lunes, 23 de enero de 2017

EL FASCINANTE MISTERIO DEL LIENZO DE EDESA CON LA CARA DE JESÚS


Una pequeña ciudad en lo que hoy es Turquía tiene conservó dos reliquias importantes de Jesús.
Una carta en la que aparentemente le habría respondido al rey Agbar.
Y un lienzo en el que está estampado el rosto de Jesús, que se llama Mandylion.
Y que habría sido entregada al rey Agbar por San Judas Tadeo, y que hoy está técnicamente desaparecido.
San Judas Tadeo, según textos bíblicos (Evangelios, Hechos de los Apóstoles), fue uno de los discípulos de Jesús, que formaba parte del grupo de “los doce” apóstoles. 
Su intercesión es sin duda muy poderosa con Dios, y su fama para la adquisición de favores a los fieles en las necesidades desesperadas es casi global.
Por una tradición piadosa San Judas está involucrado en una historia extraordinaria de una carta que se dice que ha sido escrita por, o dictada por, Nuestro Señor Jesucristo.
En este artículo expondremos sobre los dos temas: la supuesta carta de Jesús y el lienzo Mandylión.

LA CARTA DE AGBAR Y LA RESPUESTA DE JESÚS
En Edesa, la capital de un pequeño reino en el área de lo que hoy es Urfa, en el sur de Turquía, el rey de Edesa, Agbar V ‘El Negro’, había contraído la lepra y, después de haber oído hablar de los milagros de Jesús, le escribió para pedirle a Jesús que viniera a curarle.
Eusebio cita la carta así como la respuesta supuesta de Jesús.
La carta de Agbar: “Agbar, gobernante de la ciudad de Edesa, a Jesús el Salvador, el buen médico, que ha aparecido en Jerusalén, Saludos.
He oído hablar de usted y acerca de las curaciones que realiza sin medicamentos o hierbas.
Lo que he oído es que Ud. hace que los ciegos vean y los cojos anden, limpia a los leprosos, expulsa espíritus inmundos y demonios, cura a los que han sufrido de enfermedades crónicas y dolorosas, y resucita a los muertos.
Al escuchar todo esto de Ud., llegué a la conclusión de que una de dos cosas tiene que ser verdad: es Dios y descendió del cielo para hacer estas cosas, o es hijo de Dios haciendo estas cosas.
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Por tanto, estoy escribiendo para pedirle que venga a mí y me cure de la enfermedad que padezco.
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He oído que los judíos le están tratando mal y deseo que no se preocupe, mi ciudad es muy pequeña, pero muy noble y adecuada para que los dos vivamos en paz”.
La respuesta de Jesús: “¡Bendito el que nunca me ha visto y sin embargo cree en mí.
Hace mucho tiempo que estaba escrito que los que me verán, no creerán en mí y aquellos que no me han visto creerán en mí y serán salvos.
En cuanto a su petición de que lo visite, es mejor para mí quedarme aquí y terminar el trabajo que fui enviado a hacer.
Después de que haya terminado, entonces voy a ir con el que me envió.
A continuación, le enviaré a uno de mis discípulos para curar su enfermedad y llevarle la salvación a Ud. y a su pueblo”.
Varias fuentes dicen que cuando los discípulos fueron a todo el mundo, Judas fue primero a Edesa para cumplir con la promesa de Jesús a Agbar.
Eusebio dice que Judas se quedó allí en el barrio judío con un hombre llamado Tobías.
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De acuerdo a la leyenda de oro, Judas curó a Agbar limpiando su cara con la carta de Cristo y Agbar se convirtió, al igual que muchas otras personas en Edesa.
Eusebio dice que leyó estas cartas en una traducción griega del arameo original y no cuestionó su autenticidad.
En estos días son descartadas como falsas, aunque algunas personas creen que estos fueron mensajes verbales fueron escritos después.
En cualquier caso, las cartas fueron apreciadas reliquias de Edesa y se cree ampliamente que protegieron la ciudad.
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Tanto es así que, cuando los persas sitiaron la ciudad, la carta de Cristo fue puesta en lo alto de las murallas y los persas fueron derrotados.
Las cartas, falsificaciones o no, han desaparecido en las brumas del tiempo, pero se rumorea que se conservan en un monasterio en Kirguistán.
EL MANDYLION, RETRATO DE CRISTO
Luego el Rey Agbar también encargó un retrato de Jesús, pero al pintor le fue imposible hacer la pintura.
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Jesús, sintiendo lástima por el hombre, presionando un paño en su cara, estampó su imagen milagrosamente en él.
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Esto fue llamado el Mandylion (un pequeño paño o un pañuelo) o también se le denomina Tetradiplón (doblado en 4).
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Una tradición dice que esta tela fue entregada a Agbar por San Judas y esta es una explicación de la medalla de Jesús que usa San Judas en sus estatuas.
La tela fue venerada en Edesa y luego, después del año 945, en Constantinopla, en la iglesia de Santa Sofía (Iglesia de la Santa Sabiduría).
Durante la Cuarta Cruzada en 1204 la tela desapareció. Hay muchas versiones sobre lo que sucedió luego.
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Podría ser que la tela estuviera en la iglesia de San Bartolomeo degli Armeni en Génova, o en el Vaticano o en un Museo británico .
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También se ha relacionado con el Santo Sudario de Oviedo y con la Sábana Santa de Turín.
EL MANDYLION Y LA SÁBANA SANTA
En las siguientes referencias de la literatura antigua, hay que prestar especial atención a cómo las descripciones del Mandylion se comparan con la Sábana Santa y también la forma en que se da entender que la tela llevaba una imagen de cuerpo completo:
Siglo VI: “La imagen divina que no se formó por las manos de los hombres.”
Siglo VIII: “El Señor (…) imprimió una imagen de sí mismo.”
Siglo IX: “… la ciudad de Edesa en la que se ha conservado una imagen manchada de la sangre del Señor, no hecho por manos.”
Siglo X: “Una secreción húmeda sin pigmento o arte del pintor.”
Siglo X: “El esplendor ha quedado impreso de forma única por las gotas de sudor de la agonía (…) Estos son las verdaderas bellezas que produjo la coloración de la huella de Cristo, que ha sido embellecido aún más por las gotas de sangre salpicadas de su lado”
Siglo XII: “Abgar reinó como Toparch de Edesa. Para él, el Señor Jesús envió (…) un paño muy preciado, que limpió el sudor de su cara, y sobre el que brillaba las características del salvador, milagrosamente reproducidas. Esto muestra a los que mirado la figura y las proporciones del cuerpo del Señor”.
Siglo XIII: “La historia se transmite a partir de los archivos de la autoridad antigua que el Señor se postró con todo su cuerpo en un lino muy blanco y así por el poder divino fue impreso sobre el lino la más bella impronta no sólo de la cara, sino de todo el cuerpo del Señor”.
Todas estas referencias históricas son descripciones del Mandylion.
En 944 el paño fue llevado de Edesa a Constantinopla (actual Estambul).
La tela y el resto de reliquias y objetos fueron robados y llevados a Occidente como botín. El Mandylion también desapareció.
En 1203, un caballero del cruzado llamado Robert de Clari afirma haber visto la tela allí:
“Dónde estaba la sábana santa en la que nuestro Señor había sido envuelto, la cual cada viernes se alzaba en posición vertical por lo que uno podía ver la figura de nuestro Señor en ella“.
Probablemente fue guardada en una caja que tenía un sistema de poleas que levantaba el paño de forma gradual como parte de la liturgia para que todos lo pudieran ver.
Después de la cuarta cruzada, en 1205, la siguiente carta fue enviada por Thoeodore de Epiro, un señor griego, al Papa Inocencio III en protesta por el ataque a la capital:
“En abril del año pasado, un ejército cruzado, después de haberse establecido falsamente para liberar Tierra Santa, se establecieron en el Ayuntamiento de Constantina.
Durante el saqueo, las tropas de Venecia y Francia saquearon incluso los Santuarios Sagrados.
Los venecianos se repartieron los tesoros de oro, plata y marfil, mientras que los franceses hicieron lo mismo con las reliquias de los santos y, lo más sagrado de todo, el lino en el que nuestro Señor Jesucristo fue envuelto tras su muerte y antes de la resurrección“.
Cuando se analizan todas las descripciones, se hace evidente que el Mandylion se entendía como
1) un sudario
2) con una imagen débil
3) no hecha de sustancias artísticas y
4) cubierta de sangre incluyendo la herida del costado.
¿Suena familiar?
Todas estas referencias son anteriores a la fecha de carbono 14 de 1260 a 1390 y se refieren a la Mandylion, que cuenta con un historial conocido de al menos el siglo VI.
Se cree que en algún momento después de 1204, los que habían entrado en posesión del Mandylion, debido a su valor extremo como la más santa de todas las reliquias de Cristo, confiaron su cuidado a los Caballeros Templarios.
Los Templarios eran una orden cruzada internacional de caballeros conocidos como monjes guerreros.
Ellos ganaron gran riqueza, ofreciendo protección y seguridad de los objetos de valor mientras las personas abandonaban el país en las peregrinaciones a Tierra Santa.
Por 1307, los templarios habían acumulado tanta riqueza y el poder, que fueron disueltos por el rey de Francia y el Papa.
Acusaciones de herejía fueron presentadas contra ellos durante la Inquisición francesa. Su herejía era que “adoraban” un ídolo misterioso.
Uno de los dos líderes de los templarios quemados en la hoguera en 1314 por herejía era Geoffrey de Charny.
¿Es mera coincidencia que también es un tal Geoffrey de Charny que revela la Sábana Santa por primera vez en Francia en 1353?
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¿No hay ninguna relación ancestral?
Esta es una pista que une la Sábana Santa y el Mandylion como la misma tela.
Hay varios museos que dicen tener el verdadero Mandylion, pero ninguno tiene alta credibilidad, porque parecen ser copias icónicas del verdadero Mandylion.
Fuentes:

Foros de la Virgen María

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