miércoles, 14 de marzo de 2018

¡HORROR! LA BIBLIA SE COPIÓ...



§  De la epopeya de Gilgamesh en el relato del diluvio.
§  De la vida de Sargón de Acad en el Éxodo.
§  De los pactos hititas en los 10 mandamientos.
§  De los himnos cananeos en los salmos.
§  De la leyenda de Buda en el nacimiento virginal de Jesús.
§  De los mitos universales en la fecha de la navidad.
§  De las religiones mistéricas en el bautismo.
§  Del dios pagano Mitras en la crucifixión.
§  Del dios pagano Horus en la resurrección.
§  Etc. etc. etc.
Muchos creen que, si la Biblia es de origen divino, su contenido debería ser tan sublime y elevado, que jamás podría parecerse a nada escrito por un ser un humano. Si el libro sagrado no fue entregado por un ángel, piensan algunos, al menos debió haber sido dictado íntegramente por una voz de ultratumba. Ojalá el original estuviera impreso en láminas de oro y en un lenguaje totalmente ilegible, imposible de comprender aparte de una revelación especial, o al menos en un idioma sagrado. Bajo ese paradigma, encontrar que el supuesto “libro de Dios” no es totalmente original, que su contenido fue copiado o adaptado de otro lugar, sería una prueba irrefutable de que no bajó del cielo entre trompetas y cantos de ángeles.
Los cristianos sabemos que la Biblia nos es esa clase de libro. Conocemos su historia y cómo llegó a nosotros. En especial sabemos que tiene dos autores: Dios y los hombres inspirados por él, que escribieron en lenguas y modos humanos solo lo que Dios quería. Con todo, algunos intentan desacreditarla, descubriendo que tal o cual relato o personaje fue plagiado de otras fuentes, como si eso fuera a “estremecer al cristianismo hasta sus cimientos".
En tal caso conviene guardar la calma, y seguir ciertos pasos sencillos.
PASO 1: ¿ESTÁS SEGURO DE LO QUE DICES?
Para desmontar las acusaciones de plagio en la Biblia, a veces basta con prestar un poco de atención.
Se dice que muchos dioses nacieron un 25 de diciembre al igual que Jesús, pero ¿es esto siquiera posible? El calendario juliano comenzó a usarse recién en el año 49, por lo que no tiene sentido intentar aplicar la fecha “25/12″ a épocas anteriores. Peor aún, los pueblos de la antigüedad solían utilizar varios calendarios a la vez, algunos para la agricultura, otros para eventos públicos, otros para efemérides religiosas, y que podían seguir los ciclos lunares, solares o astronómicos. Trasladar la fecha de uno a otro solo puede hacerse a través de extensivos y poco prácticos cálculos. Por ese motivo, por ejemplo, la fecha de pascua cambia en cada año. Por si fuera poco, cada calendario estaba sujeto a reformas, para ajustar los desfases que inevitablemente se producían. En definitiva, la frase “Horus y Mitra nacieron un 25 de diciembre” simplemente no tiene sentido.
Lo mismos sucede con la famosa frase “Tal o cual semidiós nació de una virgen, igual que Jesús". El punto aquí es cómo definimos “virgen". En la antigüedad se entendía que toda mujer soltera de cierta alcurnia no había mantenido relaciones sexuales antes de casarse. Su primer hijo, entonces, siempre era el “hijo de una virgen”. Eso no tiene nada de extraordinario, no es ni siquiera una coincidencia, es simplemente lo que ocurre cuando una mujer respetable tiene su primer hijo. Cuando los cristianos predicaron acerca del nacimiento virginal de Jesús, en cambio, estaban hablando de algo totalmente diferente.
Otras veces estas comparaciones apenas se basan en un juego de palabras que solo funciona en un idioma particular. El documental Zeitgeist sostiene que Jesús es una instancia más del mito del dios solar pagano, porque sería el “hijo de Dios” (son of God) que en inglés suena igual a “sol de Dios” (sun of God). Sin comentarios.
Como primer paso, antes siquiera de considerar la posibilidad de un plagio, veamos si lo que se nos dice tiene sentido.
PASO 2: ¿FUENTES, POR FAVOR?
El paso siguiente, si pudiera parecer que el plagio es al menos posible, es examinar las fuentes. No podemos simplemente quedarnos con lo que se nos dice. En el 90% de los supuestos plagios, leer la fuente bastará para despejar cualquier duda. Afortunadamente para nosotros, la Internet pone a nuestro alcance las fuentes originales como nunca antes.
Se dice, por ejemplo, que Buda nació de una virgen, al igual que Jesús. Nosotros abrimos la página de la Wikipedia y encontramos que Maya, la madre de Buda, estuvo casada por 24 años antes de quedar embarazada. No hay ninguna indicación de que no mantuviera relaciones sexuales, ni de que el niño no fuera hijo natural de su marido.
Kelsey Graves, en su libro 16 Salvadores Crucificados del Mundo (1875) sostiene que Krishna habría muerto crucificado, resucitó y fue ascendido. Nuevamente la Wikipedia nos aclara
Krisna fue muerto accidentalmente por un cazador (que lo confundió con un venado) a orillas del río Hiran en Prabhas Patán, a la edad de 125 años, 7 meses y 6 días. Antes de dejar el cuerpo, Krisna tranquilizó y bendijo al cazador por su acto, y atribuyó su sufrimiento a karmas generados en su manifestación previa como el avatar Rama.
¿Es necesario decir algo más?
Tal vez usar Wikipedia no sea lo más elegante, pero eso es parte del punto: quien acusa un plagio, debe proporcionar una fuente válida. Resulta que habitualmente esa fuente no es un texto religioso original, sino un libro polémico y mil veces desacreditado, como el de Kelsey Graves.
Tengamos en cuenta, además, que se intenta comparar la Biblia con personajes legendarios, cuyos relatos no están fijos, sino que pueden cambiar de lugar en lugar y de generación en generación. En algún villorrio perdido de la India puede existir la tradición de que Krishna murió por una flecha que quedó clavada en un árbol cercano, pero eso no basta para decir que estamos ante un análogo a la crucifixión. Los mitos suelen tener variaciones, que no aportan mucho.
Dejamos esta entrada hasta aquí por ahora, para no abusar del tiempo de los lectores, y a la espera de sus comentarios. En la siguiente entrada revisaremos los siguientes dos pasos que se deben dar antes de admitir que la Biblia no es de origen divino, porque se copió de otras fuentes.
Pato Acevedo

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