jueves, 17 de agosto de 2017

PAPA FRANCISCO PIDIÓ PERDÓN POR “MONSTRUOSIDAD” DE ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA


ROMA, 16 Ago. 17 / 01:14 pm (ACI).- En febrero de este año se conoció que el Papa Francisco escribió el prólogo de un libro en el que pidió perdón por la “monstruosidad” de los abusos sexuales perpetrados por algunos sacerdotes en la Iglesia, una noticia que ha vuelto a circular estos días por la publicación del texto en alemán.
El Papa Francisco escribió el prólogo del libro “Lo perdono, padre”, escrito en francés por Daniel Pittet, a quien conoció en 2015, víctima de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Joël Allaz.
Pittet, de 57 años y padre de seis hijos, sufrió abusos sexuales entre 1968 y 1972, cuando tenía entre 9 y 13 años. En total, Allaz habría abusado de alrededor de 24 menores entre 1958 y 1995 en Suiza y Francia.
En noviembre  de 2016, Daniel Pittet entrevistó a su abusador. A pesar del sufrimiento por los abusos, este padre de familia se ha mantenido firme en la fe católica.
En el prólogo, publicado íntegramente en español el 13 de febrero de 2017 por Vatican Insider, el Papa Francisco cuestionó: “¿Cómo puede un sacerdote, al servicio de Cristo y de su Iglesia, llegar a provocar tanto mal? ¿Cómo puede haber consagrado su vida para conducir a los niños a Dios, y acabar, en cambio, devorándolos en eso que he llamado ‘un sacrificio diabólico’, que destruye tanto a la víctima como la vida de la Iglesia?”.
“Algunas víctimas han llegado hasta el suicidio. Estos muertos pesan en mi corazón, en mi conciencia y en la de toda la Iglesia. A sus familias ofrezco mis sentimientos de amor y de dolor y, humildemente, pido perdón”.
El abuso sexual, recordó Francisco, “se trata de una monstruosidad absoluta, de un pecado horrendo, radicalmente en contra de todo lo que Cristo nos enseña”.
El Santo Padre destacó además que “hemos declarado que es nuestro debe dar prueba de severidad extrema con los sacerdotes que traicionan su misión, y con su jerarquía, obispos o cardenales, que los hubieran protegido, como ya ha sucedido en el pasado”.
El Papa indicó que “en la desgracia, Daniel Pittet pudo encontrar también otra cara de la Iglesia, y esto le permitió no perder la esperanza en los hombres ni en Dios”.
“Nos cuenta también de la fuerza de la oración que nunca abandonó, y que lo consoló en las horas más oscuras”, dijo.
Daniel, señaló el Papa, “decidió de encontrar a su agresor cuarenta años después, y ver en los ojos de ese hombre que lo hirió en lo profundo del alma. Y le tendió la mano”.
El Papa expresó su gratitud a Daniel “porque los testimonios como el suyo derriban el muro del silencio que sofocaba los escándalos y los sufrimientos, arrojan luz sobre una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia”.

“Rezo por Daniel y por todos aquellos que, como él, han sido heridos en su inocencia, que Dios los vuelva a levantar y los cure, y que nos dé a todos nosotros su perdón y su misericordia”, concluyó el Pontífice.

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