miércoles, 25 de enero de 2017

LA FASCINANTE DESCRIPCIÓN DEL UNIVERSO QUE CONTIENE LA BIBLIA

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La forma en que la Biblia concibe el universo y la creación es fascinante.
Porque dista notoriamente de las concepciones babilónicas, griegas y demás civilizaciones.
El relato bíblico de la creación requería una concepción de fondo de cómo se concebía el hábitat humano y divino, y el Antiguo Testamento lo desarrolla.
No se trata de una cosmología completa y formal, ese no era el objetivo, sino hablar de la divinización de todo el conjunto.

LA CREACIÓN DEL MUNDO SEGÚN LA BIBLIA
El objetivo esencial de esta visión es que Dios es la fuerza creativa que ha creado todo.
Yahvé creó todas las cosas a través de una serie de actos que se describen en el Génesis:
Día 1 de la Creación (Génesis 1:1-5). Dios creó los cielos y la tierra. “Los cielos” se refiere a todo más allá de la tierra, el espacio ultraterrestre. Él separa la luz de las tinieblas y nombra la luz “día” y las tinieblas “noche”.
Día 2 de la Creación (Génesis 1:6-8). Dios crea el cielo. El cielo forma una barrera entre el agua sobre la superficie y la humedad en el aire. En este momento la tierra tendría una atmósfera.
Día 3 de la Creación (Génesis 1:9-13). Dios creó la tierra seca. Continentes e islas están por encima del agua. Los grandes cuerpos de agua se llaman “mares” y lo seco se llama “tierra”.
Dios creó toda la vida vegetal, tanto grandes como pequeñas. Él crea esta vida para ser autosuficiente; las plantas tienen la capacidad de reproducirse.
Día 4 de la Creación (Génesis 1:14-19). Dios crea todas las estrellas y los cuerpos celestes. El movimiento de estos ayudará al hombre a registrar el tiempo.
Día 5 de la Creación (Génesis 1:20-23). Dios creó toda la vida que vive en el agua. Toda vida de todo tipo que vive en el agua se hace en este momento. Dios también crea todos los pájaros. Todos vegetarianos
Día 6 de la creación (Génesis 1:24-31). Dios crea todas las criaturas que viven en tierra firme. Esto incluye al hombre y la mujer.
Día 7 de la Creación (Génesis 2:1-3). Dios descansó.
Los siguientes tres versículos (Génesis 2: 4-6) deben tenerse en cuenta, aunque no a menudo citado, son de extrema importancia.
“Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo”
En estos versos uno comprende que durante este período las plantas y las hierbas no estaban en el campo, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había un hombre para cultivar o cuidar de ellas.
Al final dice por qué las plantas y hierbas todavía no estaban en la tierra, porque la tierra era todavía demasiado caliente, pero ya se había formado agua regaba toda la faz de la tierra.
Esta es la descripción bíblica del enfriamiento de la tierra, que Moisés sabía, y que por lo tanto se conocía aún en este tiempo bíblico temprano.
El énfasis principal en el concepto de creación judaica, que finalmente fue adoptado por el cristianismo, era que todo fue creado por Dios.
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Todo salió de su fuerza creativa y planificado por Él, que es la fuente de todo lo que existe.
Esta es la base de la cosmología judaica.
Este concepto hebreo de la creación fue desafiado por otras historias de la creación, que se encontraban en la región mesopotámica en el momento; los relatos babilónicos de Emuna Elish y la epopeya de Gilgamesh.
El concepto judaico difería de ellos en que se describe al Dios hebreo como un solo creador omnipotente.
No había descripciones de batallas entre dioses primigenios.
El mundo fue creado exclusivamente de acuerdo con la voluntad divina.
Tampoco está presente la idea de una sucesión de mundos experimentales, las ideas influenciados por Platón.
UNA ESPECIE DE BOLA HUECA QUE CONTIENE TODO Y QUE A LA VEZ SE ESTIRA
En el Antiguo Testamento la Tierra era concebida como un disco plano flotando sobre agua.
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El cielo como una cúpula sobre la Tierra, las estrellas fijas “pegadas” a la cúpula, el Sol la Luna y las estrellas móviles (los planetas visibles) colgando bajo el domo, movidas a través del cielo por ángeles.
Sobre el domo más agua, explicando el por qué el cielo es de color azul como un mar.
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El domo a su vez tiene compuertas que se abren para producir lluvia, y sobre todo esto el trono de Dios, observando todo el mundo desde arriba.
Pero como ocurre en la Biblia, no puede ser considerado como un tratado cosmológico sistemático, sino sólo como menciones para luego justificar el concepto central en que se quiere insistir.
Es la divinización de esos cielos, la tierra y sus ocupantes, lo que se machaca sin cesar.
No interesaba profundizar en los aspectos “científicos o técnicos o cosmológicos”, y por ello en la ciencia de la época sólo aparece tangencialmente.
Por otro lado se ha señalado que la Biblia no concebía el firmamento simplemente como un techo sólido, sino también como una piel que se podía desplegar.
Lo uno no anula lo otro.
Hay referencias suficientes como para hacerse una buena idea de la imagen del mundo entre los hebreos:
* tierra plana (cuyos bordes eran posiblemente circulares),
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* con columnas por debajo que aseguran su estabilidad,
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* con un cielo como tapa superior (más o menos sólido),
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* apoyado en firmes pilares sobre los bordes de la tierra,
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* por el que se desplazan los astros,
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* un abismo oceánico acuoso rodeando todo el conjunto,
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* y compuertas que pueden permitir su irrupción en el mundo tanto a través del cielo como de la tierra.
Pero por una parte, la Biblia concebía el firmamento como suficientemente duro para sostener el abismo acuoso superior, impidiendo el diluvio (Gn. 1:6,7; 7:11; 8:2).
Pero lo suficientemente flexible como para ser descorrido ante el poder de Dios (Is. 34:4, Ap. 6;14).
En cualquier caso, ya se describa el mundo como una sólida caja o como una tienda flexible, se mantiene el paralelismo con una habitación que Dios ilumina, construye con esmero, adorna y finalmente regala a la humanidad (Gn. 1).
LAS PARTES INTEGRANTES DE LA ANTIGUA COSMOLOGÍA HEBREA
En general se concebía el mundo era un disco plano cubierto por una cúpula firme.
Bajo el disco estaba el Seol – el lugar de los muertos – y las aguas profundas.
Por encima de la cúpula, había más agua y, finalmente, los altos cielos donde mora Dios.
La idea de que el cielo era una vasta cúpula sólida parece haber sido común entre los pueblos de la antigüedad.
De acuerdo con la noción prevalente entre los griegos y los romanos, el cielo era una gran bóveda de cristal a la que se unían las estrellas fijas, aunque para algunos podía ser de hierro o latón.
Que los hebreos desarrollaron ideas similares aparece de numerosos pasajes bíblicos.
Por ejemplo, Job 37:18 dice: “¿puedes extender con él la bóveda del cielo, sólida como espejo de metal fundido?”
El firmamento actuaba como la separación entre las aguas superiores de los cielos y las aguas bajas de la profundidad.
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Ver Job 26:11; 37:18; la cúpula es de color azul debido a la separación de las aguas, Génesis 1:7; la tierra está rodeada de agua, Génesis 1: 6,7; Salmos 24:2; 148:4, Deut 5:8.
La cúpula de la tierra se asentaba sobre pilares y sobre los cimientos del mundo. Job 26:11; II Sam. 22: 8.
En la cúpula hay ventanas o puertas o compuertas desde donde cae la lluvia; el ejemplo más famoso del uso de estas compuertas es en el diluvio de Noé en el Génesis. Ver Génesis 7:11-12; 8:2; Génesis 1:14-19; Génesis 1:20; Deut. 4:17.
Por último, en lo profundo de la tierra estaba el Seol o Sheol.
La palabra Seol se piensa comúnmente que proviene de la raíz hebrea que significa “estar hundido”, ser hueco y en consecuencia denota una cueva o un lugar debajo de la tierra.
En el Antiguo Testamento (hades = Septuaginta; infernus = Vulgata) seol se utiliza bastante en general para designar el reino de los muertos, de los buenos (Génesis 37:35), así como de los malos (Números 16:30).
Esto significa el infierno en el sentido estricto del término, así como el limbo de los Padres.
Pero, como el limbo de los Padres terminó en el momento de la Ascensión de Cristo, hades (infernus en la Vulgata) en el Nuevo Testamento siempre designa al infierno de los condenados.
Desde la Ascensión de Cristo los justos ya no descienden al mundo inferior, sino que moran en el cielo (2 Corintios 5:1).
Veamos más ilustraciones sobre las cosmologías del Antiguo Testamento:
Fuentes:

Foros de la Virgen María

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