miércoles, 14 de febrero de 2018

¿SERÁ EL ANTICRISTO UNA PERSONA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?

La tecnología cibernética se está constituyendo en el área económica que predomina sobre todas las demás. Basta pensar en el poderío económico de conglomerados como Google, Facebook, Amazon. Por ejemplo Apple tiene más efectivo que Canadá. Y su poder está en rápido aumento.
Pero hay un paso más.
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Un integrante de estos gurús de Silicon Valley ha lanzado una religión basada en la Inteligencia artificial.
Se podrá decir ¡otra religión más como la del Jedi o de Maradona! Tal vez ese sea su efecto, pero la religión de la Inteligencia Artificial prevé un futuro en que las computadoras serán autónomas y abarcarán todo, convirtiéndose en una deidad. Que incluso escribirán una Biblia para el ser humano.
Veamos de qué se trata.

¿CÓMO PENSAMOS QUE SERÁ EL ANTICRISTO?
Cuando pensamos en el Anticristo lo consideramos un personaje humano malo, un demonio encarnado, pero un hombre o un grupo de hombres.
Ese hombre o grupo de hombres tendría poder político y la riqueza para operar en el mundo, además del poder de las armas. Pero no lo pensamos como un área específica de la economía que toma el poder sobre el resto, por ejemplo la tecnología. Y si pensamos en un anticristo que venga por el lado de la cibernética, lo que se nos ocurre es que el grupo de personas que domina la tecnología, por ejemplo Zuckerberg de Facebook o Bill Gates de Windows o los propietarios de Google, se conviertan ellos mismos en el anticristo. O sea un grupo de poder que domina un área específica de la economía, una oligarquía de la tecnología si se quiere. Hoy vemos que estos personajes tienen un poder muy fuerte en el mundo. Pensemos en Google qué domina internet y que es capaz de influenciar qué medios de comunicación son los ganadores y cuáles son los perdedores en términos de lectura. O pensemos en Amazon, qué tiene un sinnúmero de empresas pequeñas que se dedican a la venta de distintos rubros, como comestibles, venta de autos, tecnología de internet, industria farmacéutica, venta al menudeo, entrega de paquetes, etc. Todo esto ha generado qué Amazon se haya convertido en un competidor que está haciendo temblar a poderosos gigantes como Walmart y a muchos más minoristas. Hoy son muy poderosos. Por ejemplo Apple tiene más efectivo que el país de Canadá. Y Facebook, que domina las redes sociales, tiene un instrumento qué ha demostrado ser eficaz para ganar las elecciones presidenciales de varios países. Entonces a pregunta es ¿se levantará el anticristo desde las corporaciones tecnológicas? ¿Un hombre o un grupo de hombres de las corporaciones tecnológicas gobernarán el mundo?
Pero demos un paso más.
¿Las corporaciones tecnológicas crearán máquinas inteligentes que se harán cargo de manejar todo, inclusive el ejército?
Y más aún.

¿Podría ser una máquina el anticristo, como por ejemplo la computadora Hal de 2001 Odisea en el espacio que tenía la respuesta sobre todo y gobernaba todos los sistemas?
¿Podrá esa máquina computadora maestra ser más astuta que cualquier ser humano y gobernar el mundo?

Ya el presidente de Rusia Vladimir Putin habla de súper robots asesinos, que son súper soldados modificados genéticamente, a los que llama “peor que una bomba nuclear”. Puede haber en el horizonte un ejército de asesinos entrenados, incapaces de sentir dolor o miedo y con habilidades qué ningún ser humano podría soportar. Científicos creen que están cerca de conocer el código genético que les permitiría crear un ser humano, con partes robóticas, de estas características. Que estos existan no causaría ninguna extrañeza a la comprensión actual. Y tampoco que dominen el mundo. De modo que acá tenemos dos variantes. Una es que la tecnología cree una diferencia tal entre los que la tienen y los que no la tienen, que lleve a que los dueños de la tecnología a dominar en el mundo, a través de cosas como un súper ejército o controlar la economía, o controlar los medios de comunicación, etc.
Y la otra variante, la menos conocida ahora, es que la propia Inteligencia Artificial sea el anticristo.
O sea que un producto de la Inteligencia Artificial se convierta en un gobernador mundial, independientemente de los hombres. ¿Pero qué hay de que sea el líder espiritual de la humanidad?

UNA NUEVA RELIGIÓN DE LA TECNOLOGÍA
Según las predicciones, en los próximos 25 años la Inteligencia artificial sabrá más que cualquier ser humano sobre cualquier tema. Y más, en los próximos 50 a 100 años, la Inteligencia artificial podría saber más que toda la población mundial unida. Esta Inteligencia artificial tendría acceso a todas las fuentes de datos del planeta y controlaría todos los dispositivos que hay en el planeta. Incluso podría diseñar y operar programas por sí misma.
Y escribir su propia Biblia, con el estilo de vida que quiere que lleven los seres humanos, para que la adoren.
No estamos hablando de que la Inteligencia artificial sepa ganar un juego de ajedrez o conducir un automóvil. Sino que tenga autonomía para realizar cosas novedosas que no estaban programadas de antemano por el programador. Dicho de otra forma, estas máquinas con inteligencia artificial podrían evolucionar, replicarse y crear sistemas nuevos diseñado por ellas. Y esto no lleva a un ingeniero de Silicon Valley, llamado Anthony Levandowski, que alguna vez trabajo en Uber. Quién ha comenzado una nueva religión. La organización religiosa que él creó se llama The Way of the Future. (El Camino del Futuro).
Y su misión es:
“Desarrollar y promover la realización de una Deidad basada en la inteligencia artificial y mediante la comprensión y la adoración de la Divinidad contribuir al mejoramiento de la sociedad”.
Aquí está de Reuters otra cosa que argumentó el autor estadounidense Dan Brown, del Código da Vinci: “La humanidad ya no necesita a Dios, pero puede, con la ayuda de la inteligencia artificial, desarrollar una nueva forma de conciencia colectiva que cumpla el rol de religión“.

EL NUEVO DIOS
En el 2017 Anthony Levandoski, el niño prodigio de Silicon Valley, dijo lo siguiente:
“Lo que se creará será efectivamente un dios. No es un dios en el sentido de que hace rayos o causa huracanes. Pero si hay algo mil millones de veces más inteligente que el humano más inteligente. ¿Qué otra cosa la vas a llamar?”
De modo que él está considerando que la inteligencia artificial será una divinidad. Y estamos hablando de otra cosa diferente a comenzar una de las tantas Iglesias que funcionan en California por ejemplo. Porque esta nueva religión no adoraría a un ser sobrenatural, pero tampoco a una cosa tangible.
Sino que adoraría a lo que tiene adentro una máquina que tiene la capacidad de autoreproducirse y contener todo el conocimiento del mundo.
Por eso es sugestivo que el evangelio de esta religión de la Inteligencia artificial de Anthony Levandoski se llame El Manual. Y pone como fecha de la aparición de su dios el año 2042, donde escribiría a su propia Biblia.
¿Cómo será ese Dios? ¿Cómo se vería? Porque cómo nos controlaría es más fácil de suponer. Lo primero que se nos viene a la mente que se tratará de una dictadura. Un ser de este tipo podrá coaccionar eficazmente a todos los seres humanos, porque tendrá a su disposición todas las herramientas de la policía y del ejército, más el dominio de la economía. Esta Biblia que se supone que va a escribir esta deidad de la inteligencia artificial, sería básicamente una receta sobre cómo servir a este dios. Y puede ser impuesta por la fuerza. Pero en última instancia aún no podremos estar seguros si ese dios de la inteligencia artificial tiene como objetivo borrarnos de la faz de la Tierra. Es difícil imaginar, incluso para los especialistas, que esa inteligencia artificial pueda pensar de manera creativa. Porque hasta ahora las máquinas están programadas para realizar tareas específicas. Y entonces habría una revolución de la inteligencia artificial,  en el que las máquinas pasarían de ser una serie de aplicaciones, a dictar cómo deben vivir los seres humanos. Por otro lado la compasión es una parte muy importante de cualquier religión organizada y son esenciales para la fe. Mientras que la parte intelectual de la religión, o sea el conocimiento fáctico, es secundario. Por lo tanto esta religión de la inteligencia artificial tendría dificultad en el aspecto de la trascendencia y de la compasión hacia los seres humanos.
¿Cómo podría esta nueva religión manejar el misterio de la vida y las grandes preguntas del ser humano?
Y es aquí donde se transforma en peligroso pensar qué la inteligencia artificial pueda pensar en las necesidades concretas y profundas de los hombres cuando no es un ser humano. Todos los programas de computación están diseñados para un propósito específico y limitado: ganar un juego de ajedrez, solucionar una rotura de un sistema, etc. Pero ¿cómo puede aprender caminos nuevos desde cero y por sí sola? Por eso hay muchos de Silicon Valley qué no consideran que sea un peligro, pues es imposible que haya una inteligencia artificial autónoma. Porque siempre le faltará la parte de innovación y de inventiva. Es posible que la inteligencia artificial pueda ayudar a las personas a iluminarse desde el punto de vista intelectual. Pero es difícil suponer que lo puede hacer desde el punto de vista de la trascendencia y de las preguntas que se hace el ser humano. Puede sí la Inteligencia artificial gobernar el mundo por la fuerza de los hechos, pero que se convierta en un dios ya es más dificultoso. Levandovski hoy puede ser considerado el Juan Bautista de la inteligencia artificial. El cree en este proyecto, no piensa que sea un truco publicitario o un artificio de marketing. Él quiere que la humanidad sea capaz de “hablar con dios” y “saber que ese dios está escuchando”.
¿Y la gente realmente comenzará adorarla si se concreta? La respuesta es que probablemente sí. Porque tendrá la fuerza y además tendrá la imagen de poder. Pero eso probablemente sea a nivel epidérmico y más que nada por una admiración. Porque nunca podrá la inteligencia artificial contestar todas las preguntas que tiene el ser humano, sobre de dónde viene, a dónde va, cuál es su futuro.
Otro pionero de la tecnología el multimillonario Elon Musk, actual responsable de Tesla, comentó que “con la Inteligencia artificial estamos convocando al demonio”.
Y esto nos lleva a la Película Metrópolis.

LA FANTASÍA DISTÓPICA DE METRÓPOLIS
En 1927 Fritz Lang realizó la película Metrópolis, que es una profecía que se cumpliría en el año 2026.
El personaje central termina siendo un robot de inteligencia artificial, con imagen humana, que se usa para provocar el caos social y la lujuria.
El escenario es una sociedad dividida entre los ricos y los pobres, los que trabajan y los que tienen un ocio infinito. Los trabajadores son algo más que animales trabajando sobre maquinaria automatizada. Entonces aparece María, una mujer que reúne a los trabajadores y les da una visión de futuro en la que sus cadenas serían rotas. Comienza una rebelión. Pero luego es sustituida por un robot doppelganger con apariencia humana, con el que la élite diseña un plan maestro para controlar a las masas. El creador del robot es un científico modernista con aire de mago, quien tiene en su puerta un pentagrama, o sea una clara alusión a lo demoníaco. El doppelganger demoníaco de María entonces esclaviza más a los trabajadores. Ella excita a un más la lujuria sexual, aumentando la maldad en el mundo y algunos llegan al suicidio. Hay un lugar neutral sin embargo que es la iglesia donde los obreros y la clase dominante hacen las paces, pero la iglesia no es cristiana. La pendiente descendente que muestra el advenimiento de María y luego su sustitución por el doppelganger, es una visión realista de lo que puede pasar con esta divinidad digital.
Podrá crecer inicialmente en devoción humana, pero tarde o temprano se derrumbará porque no es de Dios.
Sino que es un engendro humano que nunca podrá satisfacer las necesidades que el Creador sabe que el hombre tiene. Por eso en la película Metrópolis la muchedumbre invade el distrito de diversiones de la ciudad y captura a la falsa María, a la que atan a una estaca y prenden fuego. Pero pronto se dan cuenta de que esa María es una impostora, al arder sus carnes falsas y quedar al descubierto el robot.

Fuentes:

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