martes, 31 de mayo de 2016

¿POR QUÉ IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA LLORAN EN TODO EL MUNDO?


Por todo el mundo aparecen noticias de que una imagen de la Virgen llora. Sobre todo de la Rosa Mystica. Algunos casos clamorosos han sido aprobados por la Iglesia, mientras que otros han quedado en la esfera privada. Este fenómeno se ha acentuado desde el siglo XX. Y en las iglesias ortodoxas se ve la particularidad de que iconos exudan aceite y mirra, pero se puede considerar es el mismo fenómeno.

¿Qué hay que pensar cuando uno mira las gotas de agua, de las lágrimas, que aparecen en una estatua de plástico? Acá te ofrecemos pistas.

DOS EXPERIENCIAS DE PERIODISTAS

Cuando Michael H. Brown, a mediados de la década de 1990 en un suburbio de Toronto, sostuvo una estatua en sus manos “lloró” profusamente. Una pequeña estatua hueca. Miró en el interior, y buscó cualquier manguera o mecanismo alguno, pero nada. Era una estatua de plástico hueca de la Santísima Madre.

Esto también sucedió hace un año a otro periodista, Rod Dreher, que ha servido varias temporadas como columnista en periódicos como el Dallas Morning News y The New York Post. Ahora escribe para publicaciones como The American Conservative. Dreher observó con asombro como una estatua en Baton Rouge, Louisiana, hizo lo mismo, una estatua de la Rosa Mystica que pertenecía a una mujer que había estado sufriendo de cáncer.

Una vez más, era una representación de María que estaba ante sus ojos mientras oraban, y un líquido se formada en ella.

CIENTOS DE TESTIMONIOS DE LACRIMACIONES

Estas estatuas se han reconocido por derramar lágrimas por todo el mundo. Lo mismo ha sido con una estatua peregrina de Fátima, así como una de tamaño natural de la Virgen de Guadalupe.

Hay casas donde no una, sino un gran número de objetos “lacriman”. Los fenómenos parecen estar vinculado a un lugar o una persona.

De hecho, eso sucedió cerca de Syracusa, Nueva York, y en el norte de California. Y en una iglesia en Virginia (este caso vinculado a un sacerdote).

A través de los años hay cientos de testimonios en internet de aquellos que han visto decenas de objetos – estatuas, rosarios, imágenes, y medallas – que exudan líquidos acuosos o aceitosos, a veces sucede el caso que todo lo que tienes que hacer es traer una estatua cerca de un que está lacrimando.

Uno de los casos más sorprendentes es en Medjugorje, Herzegovina, donde un Corpus de bronce macizo de Jesús misteriosamente exuda constantemente un líquido acuoso-aceitosa durante más de una década, de una “herida” en la rodilla derecha. Y varios milagros son informados a raíz de esto. Ver la historia aquí.

LOS MISTERIOS DE LAS ESTATUAS SON HISTÓRICOS

Casi desde el comienzo del cristianismo, sin duda antes de la Edad Media, los milagros se han asociado con las representaciones de Jesús y María. En su mayor parte, está involucrados con luces inexplicables que vienen de tal objeto, reacciones extrañas de animales a las imágenes sagradas, o una aparición indicando una estatua enterrada (muchas fueron escondidas cuando los musulmanes trataron de conquistar Europa). Pero no fue hasta el siglo XX que los milagros se concentraron en las lágrimas.

En las iglesias ortodoxas, a menudo es la emanación de aceite y mirra.

Hay casos clásicos de llanto como en una iglesia en Long Island, ver aquí, es la iglesia ortodoxa griega de San Pablo en Hempstead).

También en una iglesia en Michigan, una imagen que derrama, aceite y mirra, y parece que hay curaciones.

A veces, la exudación es sangre, lo que puede ser problemático, sobre todo cuando hay coagulación antiestética.

¿El diablo participa en alguna de ellas?

Uno tiene siempre que discernir. En alguno de estos casos, se puede sentir la gracia, en otros, puede haber una sensación de desbarajuste.

CASOS DE APROBACIONES DE LA IGLESIA

Una de las más famosas estatuas que lloran fue en Siracusa, Sicilia. Los investigadores enviados por el obispo lo vieron por sí mismos, las lágrimas se acumulaban en una cavidad formada por la mano sobre su corazón. Ver la historia aquí.

En un discurso por radio el 17 de octubre de 1954, el Papa Pío XII reconoció

“la declaración unánime de la Conferencia Episcopal celebrada en Sicilia de la realidad del caso” y preguntó: “¿Los hombres comprenden el misterioso lenguaje de las lágrimas?”

Estas manifestaciones parecen especialmente dirigidas a nuestra era, pero estos fenómenos, se remontan veinte siglos.

Otro caso famoso y aprobado por la Iglesia fue en Akita, Japón, donde una estatua de madera de María lloró en 101 ocasiones. Ver la historia aquí. Las lágrimas se analizaron químicamente, como también fue el caso de Syracusa.

En Italia, una estatua de Nuestra Señora Reina de la Paz de Medjugorje comprada también ha llorado delante de un obispo y ha tenido la aprobación de la Iglesia, esto en Civitavecchia. Se trataba de sangre. Ver la historia aquí.

¿POR QUÉ LLORA?

¿Aborto? ¿Guerra?

¿Qué pensar de estatuas e imágenes que lloran?

¿Es una manifestación sobre el estado general de la moralidad? ¿Es también un aviso sobre lo que viene como resultado?

¿Tiene que ver con un aviso de algo que vendrá en esa parte del mundo? Recientemente hemos informado del caso de un fenómeno extraordinario de muchas imágenes llorando en Irlanda hace 20 años, junto con el mensaje de orar por los pecadores, y hace una semana la que otrora fue la nación mas católica del mundo votó en un referéndum para habilitar el ‘matrimonio’ homosexual, primera vez que este hecho se da en el mundo. Puedes ver aquí el artículo.


INFORMES EN EL ÚLTIMO PAR DE AÑOS QUE HEMOS PUBLICADO SOBRE LACRIMACIONES


UNA PISTA CONCRETA

En 1992 se produjo en Arlington, EEUU, el mayor fenómeno de imágenes de María llorando al mismo tiempo de que tengamos conocimiento. A los 6 meses se suicidó el canciller del obispado, que era el encargado de investigar los crímenes de pedofilia en la diócesis pero que al final resultó ser pedófilo, y además, fue el artífice del silenciamiento del fenómeno de lacrimación de la Virgen.

Y 6 meses después se desató públicamente en el mundo la ola de denuncias contra curas pedófilos. Al día de hoy la diócesis de Arlington sigue ignorando las lacrimaciones de las imágenes.

“El 29 de junio 1972 Pablo VI habló del enemigo supremo de Dios, ese enemigo del hombre que se llama Satanás, el enemigo de la Iglesia. ‘El humo de Satanás’, advirtió Pablo VI, ‘ha encontrado su camino en la Iglesia a través de las fisuras’. Era una advertencia angustiada que causó gran conmoción y escándalo, incluso dentro del mundo católico”.De una entrevista con exorcista jefe del Vaticano, el padre Gabriele Amorth por Stefano Maria Paci.

EL MISTERIO

Durante años, muchos cercanos a la Iglesia habían especulado sobre cómo el mal -el humo de Satanás- se manifestaría dentro de la Iglesia Católica, y luego en un caluroso día de verano en agosto, una pista.

El 11 de agosto de 1992, el por largo tiempo canciller de la diócesis de Arlington, en Virginia, Monseñor Guillermo Reinecke, de 53 años de edad, entró en un campo de maíz en Berryville, Virginia, cerca del Monasterio trapense de la Santísima Cruz con una escopeta cargada y se mató. Su muerte dejaría una larga sombra de secretos indecibles -secretos del bien y del mal-, secretos cuyo alcance, casi veinte años después, recién están empezando a ser plenamente comprendidos.

Durante unos inverosímiles seis meses de 1992, el canciller Reinecke estuvo literalmente, cara a cara con lo divino y lo condenado.

Antes de la muerte del Canciller, cinco meses antes, el 6 de marzo de 1992, una televisora local afiliada a CBS News transmitió una historia, al principio sin mucha fanfarria, sobre los sucesos misteriosos de estatuas de la Santísima Virgen María que lloraban en Lake Ridge, Virginia, un suburbio a 30 kms. al sur de Washington. Los acontecimientos extraordinarios ocurrieron en su mayoría en la Iglesia católica Santa Elizabeth Ann Seton (SEAS) y su rectoría. La parroquia SEAS pertenecía a la diócesis de Arlington.

El reporte de las vírgenes llorando se asociaron con un sacerdote local llamado Padre Jim Bruse -ellas parecían llorar en su presencia-. El Padre Bruse también, inexplicablemente, experimentó las “llagas de Cristo”, conocidas como los estigmas.

Muchos testigos presenciales de los hechos sostienen, aún hoy, que nunca en la historia de la Iglesia Católica ha habido una mayor manifestación de hechos sobrenaturales, como estatuas que lloran, o signos físicos de milagros como los que se llevaron a cabo en las afueras de Washington, DC en 1991 – 1993.

Hubo cientos, si no miles, de testigos creíbles que vieron las estatuas de la Virgen María llorar delante de sus ojos, incluidos abogados, militares y funcionarios del gobierno. Más significativo es que el Obispo de la diócesis de Arlington, John R. Keating, junto con Monseñor Guillermo Reinecke fueron testigos de la Virgen llorando.

“El 2 de marzo 1992 el Padre Hamilton y el Padre Bruse se reunieron con el Obispo Keating en la Cancillería, junto con Monseñor Guillermo Reinecke. “Ambos prelados tenían estatuas de la Madonna. El Obispo Keating tenía dos en su oficina y Monseñor Reinecke trajo una de los suyos. Además, el P. Bruse, había llevado su pequeña estatua de Fátima con él. Todas las estatuas estaban llorando. Según se informa, el Obispo Keating estaba convencido de que el llanto es un verdadero fenómeno y debe ser tratado así”. Los Milagros de Seton.

Pocos días después del informe de CBS News, la historia de las estatuas que lloran y el sacerdote que experimenta los estigmas, se convertiría en una sensación en los medios. The Washington Post y una multitud de otras organizaciones de noticias nacionales e internacionales descendieron a la comunidad para reportar e investigar los hechos milagrosos. A día de hoy, el frenesí espontáneo de los medios de comunicación que envolvió los hechos inexplicables, se presenta como momento singular en la historia de la televisión en la cobertura de fenómenos religiosos místicos.

Entonces, de repente, la Oficina de la Cancillería de la diócesis de Arlington, presidida por monseñor Reinecke, preocupada por la “atmósfera de circo” en la parroquia de Lake Ridge, con la bendición del Obispo, con frialdad cerró todo. Las estatuas de la Virgen seguía llorando, a veces profusamente, pero en cuanto a la diócesis de Arlington y la Iglesia Católica se refiere a la cuestión había terminado oficialmente. Los testigos de los hechos quedaron devastados por la decisión.

La Cancillería expresó su posición sobre los hechos milagrosos en una declaración formal al Pastor de SEAS, el padre Hamilton. En pocas palabras, la declaración dijo que, dado que no había ningún mensaje divino que se estuviera entregando, no había nada que investigar, y a la parroquia y al clero, a partir de ese momento se les prohibió hablar de los acontecimientos.

Esta decisión, fue para muchos feligreses no sólo profundamente triste, sino que parecía ser una decisión extraña, ya que sólo los fenómenos físicos pueden ser investigados. Informes de las apariciones y locuciones no pueden ser investigados. Simplemente pueden ser evaluados en cuanto a si son compatibles con la fe y la moral católicas.

EL HUMO DE SATANÁS

A los pocos meses de ignorar las lágrimas de la Virgen y silenciar los altamente publicitados sucesos milagrosos, monseñor William Reinecke, de nuevo en los titulares de periódicos, esta vez por su suicidio en el campo de maíz del monasterio.

Después del suicidio, al principio, shockeados sacerdotes, feligreses y amigos y buscaron respuestas. Muchos se culparon por no ver la desesperación silenciosa de Monseñor Reinecke.

Pero poco después del suicidio un informe sorprendente apareció en el Washington Post. Joe McDonald, un ex monaguillo de otra parroquia, afirmó que el Padre Reinecke abusó de él sexualmente Reinecke veinticinco años atrás, y dijo que él había enfrentado al sacerdote sobre el incidente dos días antes de que Reinecke se suicidara.

A continuación, otra bomba. Después de informar las denuncias de abuso sexual, The Washington Post reveló que William Reinecke era también, escandalosamente, la persona encargada de investigar las denuncias de pedofilia en la diócesis de Arlington.

El 30 de agosto de 1992, después de haber sido rechazado por la diócesis de Arlington hablar sobre la muerte de Reinecke, Joe McDonald contactado por el Washington Post contó su historia de abuso sexual por el padre Reinecke. Luego, según el Post, el Obispo John R. Keating, después de leer la historia en el periódico, buscó a McDonald para discutir el asunto. En la reunión con los representantes del Obispo le pidió a la diócesis establecer grupos de apoyo a las víctimas y sacerdotes, pero el señor McDonald dijo que no hicieron “propuestas concretas” y le molestó que le pidieran que “deje de hablar“.

Cinco meses antes, el Obispo Keating y Monseñor Reinecke también habían pedido a los feligreses de Santa. Elizabeth Ann Seton dejar de hablar y la diócesis había rechazado todos los pedidos para investigar los misteriosos acontecimientos de la Virgen llorando por cerca de veinte años.

En 2006, Becky Ianni declaró que a finales de 1960, cuando tenía diez años, ella había sido abusada sexualmente por el Padre Reinecke. Ella le dijo al Washington Post que el Padre Reinecke dio a su familia su primera TV color y en pocos días, mientras veían la televisión en el sótano, se inició el abuso sexual. “No lo dije a nadie lo que pasó”, dijo. “Me fue dicho, básicamente, que iría al infierno si lo hiciera”. Dijo Ianni, que ya no se considera una católica practicante. “Me sentí muy decepcionada”, dijo. “Me di cuenta que no podía ser parte de una iglesia que no trata adecuadamente a las víctimas.

Por supuesto, nadie en ese trágico día pudo oír el arma que mató a salir Monseñor Reinecke. Pero ahora, mirando hacia atrás en los acontecimientos de 1992, que la Virgen estaba llorando como nunca antes en la historia, tal vez el sonido del arma de fuego “dio la vuelta al mundo”, porque a los pocos meses del suicidio del acusado pedófilo -el encargado de las investigaciones de pedofilia de la diócesis, las crisis de los abusos sexuales en la Iglesia Católica comienzan a revelarse.

En el informe de 2004de John Jay sobre abuso sexual, encargado por la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., señaló que “antes de 1993, sólo un tercio de los casos de abusos sexuales eran conocidos por funcionarios de la iglesia.”.

La catástrofe del abuso sexual, como ahora sabemos, se ha convertido, sin duda, en el mayor desafío para los corazones, mentes y almas de los fieles católicos -muchos han abandonado la fe a causa de ello- y hasta el día de hoy la Santa Sede sigue sufriendo las consecuencias de lo que el Papa Benedicto XVI ha descrito como una “desgracia” dentro de la Iglesia. El humo de Satanás había entrado en la Iglesia y la Virgen Madre Santísima lloraba por la pérdida de tantas almas.

LAS CONSECUENCIAS

La decisión del Obispo Keating y Monseñor Reinecke de ignorar los hechos milagrosos de las estatuas que lloran sigue siendo un misterio sin resolver y para muchos un suceso muy desafortunado. La decisión de ignorar los hechos no dejó la estela de una opinión neutral. Dejó una implicación negativa, algunos incluso creen que los acontecimientos (llanto y estigmas) han sido condenados por la diócesis de Arlington.

El aparente desinterés del Obispo sugirió que el debía conocer algo negativo acerca de la causa de los fenómenos.

La tragedia de esta situación es que el obispo local, primero Mons. John R. Keating y ahora Mons. Paul Loverde, se han negado a reconocer incluso los eventos y mucho menos investigar si constituyen un verdadero signo de Dios que el fiel puede considerar como un milagro.

Tal vez el aspecto más preocupante de todo esto es que el hombre clave encargado del silenciamiento de los Milagros de Seton, el hombre que también era el encargado de las investigaciones de denuncias de abuso sexual por el clero, bien pudo haber sido un pedófilo según testimonios de supuestos abusados.

Recientemente, el obispo de Green Bay, Wisconsin, acaba de reconocer la primera aparición oficial de la Santísima Virgen María en los Estados Unidos a una monja en 1859. La iglesia es el Santuario de Nuestra Señora del Socorro en Champion, al este de Green Bay, cerca del Lago Michigan. A los efectos de los Milagros de Seton, demuestra que no es demasiado tarde para llevar a cabo las investigaciones y determinar su validez.

En efecto, nunca es demasiado tarde para investigar los milagros y para que las personas que aún buscan respuestas estén de la guía de la diócesis de Arlington. Citando las estatuas que lloran y los milagros que tuvieron lugar en las afueras de Washington DC, el juez Scalia argumentó recientemente que “no es irracional a aceptar el testimonio de testigos oculares de los milagros”. “Lo que es irracional, es rechazar a priori, sin investigación … lo que, por supuesto, el mundo quería saber. ¿Por qué no estuvo la iglesia absolutamente involucrada con los no creyentes, tratando de determinar si podría haber algo de esto”. La respuesta era obvia, dijo con desdén: “El sabio no investiga tales tonterías”.

Las palabras de la Corte Suprema de Justicia nos deja la pregunta de por qué en realidad la iglesia no se llenó de funcionarios de la diócesis de Arlington para investigar los misterios que, obviamente, a día de hoy, persigue el juez Scalia. Es evidente que el juez Scalia no ha escuchado evidencia de su satisfacción para tomar una decisión en el caso extraordinario de las estatuas que lloran de la Santísima Virgen.

Si una investigación honesta determina que hubo causas naturales para todas las cosas extrañas que sucedieron alrededor de Padre Bruse, en Lake Ridge, Virginia ¡genial!. El asunto podría ser puesto a descansar, pero tal vez no. Ese es el propósito de investigar.

Foros de la Virgen María

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