viernes, 18 de mayo de 2018

SACERDOTE CELEBRA “MILAGRO DE AMOR” EN HOSPITAL DE ESTADOS UNIDOS


Una verdadera historia de amor se hizo viral en las redes sociales: se trata de la historia de Estela, una paciente con cáncer que cumplió “el sueño de su vida” al contraer matrimonio en el hospital donde está internada en Estados Unidos.
“Conozca a Estela y Nicolás. Hoy se casaron. Para cualquier otra persona, esto sería solo una fotografía normal de una boda, pero para este par, es mucho más de lo que parece. Para ellos, esta es una historia del triunfo del amor y la esperanza”, narra en su Twitter el P. Gregorio Hidalgo, el sacerdote que celebró el matrimonio.
El sacerdote, más conocido como “Padre Goyo”, de 44 años, es vicario de la parroquia Santa Rosa de Lima en Simi Valley, en Los Ángeles (Estados Unidos). Asimismo, atiende espiritualmente a los pacientes del Hospital de Simi Valley.
El sacerdote indicó que hace tres semanas una persona de su parroquia lo contactó para que  celebre un matrimonio dentro del hospital, causándole sorpresa.
“Fui a visitarlos y conocí a Estela, una hermosa mujer de 26 años, tiene un cáncer que se extiende por todo su cuerpo. Los médicos le dieron un tiempo de vida limitado. Vi a su esposo, a su lado, con una sonrisa triste en los ojos, pidiéndome esperanza y un milagro”, contó el presbítero.
Ante esa situación, el P. Goyo aseguró que no sabía qué decir; sin embargo, le sonrió a Estela y le dijo: “Sí. Yo haré la boda”. El sacerdote dijo que la sonrisa de la mujer “iluminó la habitación como nunca antes había visto”.
“Regresé a casa muy triste. Nunca llevo conmigo los casos difíciles que veo en hospitales, pero esto fue diferente. No pude olvidarlo. Además, nunca he hecho una boda de emergencia, así que estaba muy nervioso. Ahora tenía que prepararme para algo para lo que yo mismo no estaba preparado”, relató el sacerdote.
El P. Goyo dijo que se acordó realizar una boda privada debido a que Estela no podía moverse mucho y tenía conectadas varias agujas hipodérmicas. “No voy a mentir. Me sentí realmente nervioso. Esto es algo que no enseñan en el seminario”, expresó.
“Llegó el día. Tomé mi alba, estola, mi libro de ritos, mi agua bendita (por supuesto) y decidí parar en la tienda para comprarle algunas flores, ya que no esperaba que tuviera muchas. Ya les había dicho a sus amigos que la hicieran sentir como una novia, y que su novio se coloque un traje”, cuenta el sacerdote.
Al llegar al hospital, el P. Goyo se encontró con casi 60 personas, incluidos los médicos y enfermeras. Los miembros del hospital habían organizado una recepción sorpresa en menos de 24 horas, indicó.
“Estela se sintió mucho mejor cuando supo que la boda se llevaría a cabo en la capilla. Ella estaba muy hermosa y llena de vida. Le di el ramo de rosas blancas y, sonriendo tímidamente, me dijo: ‘Gracias, padre. Este es el sueño de mi vida. Nunca pensé que podría hacerlo antes de que mi vida terminara’”, relató.
El P. Goyo admitió que tuvo que “reunir todas sus fuerzas para no llorar”, devolver la sonrisa a Estela y ayudarla a levantarse.
“Acompañé tanto al novio como a la novia a la capilla y comenzamos. Nunca le había prestado tanta atención a esos votos: ‘Prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte nos separe’”.
En este punto, los sollozos eran más fuertes que la música, narró el sacerdote.
Luego de la ceremonia, el novio, Nicolás, le dijo al P. Goyo: “Gracias padre por el milagro que le pedí. Todo lo que quería era que Dios bendijera mi amor por ella y sucedió. Gracias”.
“No sé lo que el futuro tiene para Estela y Nicolás. No sé lo que sucederá mañana, pero hoy disfrutaron del milagro del amor que fortalece a los enfermos. Hoy la esperanza, la fe y el amor ganaron, y un día más todos dimos gracias a Dios”, dijo el religioso como conclusión.
Finalmente, aseguró que Estela y Nicolás “experimentaron aquel amor que conquista el corazón sin esperanza, tristeza o sufrimiento”, un “amor que trae lágrimas de alegría, en salud y enfermedad, hasta que la muerte rompa el vínculo terrenal”.
“Mis queridos amigos, me encanta ser parte de su testimonio. Dios los ama”, concluyó el P. Goyo.
Redacción ACI Prensa

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