Pablo Luis Fandiño.
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Ubicación
de Akita y epicentro del terremoto que asoló Japón...
Akita es
una pequeña ciudad ubicada al noroeste de Honshu,
la
principal isla del Japón, al extremo opuesto de Sendai, la población más
afectada por la reciente desgracia.
Al contrario de Portugal, donde Nuestra Señora de
Fátima se apareció en 1917, la religión católica ha sido invariablemente
minoritaria el país del sol naciente. Sin embargo, como lo destaca la Enciclopedia
Católica en su introducción al artículo sobre los mártires japoneses: “No hay en toda la historia de la
Iglesia, un solo pueblo que pueda ofrecer a la admiración de los anales
cristianos del mundo, tan glorioso como tan dilatado martirologio, como el de
las gentes del Japón”.
1) Akita
fue, en el siglo XVII, efusivamente regada con la sangre de los mártires.
En
efecto, el 3 de junio de 1624, durante una feroz persecución que se desató
contra los católicos, Masakage, hijo del señor feudal de la región de Akita,
mandó quemar vivos en esta ciudad a 32 cristianos.
2) La
Madre de Dios escogió pues esta tierra bendita, para dar a conocer sus más
íntimos pensamientos, como un complemento del mensaje revelado en Fátima. Una imagen de madera y una vidente sorda... Hna.
Agnes (Inés) Katsuko Sasagawa: En Akita no hubo propiamente una aparición de la
Santísima Virgen como en la Cova da Iría, sino que de manera inexplicable una
imagen suya cobró vida.
La estatua milagrosa, de una sola pieza, fue
esculpida a fines de la década de los 60 por el artista japonés Saburo Wakasa,
budista de religión, tomando como modelo una estampa de "Nuestra Señora de Todos los Pueblos, de Ámsterdam", y
añadiéndole rasgos orientales.
La imagen representa a la Virgen María con los
brazos abiertos y extendidos hacia abajo —como caracteriza a la "Medalla Milagrosa"—, de pie sobre el
globo terráqueo y delante de una gran cruz sobre la cual está apoyada. El
conjunto, que mide unos 90 centímetros de altura, fue tallado en madera dura de
“árbol de Judea”, sin ningún tipo de uniones
o empalmes.
3) María
Santísima se manifestó en tres ocasiones en 1973 a la hermana Agnes (Inés)
Katsuko Sasagawa, cuando ésta tenía 42 años de edad, en el convento de las
Siervas de la Sagrada Eucaristía en Yuzawadai, en las proximidades de
Akita, en la región septentrional de Tohoku. A raíz de una deficiente
operación de apéndice, la vidente padeció en su juventud graves trastornos de
salud; durante una década quedó prácticamente paralítica. En el hospital, le
dieron a beber agua de Lourdes, con lo que experimentó una sensible mejoría. Convertida
al catolicismo, se hizo religiosa.
Preludios a la manifestación de la Virgen María...
Los sucesos de Akita fueron precedidos
por apariciones angélicas y fenómenos luminosos como en Fátima.
En 1969, la joven Inés, fue favorecida con la
aparición de un ángel, simétrica a la que en 1916 tuvieron Lucía, Francisco y
Jacinta.
El celeste emisario recitó con ella el santo
rosario y le enseñó —sugestiva coincidencia— la misma oración que la Virgen de
Fátima había dictado a los tres pequeños videntes al final de su tercera
aparición, el 13 de julio de 1917, para rezar después de cada misterio: “Cuando recéis el rosario, decid después de cada
misterio: ¡Oh! Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva a
todas las almas al cielo, principalmente a las que más lo necesiten”.
4) El 12 de mayo de 1973, un mes después de haber
ingresado al convento de las Siervas de la Sagrada Eucaristía, la hermana Inés
rezaba ante el Santísimo Sacramento cuando observó unos rayos brillantes que
emanaban del Tabernáculo. El
fenómeno se repitió en los dos días siguientes. La noche del viernes 28 de junio
de aquel mismo año, la hermana Inés descubrió en la palma de su mano izquierda
una herida en forma de cruz, era un estigma de la Pasión de Nuestro Señor
Jesucristo, que le causaba un dolor extremo.
El 5 de julio, del centro de la herida comenzó a
fluir sangre.
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Primer
mensaje —
Viernes,
6 de julio de 1973.
Al día siguiente cerca de las tres de la mañana, su
ángel de la guarda se le aparece y le dice:
“No temas. Soy el que está a tu lado y te guarda. Ven y
sígueme. No reces únicamente por tus pecados, sino en reparación por los
pecados de la humanidad. El mundo actual hiere al Sagrado Corazón de Jesús
con sus ingratitudes y sus ultrajes. La herida de la mano de la Santísima
Virgen es mucho más profunda que la tuya. Ahora vamos hacia la capilla…”
Al entrar
en la capilla, el ángel desapareció.
Después
de rezar ante el Sagrario, la hermana Inés, que había quedado completamente
sorda a raíz de una enfermedad, se aproximó a la estatua de Nuestra
Señora. De pronto vió que la imagen tomaba vida y, escuchándola, le habló:
“Hija mía, novicia mía, tú me has obedecido bien en abandonarlo todo
para seguirme. ¿Es dolorosa la enfermedad de tus oídos? Tu sordera
será curada, te lo aseguro. Ten paciencia. Ésta es la última
prueba. ¿Te causa dolor la llaga de tu mano? Reza en reparación por
los pecados de los hombres. Cada persona en esta comunidad es mi hija
irreemplazable. ¿Enuncias bien la oración de las Siervas de la Eucaristía?
Entonces recémosla juntas: Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente
presente en la Sagrada Eucaristía, te consagro mi cuerpo y mi alma para que sea
enteramente uno con Tu Corazón, sacrificado a cada instante en todos los
Altares del mundo y dando alabanza al Padre, implorando por la venida de Su
Reino. Recibe este humilde ofrecimiento de mi ser. Utilízame como quieras para
la gloria del Padre y la salvación de las almas. Santísima Madre de Dios, no
permitas que jamás me separe de tu Divino Hijo. Te ruego me defiendas y
protejas como hija tuya. Amén”.
Cuando terminaron de recitar la oración, la
Santísima Virgen le dijo:
“Reza mucho por el Papa, los obispos y los sacerdotes. Desde tu
bautismo siempre has rezado fielmente por ellos. Continúa rezando mucho…
mucho. Dile a tu superior todo lo que
pasó hoy y obedécele en todo lo que te diga. Él ha pedido que reces con
fervor”.
A la mañana siguiente, las religiosas descubrieron
en la mano derecha de la estatua una herida similar a la de la hermana Inés, de
la cual manaba sangre.
El 25 de
julio, el obispo de Niigata y ordinario local, Mons. John Shojiro Ito, se
hizo presente en el convento para verificar el sangrado en la mano de la
imagen, que se intensificó al día siguiente.
El viernes 27 de julio, la herida en la mano de la
hermana Inés desapareció sin dejar rastro; su ángel de la guarda le dijo:
“Tus dolores terminarán hoy. Guarda con mucho celo el recuerdo de la
sangre de María y grábalo en tu corazón. La herida de María tiene un
significado muy importante: Ha sido hecha para obtener vuestra conversión,
para implorar la paz, para reparar las ingratitudes, ofensas, ultrajes e
injurias que Dios recibe.
Tengan en gran estima la devoción a la preciosísima sangre de Cristo”.
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Segundo
mensaje —
Viernes,
3 de agosto de 1973.
En julio de 1972, la Imagen Peregrina Internacional
de Nuestra Señora de Fátima, esculpida bajo la orientación de la Hna. Lucía,
vertió lágrimas en la ciudad de Nueva Orleans, EE.UU.
Nuestra
Señora: “Hija mía, mi novicia, ¿amas al Señor? Si
amas al Señor, escucha lo que tengo que decirte. Es muy importante… se lo
comunicarás a tu superior. Muchos hombres en este mundo afligen al
Señor. Deseo almas que lo consuelen para suavizar la ira del Padre
Celestial. Deseo, al igual que mi Hijo, almas que hagan reparación con sus
sufrimientos y pobreza por los pecadores e ingratos. Para que el mundo conozca
Su santa ira, el Padre Celestial está preparando para infligir un gran castigo
sobre toda la humanidad. Con mi Hijo he intervenido tantas veces para
apaciguar la cólera del Padre. Yo he prevenido la venida de calamidades
ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la cruz, Su Preciosa Sangre, y amadas
almas que le consuelan formando una cohorte de almas víctimas
expiatorias. Oración, penitencia y valerosos sacrificios pueden aplacar la
cólera del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad… que ame la
pobreza, que se santifique y rece en reparación por las ingratitudes y los
ultrajes de tantos hombres. Recita la oración de las Siervas de la Eucaristía
con conciencia de su significado; ponla en práctica; ofrece en reparación
(cualquier cosa que Dios envíe) por los pecados. Que cada uno procure,
según su capacidad y posición, ofrecerse enteramente al Señor. Incluso en un
instituto secular la oración es necesaria. Ya las almas que desean rezar
están en camino de ser reunidas. Sin poner demasiada atención a la forma, sé
fiel y ferviente en la oración para consolar al Maestro”.
Después de un silencio, Nuestra Señora prosiguió:
“¿Es verdad lo que piensas en tu corazón? ¿Estás verdaderamente decidida
a convertirte en piedra rechazada? Mi novicia, tú que deseas pertenecer
sin reservas al Señor, para ser la esposa digna del Esposo, haz tus votos
sabiendo que debes ser clavada en la cruz con tres clavos. Estos tres
clavos son la pobreza, la castidad y la obediencia. De los tres, la obediencia
es el fundamento. En total abandono, déjate guiar por tu superior. Él
sabrá cómo entenderte y dirigirte”.
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Las
señales extraordinarias se multiplican.
El 29 de
setiembre de 1973 desapareció también la herida en la mano de la imagen.
Aquella
misma noche, durante el oficio de la comunidad, una luz brillante envolvió la
estatua y todo el cuerpo de la escultura quedó cubierto por una humedad, como
la transpiración.
El ángel
de su guarda dijo a la religosa: “María está aún
más triste que cuando derramó sangre. Enjugad el sudor”.
Las religiosas lo recogieron con copos de algodón,
que exhalaron agradables perfumes durante quince días.
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Tercer
mensaje –
Sábado,
13 de octubre de 1973.
Columnas de humo se levantan sobre las ruinas del
centro de la ciudad de Yamada, en Iwate.
En el aniversario del Milagro del Sol en Fátima, la
hermana Inés escuchó también por última vez aquella voz inefable que le hablaba
por medio de la imagen, la de nuestra Señora:
“Mi querida hija, presta atención a lo que tengo que decirte.
Tú informarás a tu superior”.
Después de un corto silencio:
“Como te dije, si los hombres no se arrepienten ni mejoran, el
Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo
mayor que el diluvio, como nunca antes se ha visto. Caerá fuego del cielo
y acabará con una gran parte de la humanidad, tanto a buenos como a malos, sin
excepción de sacerdotes ni de fieles. Los sobrevivientes se encontrarán
tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que
subsistirán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Reza cada día
las oraciones del rosario. En el rosario, reza por el Papa, los obispos y
los sacerdotes. La obra del demonio se infiltrará hasta dentro de la Iglesia,
de tal forma que uno verá cardenales oponiéndose a cardenales, obispos contra
obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y enfrentarán la
oposición de sus hermanos… saquearán Iglesias y Altares; la Iglesia
estará llena de aquellos que aceptan compromisos y el demonio presionará a
muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor. El demonio
será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. El
pensamiento de la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los
pecados aumentan en número y gravedad, no habrá perdón para ellos. Con
valentía, habla con tu superior. Él sabrá como animar a cada uno de ustedes a
rezar y llevar a cabo obras de reparación”.
“¿Quién es mi superior?”, preguntó la novicia a la Santísima
Virgen; mientras su ángel de la guarda, dijo en tono de reprensión a la religiosa: “En
ocasiones como ésta, deberías de tener una pregunta más importante que hacer”.
Hermana Inés: “Es que,
además del obispo, yo tengo tres superiores y por ese motivo creí que era
importante aclarar esto”, replicó al ángel.
Nuestra Señora: “Es el
obispo Ito, quien dirige vuestra comunidad”.
La Virgen
sonrió y enseguida añadió: “¿Tienes algo más qué
preguntar? Hoy es la última vez que te hablaré de viva voz. De ahora en
adelante obedecerás a aquel que te envíe y a tu superior. Reza mucho las
oraciones del rosario. Sólo yo puedo aún salvarles de las calamidades que
se acercan. Aquellos que ponen su confianza en mí se salvarán”.
...
Las
milagrosas lacrimaciones de la estatua.
Un barco
es zarandeado por un remolino frente al aeropuerto de Sendai, luego del
terremoto de 9,0 grados en el Japón. Desde el 4 de enero de 1975 hasta el 15 de
setiembre de 1981, se produjo con intervalos irregulares la lacrimación de la
imagen de Nuestra Señora de Akita en 101 ocasiones. Además de las religiosas,
cientos de personas —creyentes y no creyentes, hasta budistas eminentes—
atestiguaron los hechos. Entre ellos el capellán del convento, el obispo de
Akita y el alcalde de la ciudad. La lacrimación del 8 de diciembre de 1979, fue
filmada por un equipo de televisión a las once de la noche, en la fiesta de la
Inmaculada Concepción, y trasmitida a doce millones de personas en todo el
Japón.
5) A modo de interpretación de estos hechos, nos
vienen a la memoria los comentarios que Plinio Corrêa de Oliveira escribió en
su columna semanal de la “Folha de São Paulo”,
cuando en julio de 1972 la Imagen Peregrina Internacional de Nuestra Señora de
Fátima vertió lágrimas en diversas ocasiones en la ciudad de Nueva Orleáns,
Estados Unidos: “El misterioso llanto nos
muestra a la Virgen de Fátima llorando sobre el mundo contemporáneo como
otrora Nuestro Señor lloró sobre Jerusalén. Lágrimas de afecto tiernísimo,
lágrimas de dolor profundo, en la previsión del castigo que vendrá”.
6) Aprobación canónica...
Después
de una exhaustiva investigación que duró ocho largos años, Mons. John Shojiro
Ito publicó una Carta Pastoral el 22 de abril de 1984. En ella, el obispo
de Niihata proclama que no se puede negar el carácter sobrenatural de los
hechos ocurridos en el convento de las Siervas de la Sagrada Eucaristía en
Yuzawadai, y autoriza el culto a la Santísima Virgen de Akita en toda su
Diócesis. Posteriormente, el 20 de junio de 1988, el Cardenal Joseph Ratzinger,
SS BENEDICTO XVI, entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, emitió el juicio definitivo sobre dichos sucesos y mensajes, declarándolos
dignos y merecedores de fe.
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7)
Notas.-
1. Japanese Martyrs in www.newadvent.org/cathen/09744a.htm
2. Cf. Diogo Waki, ¿Los pasos de Dios en la Historia?, in Catolicismo,
no 724, abril de 2011.
3. Su nombre científico es Cercis siliquastrum, originario de Palestina.
4. Antonio Borelli Machado, Fátima: ¿Mensaje de Tragedia o de
Esperanza?, El Perú necesita de Fátima, 2004, Lima, p. 60).
5. Luis Dufaur, Nuestra Señora de Akita: la Fátima del Oriente, in http://aparicaodelasalette.blogspot.com
6. Lágrimas, milagroso aviso, in Tesoros de la Fe, no 46, octubre de
2005.
7. Los textos de los mensajes de la Virgen de Akita han sido compulsados
con base en las siguientes obras: P. Teiji Yasuda S.V.D., Akita: The Tears and
Message of Mary, 101 Foundation, Nueva Jersey, 1989; y, John Haffert, The
Meaning of Akita, 101 Foundation, Nueva Jersey, 1989.
Publicado por Unción Católica y Profética
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