“Irán es el líder del mundo libre”, lo que quiere significar para él, libre de la revolución sexual y sus consecuencias.

Durante la visita a Irán en 2013 para hablar en una conferencia sobre “Hollywoodismo” Jones fue preguntado por un reportero acerca de la sociedad iraní. “Desexualización” fue la respuesta de Jones:

“Los iraníes han desexualizado la cultura después de la revolución de Jomeini. Han eliminado el sexo de la esfera pública y lo pusieron de nuevo en la esfera privada, donde pertenece”.

Según Jones, Irán se había sexualizado como resultado de la importación de los valores degradados de Hollywood durante el gobierno del Shah. Y Jones considera que la revolución de Jomeini fue, en esencia, una revolución contra-sexual, destinada a restaurar el orden moral del pueblo de Irán.

El sostiene que tal revolución debería haber sido llevado a cabo por los católicos en Occidente:

“La revolución iraní de 1979 fue la contrarrevolución contra la modernidad que debería haber sido puesta en marcha por el Concilio Vaticano II”.

A través de su revolución, dice Jones, Irán fue capaz de evitar la suerte de los católicos occidentales, es decir,

“la destrucción de una cultura basada en la familia” y su sustitución por “una cultura de personas anémicas, sexualmente frenéticas.”

Es muy cierto, por supuesto, que la Revolución Iraní tenía algo que ver con el rechazo de la decadencia moral de Occidente. Este es un tema que se puede encontrar en los escritos del ayatolá Jomeini, así como en las declaraciones de Osama bin Laden. También es un tema importante en los escritos de Sayyid Qutb, el teórico islámico del siglo XX.

EL FIN DE LA JIHAD MUNDIAL

Lo que falta en el análisis de Jones, sin embargo, es una indicación de que la revolución tenía que ver con otra cosa – a saber, el mandato del Corán para someter a todas las personas a la voluntad de Alá, por la fuerza, si es necesario. Considere esta exhortación del ayatolá Jomeini que pronunció en 1942:

“El Islam hace a todos los hombres adultos… prepararse para la conquista de los países para que la orden del Islam [la sharia] sea obedecida en todos los países del mundo… El Islam dice: Todo lo que hay de bueno existe gracias a la espada y a la sombra de la espada. Las personas no pueden hacerse obedientes, salvo con la espada. La espada es la llave para el Paraíso, que puede ser abierto sólo para los guerreros santos“.

En otro discurso, pronunciado en una escuela teológica en 1979, Jomeini habla de la necesidad de liberar a la juventud iraní de los casinos de juegos y otros antros de corrupción, pero parece menos interesado en la liberación de ellos para el estudio de la teología que en liberarlos para la práctica de la guerra. Por ejemplo,

“Queremos llevar a nuestra juventud de los bares al campo de batalla.”

Y, unos párrafos más adelante:

Queremos liberar a nuestra juventud de la pipa del opio y poner ametralladoras en sus manos. Queremos liberar a nuestros jóvenes de la pipa de opio y enviarlos al campo de batalla”.

Y lo hizo. Durante la guerra entre Irán e Irak, decenas de miles de niños entre las edades de doce y diecisiete años fueron alentados por el gobierno para participar en ataques de oleadas humanas contra las líneas iraquíes. Miles más “se ofrecieron como voluntarios” para limpiar campos de minas con sus cuerpos.

LA MORAL SEXUAL IRANÍ

Algo similar se puede decir de la actitud revolucionaria hacia la moralidad sexual. Jones hace una comparación entre los conservadores católicos estadounidenses en los años treinta, cuarenta y cincuenta y los “conservadores” iraníes que asolaron tanto al Shah y la decadencia de Occidente.

Así como la Legión Católica de la Decencia con su amenaza de boicot de los teatros logró restablecer un poco de la cordura moral de las películas entre mediados de los años treinta y principios de los sesenta, así también el pueblo iraní, en reconocimiento de los peligros de la liberación sexual, “quemó sus propios cines”.

Pero la revolución iraní no fue un intento de restaurar los viejos buenos tiempos de la moral cristiana estadounidense de alrededor de 1950, sino que fue un intento de restaurar los viejos buenos tiempos de múltiples esposas y novias niñas en Arabia alrededor del año 622 dC.

Si la revolución sexual de la década de 1960 legitimó una nueva ética sexual radical, la revolución iraní volvió a introducir una vieja ética sexual que era, a su manera, igual de radical.

Bajo la regla de Jomeini, la edad mínima para contraer matrimonio para las niñas se redujo a nueve años – no por casualidad, la misma edad de Aisha cuando ella estaba casada con Mahoma. El propio Jomeini se casó con una joven (de acuerdo a algunos informes) que tenía diez años en ese momento y aconsejó a los padres dar a sus hijas antes de la menstruación:

“Hagan todo lo posible para asegurarse de que sus hijas no vean su primera sangre en sus casas”.

Después de la muerte de Jomeini, la edad del matrimonio se elevó, pero muchos legisladores iraníes quieren bajarla de nuevo a nueve. Muhammad Ali Isfenani, presidente del Comité de Asuntos Jurídicos del Parlamento iraní, llama a la edad mínima actual de trece años “no islámica”. Más recientemente, los legisladores iraníes aprobaron una medida que permite a los hombres casarse con sus hijas adoptivas.

A las mujeres adultas no les va mucho mejor. Ellas están segregadas, y necesariamente velan por sí mismas, están sujetas a frecuentes palizas, tienen derechos de custodia extremadamente limitados y, en los casos de matrimonios polígamos, se ven obligadas a compartir sus esposos con otras mujeres.

¿CÓMO ESTA NUEVA MORALIDAD HA ESTADO FUNCIONANDO PARA LOS IRANÍES?

Un informe del 2005 de las Naciones Unidas encontró que Irán tiene el mayor índice de adicción a las drogas en el mundo. La prostitución es también un problema importante, y también lo es el suicidio. Según Ibn Warraq:

La tasa de enfermedad mental es muy alta entre las mujeres, al igual que la tasa de suicidios. En Ilam, una provincia occidental de Irán, por ejemplo, alrededor del 70 por ciento de los suicidios que son reportados son de mujeres, la mayoría de ellas entre diecisiete y treinta y cinco años de edad. Según la Organización Mundial de la Salud, Irán tiene la tercera tasa más alta de suicidios en el mundo”.

Muchos han sugerido que este deterioro social es un resultado directo de la moralidad islámica forzada. En su libro, Cómo mueren las Civilizaciones, David P. Goldman señala que:

Irán sufre de una erupción de patologías sociales como la drogadicción y la prostitución en una escala mucho peor que cualquier cosa observada en Occidente. Parece que la teocracia islámica promueve más que reprime la decadencia social.”

Por otra parte, una serie de escritores musulmanes y ex musulmanes incluyendo Tawfik Hamid, Wafa Sultan, Nonie Darwish, Ibn Warraq, y Ayaan Hirsi Ali sostienen que la violencia y el terror islámico tienen sus raíces en la dinámica familiar islámica. Según sus ideas, el patrón institucionalizado de dominación masculina dura y la sumisión femenina causa estragos en el mundo en general.

COSAS DIFERENTES QUE PUEDEN PARECER IGUAL A PRIMERA VISTA

La moral sexual islámica puede aparecer en la superficie similar a la moral sexual católica, pero en una inspección más cercana, es en muchos sentidos la imagen espejo de la visión mecanicista del sexo del Occidente secular.

En Irán, como dice Jones, el sexo puede haber sido puesto de nuevo en la esfera privada, pero lo que sucede en esa esfera privada está fuertemente controlado por la cultura islámica.

En esa cultura, es común pensar en las mujeres como objetos sexuales para ser confinados y controlados. En esa cultura, no existe el requisito de exclusividad sexual por parte de los hombres, sino que instituciones como la poligamia, el divorcio fácil, y “matrimonios temporales” consagran el derecho del hombre a la variedad sexual.

Por otra parte, en esa cultura, la explotación sexual de los niños es sin duda mucho peor que en la nuestra. En nuestra cultura, esta explotación toma su espacio en gran medida en el nivel de la publicidad y el entretenimiento, en Irán, se manifiesta en la institución – que destruye el alma -: el matrimonio infantil.

Jones tiene razón acerca de los efectos destructivos de la revolución sexual, pero se equivoca al creer que lo que está sucediendo en Irán es algún tipo de antídoto para ello.

UN EJEMPLO: COMO ESTA FUNCIONANDO LA SEXUALIDAD EN LA JIHAD

La actual expansión musulmana que vive el mundo a través de la jihad – la más o menos pacífica y la violenta de los terroristas -, permite ver que la espiritualidad no es una variable central de la religión musulmana sino la carnalidad; y que algunas cosas que originalmente están prohibidas por la moral musulmana se levantan en razón de lograr la supremacía política islamista.

El Corán describe el Paraíso como un espacio y tiempo sin fin al que los musulmanes acceden mediante la guerra santa (jihad). Y en ese tiempo sin fin los devotos musulmanes estarán practicando sexo continuamente con multitudes de mujeres vírgenes.

El clérigo saudita Muhammad Ali Shanqiti ha calculado, basándose en el Corán, que cada musulmán podrá disfrutar de la compañía sexual de hasta 19.604 mujeres en el Paraíso.

MEMRI ha traducido del árabe al español la conferencia que el clérigo saudita Muhammad Ali Shanqiti.

El Dr. Muhammad Ali Al-Shanqiti es el Imam de la mezquita Al-Ahmady en Yeddah. Al-Shanqiti quien nació en Nouakchott en 1970, recibió su grado en humanidades en la Universidad de Al-Madina en Arabia Saudita. Según su portal alshanqeety.com, Al-Shanqiti obtuvo tanto su maestría y doctorado en la Universidad de Columbus en los Estados Unidos.

Muhammad Ali Shanqiti dice que:

Todo musulmán tiene al menos dos vírgenes de ojos negros en el Paraíso. Cada virgen posee 70 chicas que le sirven. A usted se le permite [tener relaciones sexuales] con las vírgenes, así como también con las chicas sirvientas. Por cada mujer de este mundo que entra en el Paraíso, uno obtiene 70 vírgenes de ojos negros.

Si usted se casa en este mundo, entonces [en el Paraíso], usted dispone de la esposa de este mundo, junto con 70 vírgenes de ojos negros con las que se le permite tener relaciones sexuales, y cada una de estas 70 vírgenes dispone de 70 chicas sirvientas.

¿Entonces con que cantidad de mujeres uno dispone? Ese es el mínimo.

Ahora, supongamos que usted está casado con cuatro esposas, cada una de los cuales dispone de 70 vírgenes de ojos negros, y cada virgen dispone de 70 chicas sirvientas… ¿Cuánto suma el total al qué hemos llegado? Alá te ayude.

Su reunión con su esposa tiene una duración de 70 años terrenales. Cuando los 70 años están a punto de finalizar, otra virgen de ojos negros le llama desde arriba: “¿Oh siervo de Alá, no obtenemos parte de ti?”

Te vuelves hacia ella, y ves que es más hermosa que la mujer con quien estás. Le preguntas: “¿Quién eres?” y ella dice: “Soy tu virgen en el Paraíso. Alá te habló sobre mí, diciendo: ´Hay más de ellas con nosotros. Yo soy una de ellas”.

La dejas y pasas a la siguiente. Alá te ayude…

Pasas 70 años o menos con ella, y luego viene la tercera, diciendo: “¿Oh siervo de Alá, no me queda parte de ti?” Tú la ves a ella, y ella es aún más hermosa que con la que estás”.

De hecho, estas prédicas de los clérigos magnificando el deseo sexual terminan por promocionarlo, y es en parte responsable de los problemas que suceden en países occidentales con violaciones de mujeres. Para informarse sobre esto ver aquí y aquí.

VIOLACIÓN DE MUJERES EN NOMBRE DE LA JIHAD

Durante un discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente, el ministro del Interior tunecino Lotfi Bin Jeddo anunció que las niñas tunecinas que habían viajado a Siria para llevar a cabo el “sexo jihad” habían regresado después de haber sido sexualmente

“intercambiadas entre 20, 30 y 100 rebeldes y volvieron con el fruto de los contactos sexuales [embarazos y enfermedades] en nombre de la jihad sexual y estamos en silencio sin hacer nada”

Varias entrevistas con mujeres tunecinas que fueron al sexo jihad testimonian más de la veracidad de este fenómeno. Por ejemplo, Lamia de 19 años de edad, a su regreso, confesó que tuvo sexo con un sinnúmero de hombres, incluyendo paquistaníes, afganos, libios, tunecinos, saudíes, iraquíes, somalíes y un yemení, todo en el contexto del “sexo jihad”, y que ella y muchas otras mujeres fueron abusadas, golpeadas y obligadas a hacer cosas “que contradicen la noción del valor humano”. Ahora, de vuelta en Túnez, Lamia ha ido a un médico encontraando que está embarazada de cinco meses. Tanto ella como su feto llevan el virus del sida (leer toda su historia).

Otras mujeres entrevistadas han contado cómo fueron “engañadas”, o cómo sus maridos (siendo una de las cuatro esposas) se divorciaron y las enviaron a Siria para el sexo jihad, con garantías del paraíso en la otra vida. Una joven de 16 años de edad, explica cómo su padre le ordenó tener relaciones sexuales con varias jihadista “libertadores”.

Sin embargo las mujeres musulmanas que se prostituyen están considerando una jihad legítima porque estas mujeres están haciendo sacrificios, su castidad, su dignidad, con el fin de ayudar a los jihadistas, que están aparentemente sexualmente frustrados, a centrarse más en la guerra para potenciar el Islam en Siria.

Y en la prostitución se les promete el pago, aunque en la otra vida.

El Corán declara que

Alá ha comprado a los creyentes sus personas [sus] cuerpos y sus bienes, porque de ellos (a cambio) es el jardín (del Paraíso): ellos pelean por su causa, y matar, y son muertos (Yusuf Ali trans 9:111).

En cualquier caso, mientras que las noticias de que las niñas musulmanas en hijabs se prostituyen en el nombre del Islam puede ser instintivamente rechazado como un “engaño”, el hecho es que los clérigos islámicos regularmente emiten fatwas permitiendo lo prohibido.

El criterio fundamental es que ayudan a la jihad para potenciar al Islam.

LA JIHAD ES OBLIGATORIA ASÍ COMO CUALQUIER COSA QUE LA POTENCIE

La jihad es lo primero, porque es el pináculo del Islam, y si el pináculo del Islam sólo puede lograrse a través de la prostitución o la sodomía, entonces no hay nada malo en ello. Por la regla general, la jurisprudencia [islámica] afirma que “la necesidad hace admisible la prohibición.”

Y si las cosas obligatorias sólo pueden alcanzarse mediante la realización de lo prohibido, a continuación, se convierte en obligatorio realizar lo prohibido, y no hay mayor deber que jihad.

En resumen, primero, la jihad es la “cúspide” del Islam, ya que hace Islam supremo, y en segundo lugar, la idea de que “la necesidad hace admisible lo prohibido.”

De ahí las muchas aparentes contradicciones en el Islam: las mujeres musulmanas castamente deben cubrirse de la cabeza a los pies, sin embargo, en el servicio de la jihad, se les permite prostituir sus cuerpos. La sodomía está prohibida, pero se permite como una manera de matar infieles y / o apóstatas. Mentir está prohibido, pero es permitido para potenciar al Islam. El suicidio está prohibido, pero es permitido durante la jihad, cuando se le llama “martirio.” Matar intencionalmente mujeres y niños está prohibido, pero es permitido durante una redada de la jihad islámica.

FUENTES:


Foros de la Virgen María

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