lunes, 12 de febrero de 2018

10 LECCIONES DEL PADRE PÍO PARA CUARESMA


El Padre Pío tenía un fuerte pensamiento sobrenatural para Cuaresma.
Era el momento del año en que comenzaba su gran peregrinaje espiritual hacia el Señor y Su Madre.
Él mostró con su vida, que si la religión no es sobrenatural, entonces no es realmente una religión transformadora.
Chesterton además dijo “Cada época es convertida por el santo que hace la mayor diferencia de ella”
Por lo tanto, uno de los mejores santos que expresan más cabalmente nuestra época es el Padre Pío que era un sobrenaturalista profundo.
La vida del Padre Pío fue un testimonio constante de la realidad del cielo y el infierno, y la necesidad de ver esta vida como una peregrinación a nuestro hogar celestial.
La Cuaresma es el momento de renovar nuestra conciencia de la batalla espiritual para lograrlo, así que aquí están diez ideas del Padre Pio que nos recuerdan lo que realmente importa.

1 – En primer lugar, la necesidad de la guerra espiritual
Que nosotros siempre tengamos ante nuestros ojos el hecho de que aquí en la tierra estamos en un campo de batalla y que en el paraíso es que recibiremos la corona de la victoria.
Que este es un banco de pruebas tiene el premio será otorgado arriba.
Que ahora estamos en una tierra de exilio, mientras que nuestra verdadera patria es el Cielo a la que debemos aspirar continuamente.
Satanás es un león rugiente buscando a quien devorar y debemos tener esto siempre en mente durante la Cuaresma.

2 – El Rosario es el arma recomendada para la batalla
Sujetar con firmeza el Rosario. Ser agradecidos a la Virgen porque fue ella la que nos dio Jesús.
Por amor a la Virgen y para merecer su amor, siempre rezar el Rosario y tan a menudo como sea posible.

3 – No tener miedo de humildad
La humildad es interminable.
La pureza es poder. Imaginar la pureza y seguirla.
Estas también son armas en la batalla.
La humildad y la pureza son las alas que nos llevan a Dios y nos hacen casi divinos.
4 – No hay que esperar un éxito inmediato
La vida espiritual es un viaje largo.
Es el trabajo de toda una vida.
Tomar un día a la vez y un paso a la vez.
Si tropiezas y caes, levántate de inmediato y sigue adelante.
Nunca te rindas.
En la vida espiritual, debes dar un paso adelante cada día en una línea vertical, de abajo hacia arriba.

5 – Tu infelicidad no es todo y tampoco tu felicidad es todo
No permitas que tus sentimientos determinen tus pensamientos sobre si estás haciendo progreso espiritual o no.
Las normas del mundo sobre la felicidad y el “éxito” son completamente diferentes del progreso espiritual.
Mantén tus ojos fijos en Él, que es tu guía a la patria celestial, donde Él te está guiando.
¿Qué te importa si Jesús desea guiarte hacia el cielo a través del desierto o por el prado, siempre y cuando él está siempre contigo y llegues a una feliz eternidad?

6 – Apaga las pantallas para la Cuaresma (detén la televisión, Facebook, la computadora)
Lee buenos libros. Alimenta el alma.
Dijo el Padre Pío: No me considero demasiado exigente si te pido una vez más que establezcas una actividad de gran importancia, ir a los libros sagrados y leer tanto como sea posible.
Esta lectura espiritual es necesaria para ti como el aire que respiras.
7 – Presta atención a la Misa
El Señor está presente.
No se trata sólo de una “comida familiar” o una charla en la que decidamos cómo vamos a hacer del mundo un lugar mejor.
Es el umbral del cielo y el único sacrificio completo y final puesto en el momento presente, con sus beneficios aplicados a nuestras necesidades.
Renueva tu fe asistiendo a misa.
Mantén tu mente enfocada en el misterio que se está desarrollando ante tus ojos.
El ojo de tu mente te transportará al Calvario y medita sobre la víctima que se ofrece a la Justicia Divina, pagando el precio por tu redención.
Si sólo supiéramos cómo Dios se refiere a este sacrificio, nos arriesgaríamos nuestras vidas por no estar presentes en una sola misa.

8 – Tu disciplina durante la Cuaresma es un paso para que puedas amar adecuadamente las cosas que son eternas
Por lo tanto, no te desanimes.
Haz pequeños sacrificios, pero dales de su importancia.
El que se apega a la tierra permanece unido a ella.
Es por la violencia que a veces hay que salir de ella.
Es mejor desprenderse un poco a la vez, en lugar de todo a la vez.
Tenemos siempre que pensar en el cielo.

9 – No te desanimes, piensa que estás haciendo un buen trabajo porque Dios lo está haciendo dentro de ti
Cuando te des cuenta de esto vas a esforzarse aún más en cooperar con la voluntad de Dios y esto te llevará más lejos en el camino y con más velocidad.
Humillémonos y confesemos que si Dios no fuera nuestra armadura y escudo seríamos traspasados por todo tipo de pecados.
Es por eso que tenemos que vivir en Dios, perseverando en nuestras prácticas, y aprender a servirle a nuestro costo.
10 – Debes estar totalmente comprometido con el Señor y que Él no fallará
Recuerda el pasaje de la Biblia: Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.
En todos sus caminos reconócelo y Él dirigirá tu camino.
Vamos a tratar de servir al Señor con todo nuestro corazón y voluntad.
Él siempre nos dará más de lo que merecemos.

EXTRACTOS DE LAS CARTAS DE CUARESMA DEL PADRE PÍO

Ten cuidado con la tristeza y la inquietud, porque no hay nada que te impida caminar hacia la perfección.
Hijo mío, ama suavemente tu corazón en las heridas de Nuestro Señor, pero no por la fuerza de las armas.
Ten una gran confianza en Su misericordia y bondad, que nunca te abandonará, pero no dejes, por lo tanto, abrazar bien Su Santa Cruz. (Ep.IV, 423)
Jesús no deja de amarme… mi cuerpo está abollado por los muchos golpes hasta el presente en las manos de nuestros enemigos…
No sé qué va a pasarme a mí, sólo sé una cosa segura, que la Señor nunca fallará en sus promesas:
“No temas, Yo te haré sufrir, pero también te daré la fuerza, deseo que tu alma con el martirio diario oculto y se purifique y sea probada… Porque nada prevalecerá contra los que gimen bajo la cruz por amor a Mí y a quienes Yo he trabajado para protegerlos”. (Ep.I, 338/339)
Jesús me dice que en el amor es él quien me deleita; en el dolor soy yo quien lo deleita.
Ahora desear la salud sería buscar alegrías para mí y no tratar de levantar a Jesús.
Sí, amo la cruz, la cruz sola; la amo porque siempre la veo detrás de Jesús.
Por ahora, Jesús ve muy bien que toda mi vida, todo mi corazón esté dedicado a Él y a sus dolores…
Solo Jesús puede entender qué dolor es para mí cuando la escena dolorosa del Calvario está preparada ante mí. (Ep.I, 335)
Confianza, mi buena hija, en el Señor, en tu perdón y en tu protección
La sed insaciable que te devora nace de que el alma aún no ha llegado al final de su carrera, no está totalmente inmersa en la fuente eterna…
Ay de esa alma que se cree que está saciada en la tierra, porque esto marcaría el comienzo de su ruina y ella estaría en el engaño.
Mantén la calma y revive tu fe y tu confianza en Dios.
Sé humilde y sumisa a la voluntad divina y nada dañará tu espíritu. (Ep.III, 149)

ORACIONES DE CUARESMA DEL PADRE PÍO
Señor Jesús, ayúdame a caminar contigo cada día de mi vida, incluso hasta el Calvario.
La tristeza y la alegría, el dolor y la curación, los fracasos y triunfos de mi vida son verdaderamente pequeñas muertes y resurrecciones que me conducen más cerca de ti.
Dame la fe y la confianza que necesito caminar contigo siempre. Amén.
María, Madre de nuestro Redentor y nuestra Santísima Madre, con nosotros durante el viaje de la vida.
Mírame como a Jesús, mientras Lo consolabas en el camino al Calvario con tu presencia silenciosa y amorosa.
Mientras sostienes su cuerpo sin vida cerca de tu Inmaculado Corazón.
Como ofreciste la tristeza y el sufrimiento que solo una madre puede sentir cuando ve el sufrimiento de su hijo.
Ve su imagen desfigurada en mi naturaleza frágil.
Abrázame cerca del corazón de Madre en mis momentos de tentación y pecado.
Y ruega por mí para que pueda ser para Dios lo que fui creado para ser.
Una imagen viviente de Jesús. Amén.
Señor Jesucristo, que reúnes a tu pueblo durante este tiempo sagrado de la Cuaresma, y nos llamas a arrepentirnos y creer en el Evangelio.
Elimina cualquier barrera que nos impida que podamos vivir plenamente la vida que recibimos en el Bautismo y cargar con nuestra cruz todos los días. Amén.

Fuentes:

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