jueves, 21 de julio de 2016

GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS IMPONE LEYES QUE VIOLAN LIBERTAD RELIGIOSA, DENUNCIA ARZOBISPO


LOS ÁNGELES, 19 Jul. 16 / 09:49 am (ACI).- El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez, denunció que el gobierno de Estados Unidos ha asumido un “patrón perturbador” que lo lleva a imponer leyes que violan la libertad religiosa y de conciencia que son esenciales para la democracia y la sociedad.

En su última columna semanal titulada Nuevos retos para la vida y la libertad”, el Prelado de origen mexicano que dirige la Arquidiócesis más grande y diversa de Estados Unidos, señaló que el actual gobierno “impone políticas que van en detrimento de la libertad religiosa y de la protección de la conciencia que son esenciales para la democracia y para la sociedad civilizada”.

Al respecto, indica, hay muchos ejemplos como los siguientes:

1.- La nueva ley de California que “concede a los médicos el poder de ayudar a los pacientes a suicidarse. Esta ley dedica incluso 1 millón de dólares al año del dinero de los contribuyentes para pagar por medicamentos letales para los pobres”.


3.- Los esfuerzos de la Legislatura de California para obligar a los colegios confesionales a no enseñar ni expresar sus creencias acerca del matrimonio y de la persona humana.

4.- La nueva demanda presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles que busca “obligar a los Obispos de Estados Unidos a ofrecer el control de la natalidad y el aborto a los niños refugiados a quienes servimos”.

5.- En California, el gobierno estatal intenta obligar a “todos los planes de seguro para la salud del estado a pagar por los abortos, inclusive por los abortos realizados en las últimas semanas de un embarazo. Los líderes de Nueva York han estado tratando de hacer lo mismo en ese estado”.

6.- A fines del mes pasado, el Gobierno de Obama apoyó el plan de California, que se rehúsa a apoyar una ley federal que data de hace mucho tiempo (la llamada ‘Ley Weldon”) que “protege los derechos de los estadounidenses a no participar en abortos”.

7.- También a fines del mes pasado, un tribunal del estado de Washington determinó “que todos los hospitales de ese lugar que proporcionan atención de maternidad, deben también realizar abortos”.

Con todo esto, explica el Arzobispo de Los Ángeles, se ve que “los que gobiernan y moldean la dirección de la sociedad han desarrollado una hostilidad a la religión y a los valores tradicionales de la familia y de la comunidad”.

“Con una frecuencia cada vez mayor, vemos que están utilizando la fuerza bruta de la ley y de las políticas públicas para imponer sus puntos de vista y para negar los derechos y las libertades de los que no están de acuerdo con ellos”.

Esto lo “vemos en todos los debates que ha habido en torno a los matrimonios del mismo sexo y a la identidad de género”, por ejemplo.

De esta situación, precisa, “no es exagerado decir que las élites culturales y del gobierno parecen ahora estar funcionando como si fueran una nueva religión que está imponiendo una nueva ‘ortodoxia’ en el resto de la sociedad”.

“En el corazón de esta nueva ortodoxia se encuentra un falso ‘humanismo’, es decir, un peligroso conjunto de creencias acerca de lo que significa ser humano y de lo que hace que una persona sea feliz”.

Para enfrentar esta “peligrosa dirección que está tomando nuestra sociedad”, señala Mons. Gómez, “como católicos debemos comprometernos a ser personas de oración y compasión”.

“Tenemos que pedir la fuerza y la sabiduría, y así como lo hicieron los apóstoles, necesitamos orar por quienes ostentan la autoridad”, resalta.

El Arzobispo de Los Ángeles subraya que “nuestra identidad y los mandatos que nos rigen como católicos nunca han provenido de un gobierno. Provienen de nuestro Señor Jesucristo, que nos llama a seguirlo en el servicio de los pobres y los desvalidos, anunciando la libertad a todos los que están en el cautiverio”.

“Tenemos que defender nuestra libertad de servir a Dios y de seguir y promover la hermosa visión de la dignidad humana y de la felicidad que Jesús nos ha dado”, destaca.

Puede leer la columna completa de Mons. Gómez AQUÍ.

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